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Channel: Posesión y exorcismo
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Bolivia: el Gobierno pretende regular la actividad de chamanes y curanderos

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En diálogo con la Agencia Boliviana de Información, Guillermo Mendoza, viceministro de Defensa de los Derechos del Usuario y Consumidor, dijo que algunas de las personas que ofrecen servicios esotéricos publican publicidad engañosa principalmente en los medios de comunicación escritos.
“En los próximos días estamos sacando una reglamentación con la finalidad de darles un plazo de horas para que cambien los artes que lanzan por los medios de comunicación o por las redes sociales porque de lo contrario están infringiendo la ley; por lo tanto el Viceministerio va caer con todo su rigor contra ellos, (…) consideramos es necesario tener reglas del juego aunque la fe y la creencia son muy difíciles de medir”, explicó.
Informó de que hace un par de semanas una persona realizó un denuncia inusual al viceministerio contra un curaca (término empleado en Bolivia para los curanderos), porque le había pagado 17.000 bolivianos (más de 2.100 euros) para que realizara un“amarre poderoso” para que retornara su pareja pero no habría dado resultado.
A consecuencia de ese caso, Mendoza dijo que se realizó un debate interno en el viceministerio a su cargo para ver las formar de regular esos servicios, tomando en cuenta que algunos chamanes, curacas o brujas engañan y estafan a las personas que contratan sus servicios. Agregó que el reglamento se podría denominar protección del usuario de la creencia y de la fe.
“Cómo podríamos establecer las notas sobre lo que uno cree, es bastante imposible por la subjetividad del tema. (…) Consideramos que los usuarios de la fe y de la creencia también necesitan ciertas seguridades”, subrayó.
No obstante, dijo que el Viceministerio de Defensa del Consumidor puede solicitar a curacas, chamanes y brujas a que retiren de los medios de comunicación y las redes sociales la publicidad engañosa, en la que inducen a la población a solicitar sus servicios, prometen ciertos efectos y no los cumplen.
“Tenemos un rango de sanciones claramente establecido en la ley y en relación a la publicidad engañosa son claras nuestras multas, pueden ir en las escalas grave, muy grave y flagrante y recurrente las multas son el UFvs (Unidad de Fomento a la Vivienda)”, añadió.
Fuente: InfoCatólica.

Conságrate al Arcángel San Miguel

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Es muy sencillo, breve y eficaz. Consagrarte a San Miguel Arcángel es una de las mejores cosas que se pueden hacer en este mundo.

Antes de empezar a escribir Así se vence al demonio, el padre Salvador, exorcista de Cartagena (Murcia) me preguntó: ¿Te has consagrado a nuestro patrono?”.
Y me faltó tiempo, la verdad, para hacerlo...

Conseguí una medalla del príncipe de las milicias celestiales y recé con todo el fervor de que fui capaz la oración de consagración. En el reverso de la medalla que siempre llevo colgada al cuello junto con el escapulario de la Virgen del Carmen y la Cruz de San Benito, figura esta inscripción:
“Yo, José María, estoy consagrado a San Miguel Arcángel. La Santísima Trinidad y la Santísima Virgen vienen conmigo. San Miguel y su Ejército me defienden de todo mal”.

Prueba tú mismo a consagrarte a tan poderoso guardián y verás cómo notas su protección. Te dejo aquí la oración:

“¡Oh, nobilísimo Príncipe de la jerarquía angélica! Valeroso guerrero del Altísimo, celoso defensor de la gloria del Señor, terror de los espíritus rebeldes, amor y delicia de todos los ángeles justos, mi queridísimo Arcángel San Miguel, deseando formar parte del número de tus devotos y siervos, hoy a ti me consagro, me ofrezco y me entrego.

“Coloco mi persona, mi trabajo, mi familia y todo lo que me pertenece bajo tu poderosísima protección. Es pequeño el ofrecimiento de mi servicio, siendo yo un miserable pecador, pero acepta generosamente el ofrecimiento de mi corazón. Acuérdate de que de hoy en adelante estoy bajo tu amparo y que debes asistirme durante toda la vida. Alcánzame el perdón para mis numerosos y graves pecados; la gracia de amar a Dios con todo mi corazón, a mi muy querido Salvador Jesucristo, a mi Madre Santísima y a todos los hombres, mis hermanos, amados por el Padre y redimidos por el Hijo. Obtenme los auxilios necesarios para alcanzar la corona de la Eterna Gloria.

“Defiéndeme de los enemigos del alma, especialmente en la hora de mi muerte. ¡Oh, Príncipe gloriosísimo! Asísteme en la última lucha, arroja lejos de mí y precipita a los abismos del infierno al ángel soberbio y prevaricador que un día postraste en combate en el Cielo. En esa hora, San Miguel Arcángel, condúceme ante el trono de Dios para cantar contigo y con todos los ángeles la alabanza, honor y gloria de Aquel que reina por todos los siglos. Amén”.

Fuente: religionenlibertad.com


Descifran dos hechizos de amor, sexo y sometimiento en papiros egipcios de 1.700 años

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El primer texto promete "hacer arder el corazón" de una mujer para que ame a quien pronuncie las palabras indicadas. El segundo apunta a lograr la sumisión del hombre.

El investigador italiano Franco Maltomini, de la Universidad de Udine (Italia), ha descifrado dos papiros egipcios del siglo III d. C. que tratan "de amor, sometimiento y sexo", informa portal Live Science.
El primero de los textos invoca a los dioses para "hacer arder el corazón" de una mujer hasta que ella ame a quien pronuncie el hechizo. Quien lo pronunciaba debía seguir los rituales y hacerlo en un baño público. 
El segundo hechizo fue escrito para las mujeres que deseaban "someter" a un hombre para que hiciera todo lo que ellas quisieran. Su texto afirmaba: "Somete a (nombre del hombre), nacido de (nombre de la madre del hombre)". De acuerdo con el texto, este hechizo de amor podía dar fuerzas ilimitadas a la realización de cualquier deseo de la mujer que lo pronunciara sobre la persona deseada.
Según Maltomini, ambos textos, escritos en griego, no estaban dedicados a alguien en particular: los hechizos de amor fueron compuestos de tal manera que quien los usara solo tuviera que introducir el nombre de su "víctima".
Los dos mensajes descifrados, que tienen alrededor de 1.700 años, forman parte de una recopilación de papiros de la antigua ciudad egipcia de Oxirrinco. Los arqueólogos Bernard Grenfell y Arthur Hunt los descubrieron en el año 1896 y vieron que los papiros más antiguos databan del año 50 d. C., mientras que los más modernos eran a mediados del siglo VI. Gran parte de esta serie de documentos ha permanecido y ha sido estudiada en la Universidad de Oxford (Reino Unido). 
Fuente: Actualidad RT.

¿Por qué el demonio está tan desatado?

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El 10 de septiembre de 2012, publiqué un extenso artículo en este mismo blog titulado"Se busca exorcista". Tan sólo ocho meses después, el entonces arzobispo de Madrid, cardenal Rouco, nombró nada menos que ocho exorcistas, algunos de los cuales han sucumbido ya por el camino...

Enfrentarse con el demonio requiere altas dosis de oración constante; y no todos los sacerdotes, por desgracia, salen airosos de esos encendidos combates contra el maligno, nunca mejor dicho.


Aun así, la Iglesia sigue necesitando hoy legiones de exorcistas. Con razón, el profesor del CEU San Pablo y experto en masonería, Alberto Bárcena, hombre de Dios donde los haya, nos advierte: "El satanismo está ahora presente en Occidente como no lo había estado nunca".


En España, sin ir más lejos, sufrimos ya demasiado a menudo una profanación eucarística, una exposición blasfema o un cartel ofensivo contra la Madre de Dios. La última barbarie cometida ha sido en la capilla de la Universidad Autónoma de Madrid, como en su día lo fue en la de la Universidad Complutense. 


¿Y quién odia más que nadie a Jesucristo y a la Santísima Virgen María? El demonio, el único capaz de sembrar odio en los corazones de quienes están apartados de Dios. Odio a Jesucristo, que es el Camino, la Verdad y la Vida.


¿Nadie se ha preguntado por qué un hombre que vino a predicar Amor, con mayúscula, y acabaron crucificándole pese a ser inocente provoca tanto odio más de dos mil años después? ¿Por qué molesta tanto Jesucristo en la sociedad de hoy? La respuesta es obvia: porque es Dios, y quienes no están con Él, están contra Él, y corren el riesgo de hacerle el juego al demonio.


¿Cuál es acaso la mayor evidencia de una afectación diabólica en sus diferentes grados, hasta llegar al máximo de la posesión?, le preguntaba en su día a don Gabriele Amorth, exorcista oficial del Vaticano, para mi libro Así se vence al demonio (LibrosLibres). "La aversión a todo lo sagrado", me contestó él, rotundo. Pues eso mismo es lo que está sucediendo hoy en España. Pero aversión sólo al Cristianismo. Por algo será...  


Los obispos españoles deberían concienciarse de la necesidad imperiosa de nombrar exorcistas para combatir al maligno. Sobre todo, cuando la inmensa mayoría de las 69 diócesis españolas carecen de un exorcista.

Tan sólo 25 diócesis -el 36 por ciento del total- han dispuesto de un exorcista en algún momento de su historia, pero únicamente 18 lo conservan hoy.

Por orden alfabético, y sin ánimo de abrumar al lector, he aquí las 44 diócesis sin exorcista aún, enumeradas por el padre Antonio Doñoro: Albacete, Astorga, Ávila, Barbastro-Monzón, Burgos, Calahorra y La Calzada-Logroño, Ciudad Real, Ciudad Rodrigo, Córdoba, Coria-Cáceres, Girona, Granada, Huelva, Huesca, Ibiza, Jaca, Jerez de la Frontera-Asidonia, León, Lleida, Lugo, Málaga, Menorca, Mondoñedo-Ferrol, Oviedo, Palencia, Salamanca, San Sebastián, Sant Feliú de Llobregat, Santander, Segorbe-Castellón, Segovia, Sevilla, Sigüenza-Guadalajara, Solsona, Tarazona, Tarragona, Terrassa, Teruel y Albarracín, Tortosa, Tui-Vigo, Valladolid, Vic, Vitoria y Zamora.


Como no se haga algo urgente, el demonio seguirá campando a sus anchas, mientras losexorcistas son cada día una especie más en extinción.


Más información en:

es-es.facebook.com/josemariazavalagasset

El demonio quiere nuestra alma

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Sed sobrios y vigilad, porque vuestro adversario, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar. Resistirle firmes en la fe. (1 Pe. 5, 8-9)

