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Mons. Marcel Lefebvre: El golpe de maestro de Satanás
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Smartphone: un aparatito endiablado

La comunicación es asunto de la mayor importancia para el ser humano, porque es social por naturaleza. Sin comunicación no hay familia ni sociedad, no hay educación, y el hombre no desarrolla su personalidad. Y la comunicación es todavía más importante para el cristiano, porque Jesucristo mismo ha querido que lo que nos comunica y une con Dios, sea también lo que nos comunique y una con los demás hombres: la caridad, el amor divino, que tiene a la vez como objeto a Dios y al prójimo. De allí que tenga también fundamental importancia el medio de comunicación
Usamos a propósito esta expresión, por lo mucho que se habla hoy de los «medios de comunicación», actualmente en manos del demonio, que logra desviar para sus fines cosas de suyo buenas. Sucede que cuando estos medios de comunicación no se usan cristianamente, merecen llamarse medios de comunicación mundana, los cuales, en los últimos tiempos, se han ido perfeccionando de manera verdaderamente prodigiosa. Ahora bien, estos medios han ido incorporando a los hombres en una sociedad globalmente anticristiana, que constituye una verdadera anti-iglesia, cuya invisible cabeza es Satanás. Y hoy el principal medio de comunicación es el smartphone, telefonito astuto por el que se mantiene la comunicación en esta nueva sociedad anti-tradicional y revolucionaria, en la que todo cambia a una velocidad cada vez mayor.
1º Los medios de comunicación y la revolución anticristiana
Es muy clara la vinculación entre el progreso de los medios de comunicación y el avance de la revolución anticristiana.
El proceso que vivimos comienza el 1300 con el mal llamado Renacimiento humanista, cuando tantos cristianos dejaron de poner a Dios en el centro de sus vidas y comenzaron a ponerse a sí mismos. Pero es un hecho histórico reconocido que este movimiento de antropocentrismo fue determinantemente influido por la invención del papel y de la imprenta, y el consiguiente abaratamiento de los libros. Los hombres cultos ya no quisieron tener como maestros a sacerdotes y teólogos, sino acceder a las fuentes de la sabiduría por sí mismos: a la Biblia y a los filósofos antiguos.
Dos siglos después, en el 1500, la propagación de traducciones de la Biblia y de libros fáciles de autodeclarados teólogos provocó la mal llamada Reforma protestante, todo lo cual no podría haberse dado sin el progreso de los sistemas de fabricación de papel y de impresión de escritos. Lo mismo y más hay que decir de la Revolución francesa que se da al cabo de otros dos siglos, 1700: fue posible por una inundación de revistas y folletitos muy simples, que denigraban el orden cristiano sin cuidarse de tanta argumentación como hacían todavía los heresiarcas luteranos. Nótese que a mayor riqueza del medio de comunicación, mayor pobreza del contenido comunicado.
Dos siglos más y llegamos al Concilio Vaticano II, 1900, por el que la revolución modernista contagió a la misma jerarquía de la Iglesia. Pues bien, éste fue el Concilio de los periodistas, en el que los Padres conciliares prestaron más atención a los diarios que al Espíritu Santo. Es un hecho patente que la reforma conciliar –que no es más que la infección en la Iglesia de la revolución anticristiana– no habría sido posible sin los modernos medios de comunicación: las imprentas rotativas,que vomitan cada día millones de periódicos; la radio, que aturde con su incansable palabrería; y la televisión, que con su vértigo enloquece la imaginación. Los periódicos golpearon la puerta, la radio entró en el hogar y la televisión puso su cátedra de humo a la cabecera de la mesa familiar. Los católicos, entonces, ya no pudieron pensar.
Pero los medios de comunicación con que contamos hoy son inmensamente más poderosos, y no están en la casa, sino en nuestros bolsillos. Hoy no sólo se tienen las bibliotecas del mundo en el celular, sino que todos están llamados a ser autores; hoy no sólo se escucha la incesante voz de la radio, sino que todos están incitados a ser emisoras que hablan sin parar; y no sólo se abre estúpidamente la boca ante el programa de televisión, sino que ahora todos son estrellas invitadas para actuar. Con semejantes instrumentos con que Satanás cuenta para poseer la mente de los hombres, ¿qué cabe esperar que ocurra?