Queridos hermanos, quizá recuerden, los más mayores, aquellos devotos devocionarios para niños y jóvenes donde aparecía el dibujo de un  joven con un angelito a la altura de su oído derecho y un diablillo en su oído izquierdo. Con este dibujo queda reflejado una gran enseñanza y una verdad, la tentación es constante del diablo al mismo tiempo que el Señor nos indica el verdadero camino de la santidad.
El demonio no cesa de conspirar contra el alma, no cesa en su intento de perder al alma, de desviarla del camino de la virtud. Ya no se les enseña a los niños en las catequesis la existencia del demonio y cómo combatirlo; tampoco se escucha en las homilías la importancia de saber protegerse de las insidias del maligno; ni en los seminarios se forman debidamente a los futuros sacerdotes sobre la existencia deldemonio, de sus tentaciones y argucias y de cómo reconocerle y combatirlo.
Si bien hay circunstancias claras en que el alma es tentada para caer en un pecado mortal, hay muchas otras más en que sin darse cuenta el alma cae en las redes delmaligno que cuidadosamente la aparta de la vida de oración y sacramentos.
Quién no ha dicho: Hoy me levanté con el pie cambiado, o bien, Vaya día, espero que pase pronto, o, Hoy es un día para olvidar. Expresiones que indican una perturbación en la persona, que achaca a circunstancias fortuitas, sin pensar que puede haber sido todo provocado por el demonio, que ha esperado un momento determinado para crear una incertidumbre, una preocupación, una alteración de la vida diaria. Esa perturbación ha causado que ese día no rece lo que suele rezar diariamente, o no haya ido a la Santa Misa, por la inquietud interior en que se encontraba, etc. Es decir, elmaligno se salió con la suya de alterar la vida de oración del alma. Quizá no tuvo más importancia, o quizá ese día supuso un alejamiento de la vida de piedad que hasta ahora llevaba, o una alteración sustancial de ella.
En otras circunstancias, el demonio, utiliza cosas santas para engañar al alma. Por ejemplo, hace creer que ha incumplido  una promesa, que a lo mejor no era tal promesa, pero el maligno hace creer al alma que sí, que ha hecho una promesa de rezar esto o aquello, y la ha incumplido. Consigue que el alma sienta una viva angustia por haber fallado al Señor, por haberle traicionado, y esta angustia provoca un pesar que sustrae al alma de cualquier oración, acto de piedad, estando en un estado constante de pesar y tristeza.
Este estado puede alejar al alma del Señor, sino es corregido, sino es advertida que tal estado de angustia sólo  puede estar causado por el maligno y nunca por Nuestro Señor.
El demonio nos conoce perfectamente y siempre actuará de una forma u otra, si falla por un lado, actuará por otro, pero siempre está alerta para hacernos caer. Otra manera que tiene de actuar para alejar al alma de la vida de santidad, es provocando una gran inquietud de una vida activa, haciendo cosas, actividades que siendo buenas en sí, nos alejan de la vida de oración por el tiempo que ocupan. Porque lo quiere eldemonio es que no oremos, que no dediquemos tiempo a la oración,  que no estemos tiempo ante el sagrario. En no pocas ocasiones, pues, nos vemos envueltos en multitud de actividades que nos separan de la vida de oración, incluso de los sacramentos, pero no caemos en la cuenta pues lo que hacemos es bueno en sí. Y de esta forma el alma se aleja de su vida de oración y sacramentos, y por tanto se debilita y es más vulnerable a la caída ante la tentación.
Siempre el Señor actúa con suavidad en el alma, con paz interior, no provoca ansiedad ni inquietud perturbadora. Cuando el Señor actúa en el alma lo hace delicadamente, con sumo amor, dulzura y paciencia. Si ha de corregir, el alma lo sabe, lo percibe, siente la corrección, su dolor, pero sin turbación, es más, con verdadero fervor de enmendarse y corresponder a tanto amor. No así el demonio que crea angustia, incertidumbre, perturbación, preocupación. Todos estos sentimientos vienen del maligno, y nos han de poner en alerta para combatirlos, en primer lugar, con elsacramento de la penitencia. Cuando el alma se confiesa, este estado desaparece y elmaligno que ya no puede seguir con su engaño  al alma.
Hay que desconfiar de esos estados de perturbación del alma, de esas angustiosas inquietudes de haber fallado a Dios, de esas ocupaciones que nos alejan de la vida de oración, pues nada nos puede separa de la oración; todo ello son insidias del demonio, son trampas en las que con facilidad cae el alma, y si a veces no tienen mayor consecuencia, otras  sí, y pueden ser el inicio de un alejamiento de la vida virtuosa.
Un buen examen de conciencia, el director espiritual, la confesión sacramental,  elhorario firme de oración, serán medios para combatir al maligno y sus tretas, de las que no cesará nunca; pues hasta el final de nuestros días intentará arrancar nuestra  alma de Dios.
Cuanto más sube uno en la vida de oración, de piedad,  de santidad, más será atacado por el demonio, mayores y más refinadas serán sus ataques, más persistente será; pues no le interesan las almas ya perdidas, sino las que avanzan en santidad.
El demonio quiere perder nuestra alma. Quien es consciente de esta realidad vivirá en alerta, como recuerda la Primera Carta de San Pedro, vigilante, con una vida sobria de piedad y oración, alejada del ruido del mundo, aun cuando esté en el mundo, preocupado por la gloria de Dios, la santidad de  su alma y el bien de sus hermanos. La vida de oración y sacramentos será su preocupación y su verdadera alegría.
Ave María Purísima.
Padre Juan Manuel Rodríguez de la Rosa

3 claves para entender el rol de la fe en "El Conjuro 2"

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Recientemente se estrenó El Conjuro 2, uno de los filmes de terror más esperados del año, que se basa en un polémico caso real de actividad paranormal en una casa del distrito de Enfield en Londres, Inglaterra, a finales de los años '70s.
La película intenta repetir el éxito de taquilla de su primera parte "El Conjuro" (2013) y vuelve a presentar a los actores Vera Farmiga y Patrick Wilson, como Lorraine y Ed Warren, una pareja de esposos investigadores católicos que esta vez tratan de ayudar a una madre soltera que vive con sus 4 hijos en una casa infestada por demonios.
La película es nuevamente dirigida por James Wan y se inspira en archivos de casos investigados por los Warren.
La campaña publicitaria sobre la película se esfuerza en presentarla como casi histórica y ha causado mucha expectativa entre el público joven por recurrir a la fe. Compartimos tres claves para evitar confusiones sobre este filme:

1. El filme contiene elementos ficticios y reales
Si bien hay partes de la película que son reales, es importante tener cuidado. Desde Hollywood se suele generar sensacionalismo en torno a historias de este tipo y con frecuencia los malos espíritus o demonios son caracterizados como "fascinantes" o “geniales”, esto lleva a muchos a olvidar que lo oculto también puede ser peligroso.
Los casos de posesión demoníaca son inusuales pero cuando ocurren requieren un exorcismo formal que solo puede ser realizado por un obispo o sacerdote autorizado. Los laicos no pueden realizar exorcismos en la Iglesia Católica.
Si bien los casos de posesión son poco frecuentes, los exorcismos no suelen realizarse de forma instantánea como se muestra en la película. Por lo general, el exorcismo es un proceso largo que implica que el poseído ore y ayune.
Para evitar posesiones, los católicos deben acudir constantemente a los sacramentos, orar regularmente y permanecer unidos a Dios.
Un dato curioso es que durante la filmación de la primera cinta, los cineastas aseguran haber vivido hechos extraños y decidieron acudir a un sacerdote amigo de uno de los investigadores para que bendiga al elenco y las locaciones.

2. No es una película cristiana pero plantea una batalla existencial entre el bien y el mal
Si algo se puede rescatar del filme es que debido a la popularidad del género de terror, “El Conjuro 2” es una oportunidad para hablar sobre la realidad del bien y del mal, de la fe y de Dios.
Según el crítico de cine Carl Kozlowski, “la capacidad de estas películas para llegar a un público de terror que normalmente se abstiene de todo lo religioso la hace una de las películas más valiosas de Hollywood en estos días”.
En una columna de opinión publicada en Catholic News Agency, Kozlowski considera que "más allá del factor de impacto habitual en este tipo de películas de posesión demoníaca", los realizadores "plantearon una batalla existencial centrada alrededor del bien contra el mal”.
“La idea detrás de todo esto es que cuando la gente buena no hace nada, Satanás prevalece. Para Ed y Lorraine la fe era su arma”, añadió.
Chad Hayes, uno de los guionistas, explicó que las dos partes del filme “no son directamente películas cristianas, sino que es la fe la que está integrada en ellas".

3. Los investigadores eran católicos devotos pero solo tenían aprobación eclesial para investigar
Ed Warren falleció en 2006 y su viuda Lorraine es quien asesoró a los realizadores de El Conjuro. Los Warren se dedicaron por muchos años a analizar actividades demoníacas o posesiones. No realizaban exorcismos.
Los Warren eran de los pocos laicos autorizados oficialmente por la Iglesia para realizar la investigación y los informes de este tipo de fenómenos. En 1985, el entonces Cardenal Joseph Ratzinger como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, firmó una carta en la que se prohibió explícitamente que los laicos practiquen exorcismos y se reservó este rito a sacerdotes y obispos.
En la vida real, los Warren aseguran que animaron al clero y a seminaristas para que tomen en serio los supuestos casos de familias afectadas por actividad demoníaca. También alentaron la oración por las personas que sufren estos ataques.
Los Warren utilizaban la tecnología para identificar y documentar sus experiencias, pero en última instancia dicen que se basaron en la fe y la oración para hacer frente a las fuerzas del mal.
Fuente: Aciprensa.

Alberto Bárcena: "El satanismo está presente en Europa como no lo había estado nunca"

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El profesor Alberto Bárcena, experto en masonería, pone al descubierto los peligros de esta secta y señala que 'el satanismo está presente en Europa como no lo había estado nunca'.

El pasado miércoles 1 de junio se inauguró en Suiza el túnel de San Gotardo, considerado el más largo del mundo con 57,1 kilómetros de longitud. Durante la ceremonia de inauguración- y ante la presencia de los principales líderes europeos- se produjo una actuación que tuvo como protagonistas figuras demoníacas. "Ese túnel fue inaugurado con un espectáculo que era un ritual claramente satánico", afirma Alberto Bárcena, profesor de la Universidad San Pablo CEU y experto en masonería, quien explica que gracias a la acción de esta secta el culto demoníaco se ha normalizado en Occidente hasta el punto de llevarse a cabo en actos públicos.

Durante una conferencia sobre la doctrina de la Iglesia católica y la masonería impartida en Madrid, Bárcena no ha dudado en afirmar que la masonería ha marcado la historia de Europa y el pensamiento occidental de los últimos tres siglos y es en gran parte responsable de que "el satanismo esté ahora presente en Occidente como no lo había estado nunca".

"A mí me han llegado a decir que hiciera el favor de respetar a Lucifer aunque sólo fuera por toda esa gente que le adora", ha relatado este profesor de la Universidad San Pablo CEU que ha puesto de manifiesto el "vínculo fortísimo" entre masonería y posesión diabólica. "La masonería es el bando de Satanás y me consta que la adoración a Satanás (en este ámbito) es un hecho", ha concluido.

Este experto en masonería también ha culpado a la asociación de haber impuesto el dogma del relativismo "que pone bajo sospecha a todo el que se adhiera a la verdad". Gracias a este dogma, la libertad de expresión ha quedado totalmente negada y es perseguido quien se atreve a criticar, por ejemplo, la ideología de genero. "La ideología de género es el gran instrumento utilizado por los masones para arrancar lo que quede en la sociedad de cristianismo", defiende Bárcena.
'En Occidente se está legislando contra la fe y la razón'

Sin embargo, el peligro de la masonería no se reduce a su relación con el culto a Satanás, sino que esta secta está detrás del intento de destruir "todo el orden religioso y civil" y los principios cristianos que han contribuido a forjar la civilización occidental, tal y como señala este experto. "Han conseguido destruir la ley natural y apartarla del espacio público y en Occidente se está legislando no sólo contra la fe, sino también contra la razón", sostiene.

Según Bárcena, la destrucción del orden cristiano de Occidente pasa por acabar con la familia, y este es el motivo de los continuados ataques que esta institución ha recibido en los últimos años. De este peligro ya advertía el papa León XIII en el siglo XIX, cuando hizo pública su condena a la masonería poniendo al descubierto la intención de sus miembros de atacar a la familia. 

"Todas las leyes contra la familia y la vida estaban pensadas en las logias antes de ir al parlamento", sostiene Bárcena basándose en el testimonio de un ex masón francés, quien cuenta cómo las leyes del aborto y el matrimonio homosexual estaban perfectamente definidas antes de llegar al Parlamento de Francia.

Este ex masón francés también desvelaba cómo la mayoría de los ministros desde hace años son masones y promueven leyes que regulan el aborto o la ideología de género. En el caso de España,"en el arco parlamentario no hay ningún partido en el que no haya masones", asegura Bárcena, al tiempo que defiende que las organizaciones internacionales están controladas por la masonería y que la candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton, no ha dudado en asegurar que los gobiernos deben usar la fuerza coercitiva para redefinir los dogmas de la religión.

El plan masónico para establecer un nuevo orden mundial, según advierte este experto, también cuenta con obtener el control de la enseñanza. Controlar las aulas y la formación de los jóvenes es indispensable para la ingeniería social que promueve la masonería. La actual legislación y el pensamiento relativista impuesto como dogma han provocado que "todo el concepto de familia se derrumbe" y este hecho supone el "triunfo de la masonería sobre la tradición cristiana".
Condena de la Iglesia: No se puede ser católico y masón

Bárcena también ha recordado las sucesivas condenas realizadas por la Iglesia católica a la masonería durante los últimos siglos. En los últimos trescientos años, la doctrina pontificia ha sido muy clara y ha señalado en repetidas ocasiones que no se puede ser católico y masón, "al tratarse de una secta que no sólo busca la destrucción de la Iglesia, sino que empuja al ser humano a su extrema ruina".

En 1738 aparece la primera condena de la Iglesia a la masonería de la mano de Clemente XII, pontífice autor de la bula In Eminenti. En esta bula se condena y prohíbe "una secta recién creada" cuyos miembros se conocen como francmasones y que pone en peligro la seguridad de los estados y la salvación de las almas. También se advierte a los fieles que "alistarse en estas sociedades es contaminarse con la perversión" y se prohíbe bajo pena de excomunión. 

La segunda condena llegó en 1751 con la constitución apostólica Providas de Benedicto XIV, que instó a los gobernantes a defender a las naciones del ataque de la secta. Pío IX, por su parte, en su encíclica Qui Pluribus advirtió que la masonería había "desencadenado una guerra cruel contra todo católico", extendiendo "monstruosos errores".

Pero quien hizo una condena más completa de la masonería, según argumenta Bárcena, fue el papa León XIII, quien en la Humanum Genus aseguró que existen dos bandos: uno que combate por la verdad y la virtud, que es el Reino de Dios en la tierra, y el otro es el reino de Satanás de los que rehúsan obedecer la ley divina. León XIII advierte en el documento, asimismo, que los masones quieren despojar a los pueblos cristianos de "los beneficios conquistados por Jesucristo" y que logran escapar al castigo de la Justicia por sus conexiones.

Durante la conferencia, Bárcena ha hecho referencia al cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, quien el pasado mes de febrero escribió un artículo publicado en la prensa italiana y titulado "Queridos hermanos masones". En el artículo, Ravasi se abría al diálogo con la masonería y defendía la existencia de puntos de encuentro con el cristianismo.

"Que esto venga de un príncipe de la Iglesia es especialmente grave, el grado de confusión y relativismo es difícilmente superable", ha denunciado Bárcena, al tiempo que ha asegurado que Ravasi está "faltando a la verdad" ya que en su artículo señala que el deísmo podría ser un punto de encuentro con la masonería, mientras muchos papas han utilizado ese argumento para condenar las logias. 

Este experto defiende que "el artículo de Ravasi entra en contradicción con toda la doctrina pontificia" y que los obispos alemanes en los años setenta ya concluyeron tras mantener reuniones con las logias que la pertenencia a la masonería es incompatible con la pertenencia a la Iglesia católica.

Asimismo, en 1983 el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe confirmaba que el juicio negativo de la Iglesia católica se mantenía sin cambios. Ratzinger señalaba que los principios de la masonería eran irreconciliables con el catolicismo y que todo aquel fiel que se inscriba en una logia estará en pecado grave sin poder acceder al Sacramento de la comunión.

Fuente: Gaceta.

Cantiga 119 de Santa María, sobre cómo libró a un juez de los diablos

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Las Cantigas —o Cántigas— de Santa María (mediados del siglo XIII-1284) constituyen el cancionero religioso medieval de la literatura en galaico-portugués, frente al profano que estaría constituido por las cantigas de amigo, de amor y de escarnio.
Se trata de un conjunto de aproximadamente 420 composiciones en honor a la Virgen María. La mayoría son cantigas que cuentan milagros sucedidos con la intervención de María; integran también la obra as Cantigas das Cinco Festas de Santa María, as Cinco Cantigas das Cinco Festas do Nostro Señor, o Cantar dos Sete Pesares que víu Santa María do seu fillo y unha maia.
La devoción mariana estaba en auge en ese siglo y frailes, clérigos y caballeros en general participaban en ella. El rey alentaba en sus cantigas a poetas y juglares para que dedicaran sus esfuerzos e inspiraciones a la «Santa Dama». (Wikipedia)


Este Cantiga narra cómo Santa María libró a un juez de los diablos que lo querían matar, y lo volvió a su casa y le dijo que se confesase porque al día siguiente había de morir.



"Como por consejo del demonio somos perdidos, así somos socorridos por el de la Virgen."

De esto diré un milagro, donde hallaréis una gran hazaña que en España hizo la Virgen, en favor de un hombre, que una gran hueste de demonios se lo llevaba para que penase, con los descreídos.

Este era sobrejuez de una buena villa en la que tenía muy holgada a su persona, comiendo y cenando sin tasa y aceptando dones grandes, que no de los menudos.

El comía siempre buen pan, y bebía buenos vinos, pero no usaba mucho el andar caminos para prender ladrones; en cambio, a los humildes los prendía y muy difícilmente los libertaba.

Estando para comer, con otros convidados que tenía aquel día, oyó grandes voces y gritos fuertes y agudos, como de pelea o de gran porfía, diciendo: "Aprisa, aprisa, prended en seguida a aquel hombre, y llevadlo fuera de la villa."

Creyéndose que la pelea era de verdad, mandó que sus hombres cogiesen lanzas y escudos y él salió, de los primeros, para cortar la pelea diciendo:
"¡Por Dios, varones, no sea, no sea!"

Pero de pronto la hueste insolente de los diablos, unos negros y otros cornudos, lo cogió y se lo llevaron, de súbito, fuera de la villa y lo pusieron sobre un pozo hondo y más negro que una mora, y lo quisieron echar en él con otros que, poco ha, habían sido allí metidos.

Y aquel pozo hervía, como una caldera, de lo que él estaba espantado, de mala manera. En esto, llegó la Virgen Santa, verdadera, diciendo:
"Dejad a este hombre, malos, atrevidos."

Ellos, cuando esto oyeron, huyeron de prisa, y le dejaron aquel hombre a la Santa Reina, que le dio luego el consejo que le convenía, porque Ella no quiere que los suyos sean confundidos.

Pues él, aunque poca justicia hiciera, siempre había puesto su esperanza en Santa María, que por ello lo libró de aquella fiera cuita diciendo:
-"Tan pronto como sean reconocidos por ti tus pecados, haz por ellos mucha penitencia, y pon todo tu empeño en pagar lo que debes, y en mi Hijo y en Mí ten firme tu creencia, y haz como aquellos que están siempre apercibidos. Porque has de saber que tu vida no durará más de un día; por ello haré que, cuando tu alma parta de ti, haga, sin tardanza, su ida hacia Dios, y que los santos no estén con ella enojados."

Después que esto dijo la Virgen, lo dejó en un hermosísimo llano. Y él se volvió luego de inmediato a su casa, y mandó llamar al guardián, e hizo penitencia por sus sabidos pecados; y quien lo viese, no vería hombre más apenado. Y, al otro día, murió, como la Virgen le dijo; y cuando quiso Dios que su alma le saliese del cuerpo, se la llevaron los ángeles nobles y temidos.

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La herejía de la Nueva Era

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La participación de miembros de la jerarquía eclesiástica católica en ceremonias interreligiosas o sincréticas paganas se está extendiendo en los últimos tiempos como reguero de pólvora, así, la participación de la Conferencia Episcopal Chilena en pleno, de un ritual ancestral pagano en Arica, como parte de la consagración del nuevo obispo de esa diócesis[1], o el lamentable y ridículo espectáculo de obispos durante la visita papal a Kenia, [2]y recientemente la asistencia del Arzobispo de Sucre, Bolivia, en mayo pasado, a una ceremonia interreligiosaorganizada por el Estado, asistencia que el gobierno boliviano calificó de «histórica».[3]
El Año Internacional del Planeta Tierra 2008 y posteriormente la aprobación por parte de la ONU en 2009, que el día 22 de abril, al que solía llamarse Día Mundial de la Tierra, se llama ahora Día Internacional de la Madre Tierra, fueron pasos, entre muchos otros, de la conspiración anti-Cristo del movimiento New Age (Nueva Era) en orden a conducir a la humanidad a:
– Una sola religión mundial.
– Un solo sistema económico mundial.
– Una sola cultura mundial.
– Un solo gobierno mundial.
Cuatro pasos en dirección de un solo objetivo, de acuerdo a la siguiente estrategia:
1ª etapa: Iglesia no  – Cristo sí.  Etapa de penetración de las sectas de origen cristiano, y en nuestros días, etapa de descrédito de los sacerdotes y de la Iglesia: Yo creo en Cristo, pero no en los curas, fue un comentario que comenzó a difundirse y a oírse en aquel entonces convirtiéndose casi en slogan.
2ª etapa: Cristo no – Dios sí. Etapa de invasión de la religiosidad oriental y de los gurúes orientales hacia el Occidente cristiano.
3ª etapa: Dios no – Religión sí. Etapa en la que asuntos seculares fueron haciéndose cuasi religiosos. En política el marxismo, en ciencia el freudismo y el inicio de los movimientos de desarrollo del potencial ilimitado del ser humano.
4ª etapa: Religión no – sacralidad sí. Etapa actual, en la que creencias y prácticas venidas del ocultismo y del paganismo son consideradas «sagradas». Es ya la etapa del New Age.[4]
En la ONU el ex presbítero Leonardo Boff, enfatizaba:
«Desde la más alta ancestralidad, las culturas y las religiones testimonian la creencia de la Tierra como Gran Madre, Inana, Terra Mater, Magna Mater y Pachamama. Los pueblos originarios de ayer y de hoy tenían y tienen clara conciencia de que la Tierra es generadora de todos los vivientes. Solamente un ser vivo puede producir vida en sus más diferentes formas. La Tierra es, pues, la Madre universal (…) No es que sobre la Tierra haya vida, la Tierra misma está viva y es llamada Gaia, la diosa griega para la Tierra viviente. Efectivamente la Tierra es Madre fecunda (…) Para eso existe ya un documento precioso que nos puede inspirar: la Carta de la Tierra. Nació de la sociedad civil mundial, involucró en su elaboración a más de cien mil personas de 46 países, y ya fue asumida en 2003 por la UNESCO ‘como instrumento educativo y una referencia ética para el desarrollo sostenible’. Participaron activamente en su concepción Mikhail Gorbachev, Maurice Strong y Steven Rockfeller, entre otros. La Carta entiende la Tierra como dotada de vida y como nuestro hogar. Presenta pautas concretas que pueden salvarla, cuidándola con comprensión, compasión y amor, como cabe hacer cariñosamente con nuestra Gran Madre. Ojalá un día esta Carta de la Tierra pueda ser presentada, discutida, enriquecida por esta Asamblea y, si fuera aprobada, tendríamos un documento oficial sobre la dignidad de la Madre Tierra».[5]
En la América primitiva la gran diosa madre ha sido parte vital de su cosmovisión. La divinidad de algunas tribus aparece como femenina, madre, única, soberana del universo, como personificación de la omnipotencia. Se trata de una madre de todo; y se le da una especial importancia a la Tierra madre, a la fecundidad. Los sacrificios dedicados por los indígenas a la tierra (Pachamama) se solemnizan con ritos telúrico-mistéricos.   así como en ritos ancestrales de Africa y Oceanía.
Como sabemos «a mediados de 1980, un grupo de seguidores de la Nueva Era se hizo el propósito de comenzar una ofensiva publicitaria en toda Hispanoamérica… partiendo de un concepto indigenista muy bien calculado. Para ello se usaría a los indígenas como punta de lanza con el propósito de comenzar a deteriorar y socavar los cimientos del Catolicismo latinoamericano, vapuleado desde principios de la década de 1960 por el avance de sectas seudocristianas y que, según algunos ideólogos de la infiltraciónnuevaerista, habían creado las condiciones idóneas para que el movimiento ocultista irrumpiera con todo su poder».[6]
El culto a la Madre Tierra promovido por el movimiento de la Nueva Era conlleva además componentes ideológicos como la ecología y el feminismo entre otros.
Y aunque Francisco durante su visita pastoral a Bolivia en julio de 2016, evitó participar públicamente de dichas ceremonias que han venido en llamarse tambiéninterconfesionales, no evitó sin embargo referirse a su encíclica ambientalista Laudato Si , pidiendo en nombre de Dios defender la Madre Tierra.
Sin embargo han escandalizado las recientes expresiones del Obispo de Roma, que ha llegado a afirmar:
«Nosotros, todos nosotros, queremos a la Madre Tierra porque es quien nos ha dado la vida y nos protege; diría también que es la hermana Tierra, porque nos acompaña en nuestro camino de la existencia. Pero nuestro deber es cuidarla como se cuida una madre o como se cuida una hermana con responsabilidad, con ternura y con paz».[7]
Así nos damos cuenta de que el doblepensar o «doublethink» en inglés, neologismo empleado por George Orwell en su novela 1984, es decir el doble discurso, que sostiene dos opiniones contradictorias simultáneamente, dos creencias contrarias albergadas a la vez en la mente, tan promovido por el movimiento de la Nueva Era, se ha infiltrado también en la Iglesia.
Una de las maneras más rápidas y fáciles de caer en el Movimiento de la Nueva Era, sin ni siquiera darse cuenta la práctica del doble pensar.
El Papa Pío IX, en la Syllabus condenó que el doble pensamiento, de acoplar una idea verdadera y falsa al mismo tiempoes una forma de panteísmo, es herejía.[8]
Consecuentemente, el panteísmo es la principal herejía de la Nueva Era, la mayoría de sus ideologías o dogmas son panteístas, como el comunismo, la evolución, el ecologismo, el culto a la tierra, el humanismo, el gobierno mundial, el falso ecumenismo, el sincretismo, la religión mundial, la civilización global.
En su discurso ante la FAO[9] enseñó Francisco que la tierra no perdona, por lo que consecuentemente, surge la pregunta: ¿Debemos preocuparnos más de no ofender a la Madre Tierra que en no ofender a Dios?
En 1634 en las apariciones de Nuestra Señora del Buen Suceso a la Madre Mariana de Jesús Torres, Nuestra Señora le dijo que a finales del siglo XIX y durante el siglo XXvarias herejías florecerían: «Para obtener la libertad de la esclavitud de esas herejías, aquellos a quienes el misericordioso amor de mi Santísimo Hijo haya destinado para tal restauración necesitarán gran fuerza de voluntad, constancia, valor y mucha confianza en Dios. Para probar la Fe y Confianza del Justo, momentos vendrán en que todo parezca perdido y paralizado, pero ellos serán el feliz comienzo de la completa restauración».[10]
Santo Tomás define la herejía del modo siguiente:
«Una especie de infidelidad de aquellos que, habiendo profesado la fe en Cristo, corrompen sus dogmas».[11]
«Es Dios – el Dios que creó todas las cosas visibles e invisibles que nos dio la vida – No la “Madre Tierra”, como dice Francisco. Es porque Dios nos ha creado y dado la vida a nosotros, que lo profesamos a Él Dominum et Vivificantem – “Señor y dador de vida”. La “Madre Tierra” no nos da la vida, sino el Dios que se ha encarnado, de modo que podamos “tener vida y tenerla en abundancia” (Juan 10,10)».[12]
 Germán Mazuelo-Leytón
[1] ACCION FAMILIA, ¿A quién rinden culto estos obispos?http://www.tradicionyaccion.org.pe/spip.php?article328
[4] INTROVIGNE, MÁSSIMO, citado en Alerta. New Age, Isabel Vidal de Tenreiro.
[5] 22 de abril de 2009.
[6] SALGADO, MANUEL F., Los regalos de la Era de Acuario.
[7] FRANCISCO, discurso a los jainistas en el Vaticano, 1-6-2016.
[8] SYLLABUS: § I. Panteísmo, Naturalismo y Racionalismo absoluto. I. No existe ningún Ser divino [Numen divinum], supremo, sapientísimo, providentísimo, distinto de este universo, y Dios no es más que la naturaleza misma de las cosas, sujeto por lo tanto a mudanzas, y Dios realmente se hace en el hombre y en el mundo, y todas las cosas son Dios, y tienen la misma idéntica sustancia que Dios; y Dios es una sola y misma cosa con el mundo, y de aquí que sean también una sola y misma cosa el espíritu y la materia, la necesidad y la libertad, lo verdadero y lo falso, lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto. (Alocución Maxima quidem, 9 junio 1862)
[9] FRANCISCO, L ‘Osservatore Romano, 28 de noviembre de 2014.
[10] Apariciones de la Virgen del Buen Suceso en Quito, Ecuador, 1634.
[11] DE AQUINO, Santo TOMÁS, Summa Theol., II-II: 11,1.
[12] KRAMER, P. PAUL.
Visto en Adelante la Fe.