2º Las ocho desventuranzas del smartphone
Los sacerdotes no dejamos de asombrarnos por los multifacéticos daños que producen estos aparatitos endiablados. Asombrados, atemorizados; es más, si no estamos horrorizados –como deberíamos–, es porque se han ido dando poco a poco y uno se termina acostumbrando. Intentemos hacer una lista de males, los que a veces son tan graves que se hace inconveniente describirlos, pero creemos que hay que ser suficientemente claros.
1º Desventuranza de la impureza. Se lleva en el bolsillo una amplísima biblio-audio-videoteca con una casi infinita sección de pornografía, para cuyo acceso no hace falta pasar la vergüenza de hacer fila en un cine de mala fama, ni dar la triste cara ante un kiosquero que saca plata de la miseria ajena; basta apretar un discreto botón. Se vive en perpetua ocasión, con una bolsa de sucia nafta en la mano, dispuesta a arder con la chispa de la primera tentación. ¿Qué virtud no hace falta para no terminar nunca incendiado?
2º Desventuranza de la impudicia. En el varón se da más la tentación de ver, en la mujer de ser vista. Que la vean pero no la toquen. Y en su orgullo, la jovencita quiere ser vista sin que se note que se muestra, como por sorpresa. Pues bien, la pantallita le ofrece la manera más graduada y medida de nutrir la vanidad y enflaquecer el pudor, porque le permite manejar su imagen y le aparece como barrera protectora. Hay quienes todavía se escandalizan con la podredumbre de losreality shows, y no se dan cuenta de que, con los millones de filmadorcitas que todo lo registran, la entera sociedad moderna se está mostrando de la misma manera. Y los papás siguen tranquilos, cuando el noviecito tiene una ventanita abierta al cuarto de su hija.
3º Desventuranza de la seducción. El seductor tiene a su disposición el mejor medio para acceder a su presa. La joven se precia de no detenerse a hablar con cualquiera, pero ¿quién se resiste a leer un mensajito? Nadie deja que cualquier persona se acerque a la hija a susurrarle al oído –o al esposo, o a la esposa–, pero el celular lo logra. Peor todavía son las conversaciones anónimas, porque seduce el tratar con el perverso o la prostituta; como a Eva, atrae la ciencia del bien y del mal. Y los aparatitos permiten entrar en estos infiernos con la aparente seguridad de salir al instante con sólo mover un dedo. Pero a cada rato uno se entera de que, como el ratoncito hipnotizado por la serpiente, una niña camina a la casa de su estrangulador.
4º Desventuranza de la irrealidad. El ser humano ha sufrido siempre el conflicto entre apariencia y realidad por su misma naturaleza, porque los rostros no siempre manifiestan lo que se da en el alma, y casi todos cubren su personalidad real con la máscara de un personaje artificial. ¡Qué difícil es conocer al mismo hermano! Pero ahora el escenario virtual en el que la sociedad entera está actuando, eleva el problema al grado de una verdadera locura colectiva, de una drogadicción en masa, o peor, de una cierta posesión diabólica social. Bien ponderado, no creemos estar exagerando. La sofisticada apariencia virtual crea ilusiones muy difíciles de disipar. Hoy hasta nuestros buenos fieles creen tener amistad virtual, apostolado virtual, caridad virtual, y la distancia a lo real puede ser inmensa.
5º Desventuranza de la irreflexión. Ya señalamos cómo, al crecer el medio, disminuye el pensamiento. El que lee poco piensa mucho, el que lee mucho piensa poco (entiéndase). Y si la letra agota el espíritu, ¡cuantísimo más la imagen sonora en movimiento! Hoy se tienen mil cines abiertos en el bolsillo, se mantienen mil conversaciones, mil noticias en vivo bombardean el cerebro. No queda un segundo, no ya de contemplación, sino de pensamiento. La ebullición de la actividad imaginativa se vuelve obsesiva y tiende a anular toda actividad propiamente intelectual. No de otra manera se da la posesión demoníaca.