Guerra en el corazón humano

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No consigo entender del todo, y la cabeza me la he roto meditando lo suyo acerca de estas cuestiones, la vertiente bélica de la vida humana, o más exactamente, el combate íntimo del hombre consigo mismo, su lidia con las pasiones y su afán por completarse.
Se me antoja incuestionable que vivir es pugna y lucha, pero se me escapan los motivos profundos de estas hostilidades.
Soy consciente de que la existencia es guerra, contienda y penumbra. Cualquier ascesis me resulta violenta y contranatura, al tiempo que el instinto me advierte que es mejor la mesura que la euforia y el exceso. ¿A qué se debe esta reyerta interna? ¿Cómo es que el hombre no encuentra equilibrio y se debate siempre entre fuerzas opuestas? Para mí estas cuestiones siguen suponiendo hoy un gran misterio.
De un lado los impulsos y apetitos, malcriados, mal gobernados y opresivos, amenazan con asaltar la voluntad y hacer al hombre prisionero del placer y los caprichos. Estos estímulos son los cantos de sirena que ofrece el mundo: pompas y brillos, promesas estériles y espejismos, guirnaldas fugaces, ruido, confusión e inigualable colorido. Del otro lado la tendencia a la renuncia, la abnegación, la privación, el sacrificio. El freno, la contención, la represión de los sentidos. Por un oído clama el Ángel Caído, que quiere al hombre pesado, enraizado en la tierra, ebrio por deseos que nunca acaban de satisfacerlo del todo; por el otro oído un mediador divino plantea una ascensión del espíritu, una expedición en apariencia inhumana donde el cuerpo sufre los rigores de la escalada, y pasa hambre, sed y frío.
Por eso el corazón humano equivale a un péndulo agitado por vehementes contradicciones. Unas veces movido por el soplo del espíritu, otras domado por el deseo del organismo.  ¿Se requiere, pues, el justo medio, el equilibrio, o es preferible la desproporción, vivir al máximo, al día, llevando al extremo el principio del carpe diem?
Con frecuencia me he ayudado de experiencias universales para tratar de dilucidar el sentido o sinsentido del existir humano. Y enseguida me he percatado de verdades que no tienen posible réplica. Una de ellas es que no se consigue nada elevado o importante en la vida sin esfuerzo o sacrificio. Inmediatamente después he comprendido que sólo una acción meritoria puede hacer que tengan valor las cosas. Esto significa que existe un modo recto de proceder y que vivir no carece de sentido. Pero nunca suelo llegar mucho más lejos. Sé, sin embargo, que con la luz de la Biblia se puede esclarecer en buena medida el misterio.
De acuerdo con la Sagrada Escritura la caída de Adán y Eva abrió un abismo entre Dios y su principal criatura. A partir del pecado de la primera pareja, el corazón humano sufrió un vuelco lamentable. Y de aquel oscuro acto, claro está, perduraron secuelas terribles.
Al romper su relación con Dios, el hombre vio cómo su brújula enloquecía; el hombre ya no tenía como referencia el inmenso faro de Dios para encontrar su rumbo. Quiso ir por libre, viajar solo, y acabó perdido. Y ese estado en efecto avinagró su carácter, ensombreció su mirada, endureció su corazón, lo aisló de los demás seres y lo convirtió en un animal rencoroso y agresivo.
Frutos de esta enemistad con Dios son la necedad, el sufrimiento y la muerte. Consecuencias que todo hombre padece, ya viva con la idea de que morir no es más que un trámite, ya con la seguridad de que la muerte todo lo vence. No es fácil determinar la justicia de estos efectos, en primer lugar porque no es posible valorar el alcance de la transgresión de los primeros padres. Y en última instancia porque la razón humana tiene sus propios límites. Sin embargo, sí enseñan las Escrituras que el Diablo fue condenado eternamente por un solo pecado. Uno sólo. El hombre, en cambio, corrió mejor suerte al ser por fin encontrado, pues estaba indudablemente perdido. Para eso Dios envió a su Hijo: para rescatar al hombre de su extravió mostrándole el camino de vuelta a casa. En fin, la Sagrada Escritura habla de un drama gigantesco, de una contienda que dura ya demasiado tiempo.
El hombre ciertamente ha sido invitado otra vez al hogar del que procedía. Ya conoce el camino. Sólo ha de querer transitarlo y llegar a la meta. Sin embargo, se le ha dicho que entre «por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella». Se abre paso una vez más la imagen del péndulo, o la idea de los dos caminos, señalando que el camino que lleva al Reino de Dios es costoso, y que las decisiones que tomamos en la vida nos sitúan en una u otra senda.
Pues bien, sólo en el marco de este drama gigantesco la opción de Dios se revela como una guerra del alma. Ya no será posible entender este desorden del corazón humano más allá de los márgenes bélicos de este marco teológico.
La felicidad eterna ha de ser pretendida. Y conseguirla exige, al parecer, una prueba perpetua. Se trata de librar un combate a solas con Dios. Como lo libró a solas Jacob con el ángel.
Por lo que sabemos Jacob peleó con Dios hasta el alba. Y no lo soltó hasta que el Señor lo bendijo. Jacob había superado la prueba. Pelear, saber sufrir, insistir, estar en presencia de Dios y anhelar que nos bendiga. Esa parece ser la idea. Para progresar por la senda estrecha, a pesar de los enemigos, no hay más alternativa que la bendición de Dios, única manera, pues, de superar una y otra vez las pruebas que nos llegan. Jacob al superar la suya fue transformado espiritualmente, y como consecuencia de ello sufrió un cambio de nombre. Ya no era Jacob sino Israel, el que lucha con Dios. El cristiano será aquél que ponga en Dios toda su confianza y dedique todas sus fuerzas a la consumación del Reino, lo que implicará necesariamente resistir las potencias hostiles.
Quizá el enigma que me planteaba al principio pueda despacharse después de todo con un refrán castellano: «Al que algo quiere, algo le cuesta». Por eso a la gloria eterna no le ha de corresponder una lucha cualquiera.
Luis Segura

Conoce a 17 santos que se enfrentaron con el diablo, y sobrevivieron para contarlo

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santos vaticano


Sus historias sirven de inspiración y consuelo para todos los cristianos de hoy

La existencia del diablo y de otros espíritus malignos es atestiguada tanto por el Catecismo de la Iglesia como por las Sagradas Escrituras, y podemos encontrar referencias a estas entidades en muchos escritos de los Padres de la Iglesia.

La existencia de estos seres está también confirmada por el testimonio de muchos santos, y este es el tema central del nuevo libro de Paul Thigpen, Saints Who Battled Satan (Santos que lucharon contra Satanás, en traducción libre).

Thigpen, renombrado escritor y periodista, es doctor en estudios religiosos por la Universidad de Emory.

Enseñó teología en diversas universidades norteamericanas y es autor de más de 40 libros y cientos de artículos, sus trabajos fueron traducidos a más de 12 idiomas y publicados en todo el mundo.

En Saints Who Battle Satan, el profesor Thigpen narra las historias de 17 santos, hombres y mujeres de Dios que, en diversos contextos históricos y geográficos, dieron testimonio de sus luchas personales contra las fuerzas demoníacas. Sus historias sirven de inspiración y consuelo para todos los cristianos de hoy.

Thigpen actualmente es editor de TAN Books, tradicional editorial católica fundada en 1967 y con sede en Carolina del Norte, Estados Unidos. Primero fue ordenado pastor protestante, se conviritió al catolicismo en 1993.

En esta entrevista concedida a Aleteia, el Dr. Thigpen habla de su nuevo libro, que considera una continuación de su best-sellerManual for Spiritual Warfare (Un Manual para la Guerra Espiritual).
– Son muchas las historias de batallas libradas por los santos contra el diablo. ¿Cuál es el criterio que utilizó para escoger sólo 17?
De hecho, no fue una tarea fácil. Varios factores fueron tomados en consideración. Primero, con el fin de enfatizar el carácter universal de la lucha espiritual, quise incluir a santos de diversas culturas y diversos contextos históricos.

Los santos que escogí provienen de 12 países diferentes de Asia, África, Europa, América del Norte y América del Sur. Hay representantes de cada siglo desde los principios del cristianismo, excepto del siglo XXI, que acaba de comenzar.

Una segunda preocupación fue la de incluir historias y pasajes que pudieran ilustrar los principios ya discutidos en mi libro anterior,Manual for Spiritual Warfare.

Deseaba presentar a mis lectores las historias de hombres y mujeres de “carne y hueso”, testimonios directos de las manifestaciones ordinarias y extraordinarias del diablo.
Busqué también mostrar cómo los santos usan las “armas espirituales” que tenemos a mano, tales como la oración, el estudio de las Escrituras y los sacramentos; quise enfatizar cómo el cultivo de las virtudes cristianas les sirvieron de armadura espiritual en medio de los más violentos enfrentamientos; y cómo, en los momentos difíciles, estos santos solicitaron la ayuda de su comandante, Jesucristo, así como la de sus compañeros de campaña: los santos que libraron semejantes batallas antes que ellos, los ángeles y, en especial, la Virgen.

Finalmente, un factor decisivo fue, sin duda, la disponibilidad de información biográfica pertinente. Para cada santo seleccionado, era necesario tener a la mano material suficiente para redactar un capítulo completo.

Incluso así, en mi investigación terminé por acumular una extensa colección de citas e historias incompletas –muy buenas para rechazarlas– que servirían de materia prima para una sección adicional del libro.

– ¿Cuáles son los medios más comunes empleados por Satanás para acercarse a nosotros o tentarnos?

En general, somos capaces de discernir esos pensamientos que nos vienen a la mente por sugerencia o inspiración de una fuente exterior, de aquellos que nos ocurren por cuenta de una sugerencia de nuestros propios sentidos y facultades intelectuales.

Los demonios, al estar desprovistos de cuerpo físico, pueden transmitir ideas y pensamientos directamente a nuestras mentes.

Esta es una estrategia furtiva, ya que si no somos capaces de discernir esas influencias, podemos tomar equivocadamente pensamientos insinuados por ellos como genuinamente nuestros.

Satanás típicamente busca influenciarnos por medio de ilusiones, acusaciones, dudas (en especial respecto al amor de Dios hacia nosotros); o provocaciones, con el afán de despertar en nosotros la vanidad, la rabia, la lujuria, la desesperación; o aún incitándonos a desear aquello que nos está prohibido, o incluso a buscar a través de medios ilícitos algo que podría ser benéfico.

– ¿Podría citar a algún santo que haya lidiado con Satanás de forma poco usual respecto a los demás?

Me acuerdo del episodio en que el diablo intentó tentar a san Benito por medio de la lujuria. El espíritu maligno trajo a su memoria la imagen de una mujer muy atractiva que él conoció cuando era joven.

El recuerdo de esa mujer inflamó su corazón, a tal punto que casi lo hizo sucumbir y entregarse.

En ese momento, sin embargo, vio frente a sí un nido lleno de ortigas y espinas afiladas. Inmediatamente se quitó el hábito y se lanzó al arbusto, arrastrándose entre las espinas hasta que el cuerpo estuviera cubierto de heridas; y así la tentación lo abandonó.

– ¿Hay santos especialmente adecuados para apoyarnos en determinados tipos de tentaciones? ¿Podría mencionar a alguno de ellos?

La tradición católica nos anima a pedir ayuda de los santos que han librado batallas semejantes a las nuestras.

Así, al ser tentado por la lujuria, recomendaría buscar ayuda de san Benito; en los momentos de cólera, pediría ayuda a san Jerónimo; para resistir al pecado de la soberbia, a san Ignacio de Loyola; para no desanimarnos en nuestro caminar, la intercesión de santa Teresa de Ávila; y en los momentos de desesperación, a san Padre Pío, por ejemplo.

– Si pudiera imaginar algo como un “kit de supervivencia espiritual”, ¿cuáles serían los artículos más importantes que debería tener?

Bien, pienso que era precisamente lo que tenía en mente cuando escribí Manual for Spiritual Warfare.

El libro ofrece una visión general de la enseñanza de la Iglesia sobre cómo proceder en la batalla espiritual.

Analiza también algunos de los “recursos de batalla” cultivados por la tradición católica: doctrina pertinente, diversos textos, citas y episodios de las vidas de los santos, además de oraciones y cantos.

– ¿Cuáles son las virtudes más importantes para mantener el mal alejado y cómo utilizarlas como protección?

Desde tiempos remotos, un sinnúmero de consejeros espirituales cristianos han recomendado la humildad como virtud fundamental; sólo en ella las demás virtudes florecen. Por esa razón, la destaco como la más importante de todas la virtudes.

Para dar un ejemplo práctico de cómo la humildad puede protegernos de las embestidas del diablo, toma en cuenta una historia contada por los antiguos padres del desierto, respecto de un monje conocido por su profunda humildad.

Él oraba en recogimiento cuando recibió la visita del propio diablo, disfrazado de ángel de la luz. El diablo le dijo: “Soy el ángel Gabriel, y fui enviado a ti”, con el propósito de tentarlo con la soberbia.

Pero el humilde monje no se dejó engañar, respondiéndole: “Usted debe estar equivocado. Sin duda fue enviado a otra persona; no soy digno de recibir la visita de un ángel”. El diablo entonces se retiró, decepcionado y derrotado por la humildad del monje.

– ¿Por qué algunas personas parecen estar más asediadas por el diablo que otras?

Un patrón que se repite en las biografías de muchos santos es el siguiente: cuando el diablo percibe que una persona causará daños importantes a su imperio infernal, lo ataca furiosamente.

Fue así con san Antonio Abad, al demostrar su firme decisión de vivir como santo ermitaño en el desierto, también con santa Catalina, cuando decidió consagrarse a Cristo cuando era niña; fue lo que ocurrió al santo Padre Pío en el momento en que entró en la orden de los capuchinos.

Fue en estos momentos que el enemigo de sus almas realizó sus más violentos ataques, en un intento por impedírselos. Él sabía que si acaso tuviera éxito en someter a esos hombres y mujeres, las grandes obras que les serían confiadas por Dios serían saboteadas.

Pienso que ser consciente de esta verdad debe servirnos para consolarnos en los momentos difíciles.

Si enfrentamos la violenta oposición por parte de las huestes diabólicas, tal vez eso significa que Dios tiene grandes planes que realizar por medio de nosotros.

Debemos siempre tener en mente la advertencia de san José María Vianney: “El mayor de todos los males están en no experimentar la tentación, pues así tenemos motivos para creer que el diablo ya nos trata como su propiedad”.

– ¿Cómo podemos identificar las influencias verdaderamente procedentes de Satanás? ¿Cómo evitar volvernos paranoicos, 
excesivamente preocupados con el mal?

Las Escrituras nos hablan de nuestra lucha contra el “mundo”, la “carne” y contra el diablo (ver Santiago 4,1-7).

Es verdad que no siempre nuestros embates espirituales son directamente provocados por el diablo. Incluso así, es necesario tener en mente que, en estos momentos, él se aprovecha para intentar hacerse más presente y ejercer con mayor intensidad su influencia en nuestras vidas.

Debemos seguir siempre sus movimientos con gran atención. Creo que si somos capaces de cultivar el hábito de reconocer el origen de nuestros pensamientos, gran parte de nuestra lucha ya estará vencida.

Este tipo de discernimiento es cultivado por medio de las disciplinas espirituales tradicionalmente recomendadas por la Iglesia: oración frecuente, participación en la misa, adoración eucarística, recibir regularmente los sacramentos – en especial el de la Reconciliación y la Eucaristía, así como el estudio de las Escrituras (incluso memorizarlas) y el consejo de tutores autorizados.

El rechazo en ceder a cualquier paranoia frente al enemigo es otro patrón constante en las biografías espirituales de los santos; eran capaces de conservar su valentía y confianza inquebrantables porque tenían la convicción –como nos dice san Juan– de quecuanto mayor es Dios habitando en nuestro interior, mayor será el maligno presente en el mundo (ver 1 Jn 4,4).

Aunque tomaran al diablo muy en serio, también demostraban una especie de “desprecio sagrado” por él; sabían que, en última instancia, se trataba de un enemigo derrotado.

Es curioso ver que, incluso cuando la lucha se mostraba tan violenta al punto de castigar sus cuerpos, algunos santos les atribuían apodos graciosos a los espíritus malignos que los atormentaban.
Santa Catalina llamaba al suyo “ladroncillo” (porque intentaba robar almas); san Pío se refería al demonio que lo atacaba “ogro”; santa Gemma Galgani lo llamaba “chiappino” (asaltante); y san Juan Vianney apellidaba a su verdugo “grappin” (“garra” o “tenaza”, en francés). “Ah, ¿grappin y yo?” dijo en broma una vez, “¡ya somos casi amigos!”.

– En su opinión, ¿cuál sería la mejor manera de convencer a un incrédulo que Satanás de hecho existe y actúa?

Al hablar con personas incrédulas, les pido en primer lugar que consideren la evidencia acumulada a ese respecto.

A lo largo de la historia, pueblos de culturas muy diferentes y de las más diversas regiones del globo han afirmado la existencia de espíritus malignos, incluso cuando no están de acuerdo sobre otras realidades espirituales.

Incluso en nuestros días, oímos personas cultas e inteligentes dar testimonio de encuentros personales con fuerzas demoníacas. Ahora, esta parece ser una idea tan universalmente aceptable que debe tener algún fundamento.

Claro, es necesario reconocer que muchas enfermedades y trastornos mentales fueron y aún son equivocadamente atribuidos a la influencia de demonios.

Pero la gran cantidad de creencias y supersticiones populares en relación con espíritus malignos no constituye un argumento consistente contra su existencia.

Los escépticos podrían exigir evidencias más “científicas”. Pero, ¿qué tipo de evidencia relevante al respecto podría ser obtenida a través del método científico?

Las ciencias naturales investigan la realidad por medio de conceptos como el espacio, el tiempo, la energía, el movimiento; las ciencias humanas analizan el comportamiento humano.

– Los demonios no tienen cuerpo físico, ni tampoco son humanos. ¿Cómo podríamos someterlos a los escrutinios de nuestra ciencia?

No podemos colocarlos en tubos de ensayo, ni someterlos a los métodos de psicoanálisis. Lo máximo que los científicos pueden hacer es observar las influencias de los demonios en el mundo físico o en el comportamiento de las personas; pero la mentalidad “científica” los llevará a buscar, siempre, explicaciones alternativas para tales fenómenos, incluso cuando éstas se muestren claramente inadecuadas.

Al hablar con católicos, basaría mi argumentación en losnumerosos pasajes de la Biblia que dan testimonio de la existencia del diablo y de sus aliados malignos.

Los Evangelios dan testimonio, en particular, de que el propio Jesucristo habló con Satanás; la discusión entre Nuestro Señor y el diablo en el desierto no se considera solamente un diálogo interior sobre las tentaciones.

Cristo se refirió a los demonios en diversas ocasiones, y la actividad de expulsar a los malos espíritus de personas endemoniadas constituyó un aspecto destacado e indispensable de su misión.

Algunos estudiosos han sugerido que en estos episodios, Cristo estaría, de hecho, simplemente curando enfermedades físicas o mentales, erróneamente considerados demonios de las personas de aquel tiempo.

En respuesta a tales argumentos, necesitamos sólo recordar que, conforme atestigua el Evangelio, al menos en una ocasión –obedeciendo órdenes de Cristo– los demonios abandonaron a su huésped humano para invadir los cuerpos de animales. Ahora, no se puede transferir un trastorno médico de un hombre a una piara de cerdos.

La realidad de los poderes demoníacos han sido un elemento constante de la doctrina de la Iglesia católica desde su institución por Cristo, por medio de sus apóstoles. Estos, como sus sucesores, hablaron y escribieron sobre Satanás en varias ocasiones.
A lo largo de los siglos, todos los grandes maestros de la Iglesia han corroborado su existencia.

La existencia de Satanás ha sido también reiterada en diversas declaraciones de los papas y concilios de la Iglesia; encontramos referencias a él también en la liturgia.

Y, conforme nos muestra este libro, a lo largo de los siglos un sinnúmero de santos – personas cuya integridad moral y salud mental no puede ser cuestionada– dieron testimonio de sus propias luchas personales contra agresores demoníacos.

La obstinación en seguir rechazando la veracidad de estos hechos me parece más la expresión de una creencia ciega e irracional.

Fuente: Aleteia.

El misterioso origen de la oración a San Miguel Arcángel

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Hay una verdadera batalla espiritual ocurriendo a nuestro alrededor. Nuestra fe nos enseña que los seres humanos no somos las únicas criaturas inteligentes hechas por Dios; él también hizo ángeles y algunos de ellos se rebelaron. Ambas partes siguen luchando por las almas humanas en la actualidad.
Una oración popular que hace referencia explícita a esta batalla es la Oración a San Miguel Arcángel. Compuesta por el Papa León XIII en el siglo XIX. Hay una versión corta que muchos católicos hemos aprendido de memoria, y también una versión más larga utilizada durante los exorcismos.
Lo que hace esta oración particularmente interesante es su supuesta historia de origen.
En la mañana del 13 de octubre de 1884, y luego de celebrar la Santa Misa, el Papa León XIII levantó la cabeza y fijó la mirada en algo que le produjo horror. Inmediatamente volvió en sí y se encerró en su despacho privado. Media hora más tarde, con sus asistentes llamando a la puerta para ver si todo estaba bien, él salió luego de haber compuesto la Oración a San Miguel Arcangel. A partir de ese día él comenzó a recitar dicha oración con frecuencia.
¿Qué vio que lo inspiró a componer dicha oración? En una versión, tuvo una visión de fuerzas demoníacas que rodeando Roma. En otra, León XIII habría escuchado una conversación entre Dios y Satanás, en la que Dios le permitie a Satanás escoger un siglo en el cual haría su peor trabajo. ¿Y qué siglo eligió el maligno? El siglo XX.
Desde la década de 1930, varios artículos en publicaciones católicas han difundido historias como esta. Por desgracia, no está claro si hay algo de verdad en ellas, ya que el relato más antiguo no aparece hasta unos 45 años después de que León XIII compusiera la oración. Un artículo publicado en la década de 1950 menciona como fuente a la secretaria personal de Leon XIII, pero no está claro que tan exacto sea, ya que no hay fuentes de la década de 1880 que mencionen dicha historia.
De cualquier manera, la lección es la misma: no seas ingenuo, la guerra espiritual está por todas partes, ¡y continúa orando!

Oración a San Miguel Arcangel

“San Miguel arcángel, defiéndenos en batalla,
sé nuestro amparo contra las maldades y asechanzas del diablo,
que Dios le reprendaes nuestra humilde súplica;
y tú, Príncipe de las huestes celestiales,
por el poder de Dios,arroja al Infierno a Satanás
y a los demás espíritus malignos,
que rondan por el mundo
buscando la ruina de las almas. 
Amén.”

Siete pecados “pasados de moda” que te pueden llevar al infierno

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El mundo actual con su ritmo vertiginoso de vida, con un mayor acceso a la información y con las nuevas tendencias, parece haber dejado de lado la contrición y considera que el pecado y el infierno están “pasados de moda”. Pero así no es.
El pecado es algo serio, el infierno existe y es el destino de los pecadores. San Pablo dijo: “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? Que no te engañen…”(1 Corintios 6,9).
Sin embargo, ¡hay esperanza!, pues por la gracia de Dios podemos apartarnos de nuestros pecados y encontrar la salvación en Jesucristo.
Pero primero necesitamos reconocer nuestros pecados y que necesitamos ser salvados. Una vez que tengamos una vida nueva en Cristo, la vida cristiana comienza y estamos llamados a cooperar con la gracia de Dios para crecer en santidad.
Por ello, te presentamos una lista de los pecados que el mundo actual considera “normales”, pero a los que se debes tomar en serio:

1) La mentira

“¿Qué pasaría si la persona nunca lo descubre? ¿Qué tal si es sólo por conveniencia? ¿O qué tal si sirve para lograr un bien mayor?”
No. Mentir es mentir y está mal.
Mentir es decir una falsedad con la intención de engañar y siempre está mal porque es una ofensa contra la verdad, que es Cristo (Juan 14,6).
Recuerda, la mentira es la lengua nativa del demonio, a quien Jesús llama “el padre de la mentira” (Juan 8,44). El libro de la Sabiduría advierte: “la mentira destruye tu alma” (Sabiduría 1,11).

2) Inmoralidad sexual

“¡Huye de la inmoralidad sexual!” (Corintios 6,18).
¿Pero por qué no podemos hacer lo que queramos con nuestros cuerpos? Mientras una persona está de acuerdo, todo vale, ¿no?
No. San Pablo dice: “Eviten la fornicación. Cualquier otro pecado cometido por el hombre es exterior a su cuerpo, pero el que fornica peca contra su propio cuerpo. ¿O no saben que sus cuerpos son templo del espíritu Santo, que habita en ustedes y que han recibido de Dios? Por lo tanto, ustedes no se pertenecen, sino que han sido comprados, ¡y a qué precio! Glorifiquen entonces a Dios en sus cuerpos”. (1 Corintios 6,18-20)
Nosotros podemos pecar contra nuestros propios cuerpos. Dios nos ha hecho a nosotros y a nuestra sexualidad con dignidad, valor y orden, que debe ser respetado y querido.
Recuerden que Cristo predicó sobre la lujuria en el corazón: “No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer con lujuria ya ha cometido adulterio con ella en corazón”.

3) Robo

“No robarás”. (Éxodo 20,15)
Robar es tomar algo que no te pertenece. Eso incluye a todo el material que tenga copyright. Robar no se vuelve aceptable sólo porque estás en Internet. Todo el mundo lo sabe, pero igual lo hacemos. Aun así es un pecado grave.

4) Alcoholismo

El alcohol es un maravilloso don de Dios. Jesús convirtió el agua en vino y los monjes cristianos solían hacer la mejor cerveza del mundo.
Pero beber demasiado hasta el punto de emborracharse y perder el control es un pecado: “No se engañen…los bebedores…no entrarán en el Reino de Dios”. (1 Corintios 6,9-10) “No se emborrachen con vino, porque eso es libertinaje”. Ante esto, San Pablo nos ofrece una alternativa: “Llénense del Espíritu”. (Efesios 5,8).

5) Gula

Algunos se han referido a la gula como el vicio olvidado.
Obviamente necesitamos comer, hay un tiempo para festejar y la comida puede disfrutarse maravillosamente. Pero, al igual que el alcohol, todo debe disfrutarse con moderación. La gula es un amor inmoderado a la comida y no sólo puede traer serias consecuencias a tu salud, sino también para tu alma.
“Porque ya les advertí frecuentemente y ahora les repito llorando: hay muchos que se portan como enemigos de la cruz de Cristo. Su fin es la predicción, su dios es el vientre, su gloria está en aquello que los cubre de vergüenza, y no aprecian sino las cosas de la tierra”. (Filipenses 3,18-19).

6) Venganza

La justicia es importante y cualquier justicia que no ha sido dada por el gobierno será rectificada por Dios al final. Pero a nosotros ahora, Dios nos llama a un plano superior:
“No devuelvan a nadie mal por mal. Procuren hacer el bien delante de todos los hombres. (…) Queridos míos, no hagan justicia por sus propias manos, antes bien, den lugar a la ira de Dios. Porque está escrito: Yo castigaré. Yo daré la retribución, dice el Señor. Y en otra parte está escrito: Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Haciendo esto, amontonarás carbones encendidos sobre su cabeza. No te dejes vencer por el mal. Por el contrario, vence al mal, haciendo el bien”. (Romanos 12. 17, 19-21)
También mantén en mente las enseñanzas de Jesús respecto al perdón: “Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes”. (Mateo 6,14-15)

7) Asesinato

“¡Por favor, actualmente nadie comete asesinatos!”. ¿Estás seguro?
El asesinato es la muerte voluntaria y directa de una vida humana inocente. Incluso si la persona es pequeña y está en desarrollo en el vientre de su madre. Incluso si la persona está en desventaja. Incluso si la persona está enferma y es difícil de cuidar. Incluso si la persona es vieja y puede morir pronto de todos modos. El aborto y, cada vez más, la eutanasia es ampliamente aceptada y practicada en toda nuestra sociedad.
El asesinato es una ofensa contra Dios porque los seres humanos fuimos hechos a Su imagen y semejanza. (Génesis 1,27)
Si has cometido alguno de estos pecados arrepiéntete y acógete a la misericordia de Dios.
Fuente: http://es.churchpop.com/2016/05/09/siete-pecados-pasados-de-moda-que-te-pueden-llevar-al-infierno/

5 santos que tuvieron aterradoras visiones del infierno

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Muchos santos afirmaron haber tenido sobrenaturales visiones del infierno. Y, aunque la iglesia no se basa en ellas para formular doctrina, estas visiones deben recordarnos lo que nuestra fe ya enseña: el infierno es un lugar real y terrible, y la gente realmente puede llegar allí.
Santa Faustina, una gran santa del siglo XIX, dijo acerca de una sus visiones:
Lo que he escrito no es más que una pálida sombra de las cosas que vi. Pero me di cuenta de una cosa: que la mayoría de las almas que hay no creían que hubiera un infierno. ¡Cuán terriblemente sufren las almas allí!  En consecuencia, pido aún más fervientemente por la conversión de los pecadores
Así que arrepiéntete de tus pecados, vuelve al Señor y ayuda a otros a volver a Él.

1) Beata Ana Catalina Emmerich: “Nadie podría contemplarlo sin temblar”

La Beata Ana Catalina Emmerich vivió a final del siglo 18 y principios del siglo 19 en el Sacro Imperio Romano. Fue una mística que afirmó haber tenido visiones de todo tipo de cosas espirituales. He aquí un extracto de una de sus visiones del infierno:
“El exterior del Infierno era horrible y espantoso; era un inmenso edificio de aspecto pesado, y el granito del que estaba formado, aunque negro, era de brillo metálico; y las puertas oscuras y pesadas fueron aseguradas con muchos cerrojos tan terribles que nadie podría contemplarlos sin temblar.
Gemidos profundos y gritos de desesperación pueden distinguirse claramente incluso cuando las puertas estaban bien cerradas; pero, ¡Quién puede describir los gritos y chillidos que estallaron uando se soltaron los tornillos terribles y las puertas se abrieron!; y, oh, ¡quién puede describir el aspecto melancólico de los habitantes de este lugar miserable! […]
Todo dentro de él es, por el contrario, cerrado, confuso, y lleno de gente; cada objeto tiende a llenar la mente con sensaciones de dolor y pena; la desesperación, como un buitre, roe cada corazón, y la discordia y miseria reinan alrededor. […] En la ciudad del Infierno no hay nada que ver, solo mazmorras sombrías, oscuras cavernas, desiertos espantosos, pantanos fétidos llenos de todas las especies imaginables de reptiles venenosos y repugnantes. […]
En el Infierno, hay escenas perpetuas de miserable discordia, y toda clase de pecado y corrupción, ya sea bajo las formas más horribles imaginables, o representadas por diferentes tipos de tormentos espantosos. Todo en esta morada triste tiende a llenar la mente de horror; ni una palabra de consuelo se escucha y ninguna idea consoladora es admitida; el único y tremendo pensamiento es la justicia que un Dios todopoderoso otorga a la nada maldita, acompañado de la convicción absorbente de que ellos la han merecido plenamente y esto agobia cada uno de sus corazones.
El vicio aparece en su verdadero aspecto, colores repugnantes y sombríos. Se despojó de la máscara bajo la cual se ocultaba en este mundo, y la víbora infernal es vista devorando los que lo han querido o fomentado. En una palabra, el Infierno es el templo de la angustia y la desesperación…”

2) Santa Teresa de Ávila: “En el fuego, y despedazada”

La gran mística del siglo 16 y Doctora de la Iglesia, afirma haber tenido esta experiencia del infierno:
“La entrada parecía ser un estrecho pasaje largo, como un horno, muy baja y oscura. El suelo parecía estar saturado con lodo, muy sucio, emanando olores pestilentes, y cubierto de bichos repugnantes. Al final era un lugar vacío en la pared, como un armario, y en éste me vi encerrada. […]
Sentí un fuego en mi alma. […] Mis sufrimientos corporales eran insoportables. He padecido los sufrimientos más dolorosos en esta vida… sin embargo, todos estos eran nada en comparación con lo que sentí entonces, sobre todo cuando vi que no habría ninguna interrupción, ni ningún fin a ellos. […]
No vi quién era el que me atormentaba, pero me sentí en el fuego, y me parecía estar como despedazada. Y lo repito, este fuego interior y la desesperación son los mayores tormentos de todos. […]
Yo no podía sentarme ni acostarme: no había espacio. Me pusieron como en un agujero en la pared; y esas paredes, terribles por sí mismas, me cercaban por todas partes. Yo no podía respirar. No había luz, todo era oscuridad. […]
Estaba tan aterrorizada por esa visión – y siento el terror en mí incluso ahora mientras estoy escribiendo – que a pesar de que esto tuvo lugar hace casi seis años, el calor natural de mi cuerpo se enfría por el miedo, incluso ahora, cuando pienso en ello […]
Fue esa visión que me llenó de la gran angustia que siento al ver a tantas almas perdidas, sobre todo las de los luteranos que fueron una vez miembros de la Iglesia por el bautismo – y también esta visión me dio los deseos más vehementes por la salvación de las almas; porque ciertamente creo que, para salvar aunque sea a un alma de esos tormentos abrumadores, yo de muy buena gana resistiría muchas muertes”.

3) San Juan Bosco: “Terror indescriptible”

En 1868, San Juan Bosco afirmó que había tenido un sueño sobre el infierno. Su narración completa es bastante larga, así que aquí compartimos sólo un breve fragmento:
“En cuanto crucé el umbral, sentí un terror indescriptible y no me atreví a dar un paso más. Delante de mí pude ver algo así como una inmensa cueva que desapareció gradualmente en huecos hundidos profundamente en las entrañas de la montaña. Todos estaban en llamas, pero el suyo no era un fuego terrenal con lenguas de fuego, sino que toda la cueva – paredes, techo, piso, hierro, piedras, madera y carbón – todo era un blanco resplandeciente a temperaturas de miles de grados. Sin embargo, el fuego no se incineraba, no se consumía. Yo simplemente no puedo encontrar palabras para describir el horror de la caverna.[…]
Mi guía tomó mi mano, me obligó a abrirla, y la apretó contra la primera de las mil paredes. La sensación era tan absolutamente insoportable que salté hacia atrás con un grito y me encontré sentado en la cama.
Mi mano estaba lastimada y seguí frotando para aliviar el dolor. Cuando me levanté esta mañana me di cuenta de que estaba hinchada. Tener mi mano apretada contra la pared, aunque sólo en un sueño, se sentía tan real que, más tarde, la piel de la palma de mi mano se peló.
Tenga en cuenta que he intentado no asustarte mucho, y por eso no he descrito estas cosas con todo su horror como las vi y como me impresionaron. Sabemos que Nuestro Señor siempre representó el infierno con símbolos porque, si hubiera descrito como realmente es, no lo habríamos comprendido. Ningún mortal puede comprender estas cosas”.

4) Sor Lucía de Fátima: “Gritos y gemidos de dolor y desesperación”

Sor Lucía de Fátima no es santa (ya que murió recientemente, en 2005), pero fue una de las videntes de Fátima en el siglo 20, una aparición aprobada en la Iglesia. Como parte de esa visión, ella dice que vio el infierno:
“Vimos, por decirlo así, un vasto mar de fuego. Sumido en este fuego, vimos a los demonios y las almas de los condenados.
Estos últimos eran como brasas transparentes en llamas, todos de bronce ennegrecido o bruñido, que tienen formas humanas. Ellos estaban flotando alrededor de un incendio, siendo elevadas en el aire por las llamas que de ellas mismas salían, juntamente con nubes de humo. Luego, ellos se replegaron por todos lados como las chispas producidas en los grandes incendios, sin peso ni equilibrio, entre gritos y gemidos de dolor y desesperación, que nos horrorizaron y nos hicieron temblar de miedo (esta debe haber sido la visión que me hizo gritar, según afirma la gente que me escuchaba).
Los demonios se distinguían de las almas de los condenados por sus formas horribles y repugnantes de animales espantosos y desconocidos, negros y transparentes como carbones ardientes”.

5) Santa María Faustina Kowalska: “Un lugar de gran tortura”

Santa María Faustina Kowalska, a menudo conocida simplemente como Santa Faustina, fue una monja polaca que afirmó tener un gran número de experiencias místicas en la década de 1930. He aquí un extracto de su diario acerca de una de sus visiones:
“Hoy he estado en los abismos del infierno, conducida por un ángel. Es un lugar de grandes tormentos, ¡qué espantosamente grande es su extensión! Los tipos de tormentos que he visto: el primer tormento que constituye el infierno, es la pérdida de Dios; el segundo, el continuo remordimiento de conciencia; el tercero, aquel destino no cambiará jamás; el cuarto tormento, es el fuego que penetrará al alma, pero no la aniquilará, es un tormento terrible, es un fuego puramente espiritual, incendiado por la ira divina; el quinto tormento, es la oscuridad permanente, un horrible, sofocante olor; y a pesar de la oscuridad los demonios y las almas condenadas se ven mutuamente y ven todos el mal de los demás y el suyo; el sexto tormento, es la compañía continua de Satanás; el séptimo tormento, es una desesperación tremenda, el odio a Dios, las imprecaciones, las maldiciones, las blasfemias. Estos son los tormentos que todos los condenados padecen juntos, pero no es el fin de los tormentos.
Hay tormentos particulares para distintas almas, que son los tormentos de los sentidos: cada alma es atormentada de modo tremendo e indescriptible con lo que ha pecado. Hay horribles calabozos, abismos de tormentos donde un tormento se diferencia del otro. Habría muerto a la vista de aquellas terribles torturas, si no me hubiera sostenido la omnipotencia de Dios. Que el pecador sepa: con el sentido que peca, con ése será atormentado por toda la eternidad. Lo escribo por orden de Dios para que ningún alma se excuse diciendo que el infierno no existe o que nadie estuvo allí ni sabe cómo es. […]
He observado una cosa: la mayor parte de las almas que allí están son las que no creían que el infierno existe. Cuando volví en mí no pude reponerme del espanto, qué terriblemente sufren allí las almas”. (Diario de Santa Faustina, 741)
Fuente: http://es.churchpop.com/2016/06/05/5-santos-que-tuvieron-aterradoras-visiones-del-infierno/

La tentación demoníaca en tres santos


El dolor del alma

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Velad, pues no sabéis el día ni la hora  (Mt. 25, 11).
E irán al suplicio eterno, y los justos a la vida eterna (Mt. 25, 46).




El alma se separa del cuerpo

Queridos hermanos, ¿han meditado por un instante el momento de la muerte, cuando su alma se separe definitivamente del cuerpo? El alma estará completamente sola, ya no se sentirá apoyada por su cuerpo, estará en una espantosa soledad. Estará frente a toda su vida; ésta pasará delante de ella como una película. No podrá mentir, ni disimular, ni se podrá apoyar en nada absolutamente. Nada podrá ocultar como  cuando estaba en el cuerpo. Estará absolutamente sola ante su vida, ante toda su vida, pues nada quedará oculto.

No podemos entender lo que es estar el alma sin el cuerpo. Pero debemos meditar en ello. Porque en ese momento nada tiene sentido, sólo lo que hayamos hecho de bueno.
Vamos a morir irremediablemente, e irremediablemente sólo nos llevaremos nuestras obras, buenas o malas. Nuestra alma acudirá sola al juicio particular, en primer lugar. El alma estará al principio muy asustada, tremendamente asustada sin saber qué ocurre. Nada sabrá. Sólo temor ante lo desconocido. Habrá un silencio indescriptible. Ya no hay nada, solo el alma ante Dios. Toda la vida la verá en un instante, ya no podrá arrepentirse, ni excusarse, ni pedir perdón. No dirá nada porque nada puede decir. Experimentará lo que es la nada más absoluta.
Sólo escuchará la voz de Dios qua la llamará por su nombre. Comprenderá la grandeza de Dios, Su Omnipotencia que todo lo sabe, que todo lo ve,  que todo lo escucha. Aunque el alma no se acuerde, Él sí se acuerda. Si el alma no sabe si realizó esto o aquello  del agrado de Dios, Él le dirá: ¡Claro que hiciste esto bueno! ¡Claro que hiciste aquello que me agradó!
Pero, ¡oh horror, entre los horrores!, ¡si el alma se separa del cuerpo sin arrepentirse de sus pecados  y se presenta ante Dios con pecados mortales! Ya no oirá la voz de Dios, sino la del  demonio. ¡Te has condenado alma por tu propia voluntad! Es lo más horripilante que se pueda uno imaginar.
Ha venido la muerte y te ha cogido de imprevisto en tu pecado mortal, no has estado preparado, no te has preocupado por ello; no has pensado en la salvación ni en la condenación; mientras estabas en el cuerpo vivías felizmente como si esta vida nunca fuera a terminar, despreocupada totalmente del juicio divino.
Pero el momento llega y el alma comprueba lo que es estar sin el cuerpo, y experimenta la terrorífica experiencia de su soledad cuando ve la realidad monstruosa de sus pecados mortales y la ofensa que ha infligido al Creador. Se terminó su seguridad y su complacencia en las cosas terrenales. Ya nada le interesan. Sólo la horrible tristeza de su vida de pecado le preocupa. El miedo será tal que ni podrá arrepentirse, aunque ya de nada podrá valer. Oirá la voz horrorosa, terrible y escalofriante del demonio que la llama por su nombre. Todo acabó, empieza la eternidad de dolor y sufrimiento. Lo que era placer, ahora es condenación. El alma se podría haber salvado y no lo hizo.

Almas de niños en el Purgatorio
Queridos hermanos, el Señor quiere muchísimo a los niños. ¿Por qué hay niños en el Purgatorio? Porque camino del Calvario los padres les ponían piedras en las manos de sus hijos y les obligaban a que se las tiraran al Señor. Ellos no entendían por qué, y, al principio remisos, terminaron tirándolas mientras se reían como los mayores. A pesar de  su inocencia inicial, terminan actuando con malicia y haciendo el mal.
Los padres educan como quieren a los hijos, los educan en el pecado. Por culpa de los padres hay muchos niños sin bautizar y sin revivir las Sagrada Comunión.
Los niños que en el camino del Calvario le tiraban piedras eran los mismos que Él había sentado en Su regazo y acariciado. Los niños pecaron contra Dios, le apedrearon y se rieron de Él. Son niños, pero pecan al desobedecer, al insultar, al pegar a sus compañeros o hermanos, cuando se ríen de otros niños, cuando dan patadas, cuando rechazan al Señor y no se confiesan, y muchos comulgan en este estado de pecado.
En su pequeño entendimiento deben saber que el Señor está presente en la Sagrada Eucaristía. Están contagiados por el mal. Sus padres son culpables, pero ellos son pecadores.
Los niños pecan y han de confesarse.

Alma limpia de todo pecado.
Queridos hermanos, deseemos que nuestra vida sea inmaculada para que cuando venga la muerte no nos condenemos. El pecador necesita  ayuda para ser convertido a Jesucristo, para llevar  una vida limpia, transparente, sin mácula de pecado. ¡Sin pecado!
Con gran frivolidad se acude a velatorios donde lo que  menos se hace es rezar por el alma del difunto. Cuando alguien fallece necesita imperiosamente oraciones para que el alma tenga esos sufragios en el momento indescriptible en que se separa de  su cuerpo definitivamente, en el momento del silencio más absoluto que uno se pueda imaginar, en el momento de angustia ante lo desconocido y nuevo para ella.
Dios es bueno y sólo quiere que el pecador se arrepienta.
El dolor del alma ante lo desconocido, por el bien que pudo hacer y no hizo, por cuanto puedo amar a Dios y no lo amó, ante la realidad de no poder arrepentirse,  ante la falta total de valimiento propio, de indefensión más absoluta, ante la voz de Dios o la voz del demonio.
Ave María Purísima.
Padre Juan Manuel Rodríguez de la Rosa.

Tiempos Satanicos: Lanzan “Agony”, el juego de video que lleva al infierno a los jovenes

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Aunque se parece más a una película de terror, este tipo de producto sólo refleja el creciente interés de la gente sobre él. La industria del entretenimiento parece creer que es rentable...

ATENCION: Controlen los juegos que usan sus hijos, pues aqui es donde comienzan los problemas espirituales de los jovenes.

El nuevo juego de video Agony será lanzado el año que viene,y éste quiere presentar una nueva propuesta. Ene ste caso el personaje principal del juego está atrapado en el infierno, llega al lugar de tormento sin memoria, sin saber cómo llegó hasta allí y su único objetivo es huír. Sin embargo su cuerpo está completamente carbonizado.

Segun PC Gamer, para lograr su objetivo y sobrevivir, el jugador debe entrar en los “cuerpos” de los demonios y las almas condenadas.
La habilidad del jugador sera controlar otras almas y demonios que también le serán útil en la jornada para encontrar a la “Reina Roja”, la única moradora que lo puede liberar.

Este seria el primer juego de estudio polaco Madmind, creado por nueve veteranos de la industria del juego. Será lanzado al mismo tiempo que las versiones para PC, Xbox One y PlayStation 4. Conforme con analistas especiales de la industria, será un éxito en ventas.

Segun los sitios web de gamers, los amantes de estos estilos de juegos están ansiosos con Agony y al ver su primer tráiler, que bien podría ser la intro del juego, en el cual podemos se puede ver una idea de retratar el infierno sin escapar de detalles grotescos y míticos.

Por lo que se puede observar en el tráiler todo parece indicar que estamos ante el infierno que se plasma en las hojas de ‘La Divina Comedia’, con una dirección artística que estará llena de almas torturadas, súcubos y criaturas demoníacas que imponen castigos y terror.

Lo que más llama la atención del juego, sería la forma en la que explota este universo demoniaco, ya que en lugar de tener el papel de alguien que se va despedazando a medio infierno, los jugadores estaran en el papel de un alma torturada que ha perdido sus recuerdos y que ha sido arrojada a las profundidades del infierno, pero que tiene la pequeña habilidad de controlar la mente de algunos torturados y demonios.

Vea por si mismo el Trailer del video juego que llevara a la gente a experimentar el infierno:



Fuente: Noticias Finales. 

Casiano el Romano sobre la acidia y el demonio

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La acidia Nuestra sexta lucha es contra el espíritu de la acidia, que está unido al espíritu de la tristeza y con él colabora, siendo éste un terrible y pesado demonio, siempre pronto a ofrecer una batalla a los monjes. Cae sobre el monje en la hora sexta produciéndole desasosiego y escalofríos, causándole odios hacia el lugar donde se encuentra y contra los hermanos que viven con él, así como respecto de su trabajo y de la lectura misma de las divinas Escrituras. Le insinúa también el pensamiento de cambiar de lugar y la idea de que, si no cambia y no se muda, todo será fatiga y tiempo perdido. Además de esto, le dará hambre alrededor de la hora sexta, un hambre tal como no le sucede después de tres días de ayuno, de un largo viaje o de una gran fatiga. Luego hará que surjan pensamientos varios, tales como que no podrá nunca liberarse de tal mal o de tal peso, si no sale frecuentemente visitando a tal hermano, para obtener una ventaja, se entiende, o visitando a los enfermos.

Cuando el monje no se encuentra atado por estos pensamientos, lo sumerge entonces en un sueño profundo, tornándose el sentimiento aun más violento y fuerte en contra de él, y no podrá ser ahuyentado si no es por medio de la oración, evadiendo el ocio, con la meditación de las divinas palabras y con la resistencia a las tentaciones. Porque si este espíritu no encuentra al monje defendido por estas armas, lo golpea con sus flechas y lo torna inestable, lo agita, lo torna indolente y ocioso, induciéndolo a recorrer varios monasterios, no preocupándose, no buscando otra cosa más que lugares donde se coma y se beba bien. Porque la mente del acidioso no piensa más que en esto o en la excitación que proviene de estas cosas. Y llegado a este punto, el demonio lo envuelve en asuntos mundanos, y poco a poco lo engancha mediante estas peligrosas ocupaciones, hasta que el monje rechaza del todo su profesión monástica. 

El divino Apóstol, sabiendo cuán pesado es este mal, y queriendo, cual médico sabio, erradicarlo completamente de nuestras almas, nos muestra sobre todo las causas que lo originaron y nos habla así: Os rogamos hermanos, en el nombre del Señor nuestro Jesucristo, manteneros alejados de todo hermano que no cambie por la disciplina y siguiendo la tradición que habéis recibido de nosotros. Vosotros sabéis cómo imitarnos, puesto que no nos hemos portado desordenadamente entre vosotros: no hemos comido gratuitamente el pan de nadie, sino que hemos trabajado día y noche con fatiga y afán para no ser una carga para vosotros; no porque tuviésemos potestades para no trabajar, sino con el fin de darles un modelo a imitar. Cuando estuvimos entre ustedes les pedimos esto: si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma. Sentimos que algunos de entre vosotros caminan indisciplinadamente, sin hacer nada, pero inmiscuyéndose en todo. A éstos nos dirigimos y les recomendamos en Cristo Jesús que coman de su pan, trabajando con tranquilidad (2 Ts 3:6-12).

Sabemos con cuanta sabiduría el Apóstol nos muestra las causas del tedio. Llama "sin disciplina" a los que no trabajan; pone en evidencia con esta sola palabra una gran malicia, porque el que lo hace no teme a Dios, no considera a su hermano al hablar y es presto al insulto: es decir, no sabe estar en paz y es esclavo del tedio. El Apóstol nos ordena mantenernos alejados de tales personas, es decir, separarnos como de un mal contagioso. Y no según la tradición que han recibido de nosotros (2 Ts 3,6), y con esta expresión indica cómo aquellos son soberbios, discruptores y malos difusores de las tradiciones apostólicas. Aun dice: No hemos comido gratuitamente pan de nadie, sino que hemos trabajado día y noche con fatiga y afán (2Ts 3:8).

El Doctor de las gentes, el heraldo del Evangelio, aquel que ha sido raptado hasta el tercer cielo, aquel que dice cómo el Señor ha establecido que aquellos que anuncian el Evangelio viven del Evangelio, trabaja de día y de noche para no ser una carga para nadie (2Ts 3:8). ¿Qué haremos nosotros, que frente al trabajo nos mostramos tediosos y buscamos el reposo del cuerpo? Nosotros, a quienes no nos ha sido confiado el anuncio del Evangelio ni la preocupación de las iglesias, sino apenas el cuidado de nuestra alma. Y el Apóstol agrega: mostrando claramente el daño causado por el ocio: ...sin hacer nada pero inmiscuyéndose el todo (2Ts 3:11). Del ocio viene la curiosidad, de la curiosidad, la falta de disciplina y de ésta toda malicia. Pero el Apóstol nuevamente prevé una cura para éstos y agrega: A éstos recomendamos que coman de su pan trabajando con tranquilidad (2Ts 3:12). Y de modo aún más impresionante, agrega: El que no quiera trabajar, que tampoco coma (2Ts 3:10). 

Los santos Padres que viven en Egipto, adiestrados por estos preceptos apostólicos, no permiten a los cristianos permanecer ociosos en ningún momento, sobre todo si se trata de jóvenes. Porque saben que sometiéndose al trabajo alejan el tedio, obtienen su propia comida y ayudan a los necesitados. 

Éstos no trabajan sólo para obtener su propia comida, sino para proveer a los extranjeros, a los pobres y a los presos con su propio trabajo; a causa de su propia fe, las buenas obras que hacen se convierten en un sacrificio santo, grato a Dios.

También dicen esto los Padres: "El que trabaja, no tiene a menudo más que un solo demonio a quien combatir y por el cual está oprimido, mientras que el ocioso está atormentado por miríadas de malos espíritus.

Pero es bueno agregar también una palabra del padre Moisés, hombre de probadísima virtud entre los Padres. Me refiero a una palabra que recibí de él. En un breve período transcurrido por mí en el desierto, fui atormentado por el tedio, por lo que acudí a su consejo contándole lo que me había ocurrido. 

Habiéndome el tedio reducido a los extremos, logré superarlo acudiendo a san Pablo. El padre Moisés me contestó así: "Ten coraje. No te has liberado, sino que te le has entregado totalmente como esclavo. Debes saber que, puesto que has desertado, te hará una guerra aún más grave, si de ahora en adelante no te dedicas a combatirlo con celo por medio de la paciencia, de la oración y del trabajo manual." 

Fuente: La Filocalia

Kempis: No se debe dejar ligeramente la sagrada comunión

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Muy a menudo debes recurrir a la fuente de la gracia y de
la divina misericordia, y a la fuente de la bondad y de toda la
limpieza, porque puedas ser curado de tus pasiones y vicios, y
merezcas ser hecho más fuerte y más despierto contra todas las
tentaciones y engaños del diablo.

El enemigo sabiendo el grandísimo fruto y remedio que está en
la sagrada comunión, trabaja por todas las vías que él puede estorbarla
a los fieles y devotos cristianos; porque luego que algunos
se disponen a la sagrada comunión padecen peores tentaciones
de satanás que antes; porque el espíritu maligno, según que
se escribe en Job 102, viene entre los hijos de Dios para turbarlos
con su acostumbrada malicia, o para hacerlos muy temerosos y
dudosos, porque así disminuya su afecto, o acosándolos les quite
la confianza; para que de esta manera, o dejen del todo la
comunión, o lleguen a ella tibios y sin fervor.

Mas no debemos cuidar de sus astucias y fantasías, por más
torpes y espantosas que sean; mas quebrarlas todas en su cabeza,
y procurar de despreciar al desventurado, y burlar de él; y
no se debe dejar la sagrada comunión por todas las malicias y
turbaciones que levantare.

Muchas veces también estorba para alcanzar devoción la demasiada
ansia de tenerla, y la gran confianza de confesarse. Por
eso haz en esto lo que aconsejan los sabios, y deja la ansia y
escrúpulo, porque estas cosas impiden la gracia de Dios, y destruyen
la devoción del ánima.

No dejes la sagrada comunión por alguna pequeñuela tribulación
o pesadumbre; mas confiésate luego, y perdona de buena
voluntad las ofensas que te han hecho; y si tú has ofendido a
alguno, pídele perdón con humildad; y así Dios te perdonará de
buena gana.

¿Qué aprovecha dilatar mucho la confesión o la sagrada comunión?
Límpiate en el principio, escupe presto la ponzoña, toma
de presto el remedio, y hallarte has mejor que si mucho tiempo
lo dilatares. Si hoy lo dejas por alguna ocasión, mañana te puede
acaecer otra mayor, y así te estorbarás mucho tiempo, y estarás
más inhábil. Por eso lo más presto que pudieres sacude la pereza
y pesadumbre; que no hace al caso estar largo tiempo con
cuidado envuelto en tribulaciones, y por los estorbos cotidianos
apartarte de las cosas divinas.

Antes daña mucho dilatar la comunión largo tiempo, porque
es causa de estarse el hombre ocupado en grave torpeza. ¡Ay
dolor! que algunos tibios y desordenados dilatan muy de grado

la confesión, y desean alargar la sagrada comunión, por no ser
obligados a guardarse con mayor cuidado. ¡Oh cuán poca caridad,
oh cu´an flaca devoción, oh cuán poco amor divino tienen
los que tan fácilmente dejan la sagrada comuni´on!
¡Cuán bienaventurado es y cuán agradable a Dios el que vive
tan bien, y con tanta puridad guarda su conciencia, que cada día
está aparejado a comulgar, deseoso de hacerlo así que le conviniese,
y no fuese notado! Si alguno se abstiene algunas veces por
humildad o por alguna cosa legítima, de loar es por la reverencia;
mas si poco a poco le entrare la tibieza, debe despertarse,
y hacer lo que en sí es; nuestro Señor ayudar´a a su deseo por la
buena voluntad, la cual él mira especialmente.

Mas cuando fuere legítimamente impedido, tenga siempre
buena voluntad, y devota intención de comulgar, y así no carecerá
del fruto del Sacramento. Porque todo hombre devoto
puede comulgar cada día y cada hora espiritualmente; mas en
ciertos días, en el tiempo ordenado debe recibir el Sacramento
del cuerpo de nuestro Redentor Jesucristo con amorosa reverencia.
Y más se debe mover a ello por loor y honra de Dios, que
por buscar su propia consolación. Porque tantas veces comulga
secretamente, y es recreado invisiblemente, cuantas se acuerda
devotamente del misterio de la encarnación de nuestro Señor
Jesucristo y de su preciosísima pasión, y se enciende en su divino
amor.

Mas el que no se apareja en otro tiempo, sino para la fiesta, o
cuando le fuere la costumbre, muchas veces se hallará mal aparejado.
Bienaventurado el que se ofrece a Dios en entero sacrificio
cuantas veces celebra o comulga. No seas muy prolijo, ni acelerado
en celebrar, mas guarda una buena manera; y confórmate
con los de tu conversación, no los enojes, más sigue la vía común
según la orden de los mayores, y más debes mirar el aprovechamiento
de los otros que tu propia devoción y deseo.

Libro De la Imitación de Cristo, Tomás de Kempis, Capítulo X.

Sobre el espiritismo

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La postura de la Iglesia Católica ya la hemos visto: hay mucho fraude, pero si hubiesen intervenciones extranaturales, éstas sólo pueden provenir de espíritus malvados.

Hace unos días una persona me preguntó que qué opinaba la Iglesia católica sobre el espiritismo y si le era lícito  entrar en contacto con sus difuntos por ese medio. La respuesta a esta pregunta la tenemos en el “Catecismo de la Iglesia Católica”, que dice así:

“2116. Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone ‘desvelan’ el porvenir (cf. Dt 18,10; Jr 29,8). La consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a ‘mediums’ encierran una voluntad de poder sobre el tiempo y la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios”

2117. Todas las prácticas de magia o de hechiceríamediante las que se pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo –aunque sea para procurar la salud–, son gravemente contrarias a la virtud de la religión. Estas prácticas son más condenables aún cuando van acompañadas de la intención de dañar a otro, recurran o no a la intervención de los demonios. Llevar amuletos es también reprensible. El espiritismo indica con frecuencia prácticas adivinatorias o mágicas. Por eso la Iglesia advierte a los fieles que se guarden de él”.

Podemos decir que éste es el pronunciamiento oficial de la Iglesia sobre estas cuestiones. Deuteronomio 18,10-14 condena enérgicamente y califica de abominaciones a las prácticas a las que hemos hecho referencia, mientras Jeremías 29,8 califica de mentirosos a los profetas y adivinos no enviados por Dios. Y es que en estas cuestiones es muy fácil que nos encontremos con intervenciones diabólicas o, seguramente con nucha más frecuencia, con fraudes.

En la línea de intervenciones diabólicas leo en el célebre libro de A. Trochu, “El cura de Ars”, lo siguiente: Un capitán del ejército pregunta al Cura de Ars si son verdad las historias sobre el diablo. El sacerdote le respondió: “Amigo mío, usted ya sabe algo de esto… Sin lo que hizo, no hubiera podido librarse”. Sus compañeros se dieron cuenta que el santo no hablaba por hablar y le interrogaron. Éste les dijo que había ido a varias sesiones espiritistas y “un día, dijo, al entrar en mi cuarto, sentí la impresión de que no me hallaba solo. Miro y rebusco por todas partes. Nada, al día siguiente lo mismo. Además, me parecía que una mano invisible me apretaba por la garganta. Yo tenía fe. Fui a buscar agua bendita a mi parroquia. Rocié la habitación con todos sus rincones, y, a partir de aquel momento, cesó toda impresión de una presencia extranatural. No dudo que el cura de Ars acaba de aludir a este incidente”.

De todas formas en la gran mayoría de los casos, nos movemos en el campo del fraude. De adolescente teníamos en casa varios volúmenes del libro “Los fraudes espiritistas” del jesuita Carlos María de Heredia. Este señor realizaba sesiones espiritistas muy completas, pero de las que advertía: “todo lo que van a ver, tiene truco”. Y en el libro “Le Spiritisme” de Y. Castellan de la colección Que sais-je?, recoge unas declaraciones de las hermanas Fox, iniciadoras del espiritismo moderno, en que reconocen haber engañado. Otra frase importante que encontramos en ese libro es: “todos los grandes mediums han engañado”.
La postura de la Iglesia Católica ya la hemos visto: hay mucho fraude, pero si hubiese intervenciones extranaturales, éstas sólo pueden provenir de espíritus malvados. Recuerdo lo que me dijo un jesuita, muy conocido parapsicólogo: “Diles a tus alumnos que no jueguen al juego de la ouija (güija), porque un amigo mío, un muy conocido psiquiatra, me dijo. ‘Estoy harto de tener mi consulta llena de adolescentes, como consecuencia del juego de la ouija’”.
Está claro por tanto que el espiritismo es una opción no lícita para un cristiano. Ello no significa sin embargo que  piense que no es posible una relación entre nuestros difuntos y nosotros. Nosotros podemos y debemos ayudarles con nuestras oraciones, y ellos desde luego también nos ayudan con su oración de intercesión por nosotros.

Pedro Trevijano, sacerdote.
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