6º Desventuranza de la codicia. El deseo de cosas crece al infinito. Ya no hay que ir a ver negocios al shopping: el celular es una vitrina de todo lo que se vende en el universo, a comprar con un clic. Y el gasto mismo de las comunicaciones. Pobres católicos tradicionales con multitud de hijos, ¿cómo hacen para pagarle la cuenta de celular a cada uno? Antes los niños pedían una moneda para golosinas o para las figuritas del álbum, ahora para cargar el celular.
7º Desventuranza de la charlatanería. Hay quienes quieren tener vida intelectual y descubren el ambiente universitario virtual. Pero a la irrealidad que padece se le suma un pecado: desconoce la autoridad. Todo el mundo sabe de todo, todo el mundo tiene derecho a enseñar, todo el mundo opina. Es como una inmensa plaza, el Ágora de la nueva Atenas, donde cualquiera pone su cátedra. Cientos de miles hablan y millones escuchan (porque no hay blog que no tenga visitas), pero no se enseña ni se aprende nada.
8º Desventuranza de la libertad. Internet es el ilusorio triunfo de la libertad de expresión. Lo hemos escuchado hasta de un sacerdote: «Los diarios y la televisión están dominados, pero por Internet se puede hablar». ¡Qué falsa ilusión! El enemigo del hombre sabe perder diez para ganar un millón. «Dejen que diga lo que quiera el Padrecito tradicional, que yo me encargaré de ponerle mil otros hablando a la vez, a favor y en contra de la Tradición». ¡Vayan todos al Ágora de Atenas para conocer la verdad (si pueden)!
Terminemos acá, pero todos saben bien que la lista de males se podría alargar mucho más.
3º Si nuestra justicia no es mejor…
Nuestras familias viven, en este punto, cierta farisaica hipocresía, de la que no estamos totalmente exentos los sacerdotes. El apego a los celulares es tan grande, y los males que trae son tan vergonzosos, que lo que seguramente se reconoce en los confesionarios, ni se menciona en la mesa familiar y se hace difícil tratar desde el púlpito. Pero Nuestro Señor nos advierte: «Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos» (Mt. 5). No hagamos como el avestruz, cerrando los ojos ante el mal que sufrimos. Si la imprenta dio lugar a la reforma protestante, si la radio y la televisión permitieron la revolución conciliar, ¿qué nueva etapa nos prepara internet y el smartphone? Algo hay que hacer.
Es verdad que la actitud católica ante el mundo y sus cosas no es la de separación material. Nuestro Señor lo dijo: «No te ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal» (Jn. 17). Los santos imprimieron libros y folletos, y hoy utilizarían aparatitos, porque el mal no está en los circuitos electrónicos, sino en el uso que se hace de ellos. Pero también es muy católica la humildad de saberse inclinado al mal por el pecado original. Como tenemos poca virtud, no hay que proponerse conductas que sólo pueden sostenerse con virtud heroica. Necesitamos apartarnos lo más posible de las ocasiones de pecado, y ¡vaya si el celular no es una de ellas!
¿Qué hacer? No a todos les conviene lo mismo, ni todos son capaces de lo mismo, por lo que hasta puede ser contraproducente dar recetas universales.
• Hay una falsa sensación de seguridad por tener celular, cuando más asaltan para robarlos: confíese más en el ángel de la guarda, que no es virtual.
• Cuando hay que usarlos, sirve no tener celulares personales sino familiares, que se toman cuando son necesarios.
• No usarlo en casa sino al salir, dejándolo en la entrada, como el paraguas. Impedir la conexión wi-fi en el hogar.
¡Ay, para qué seguir, si nada va a bastar si no se odia la fuente de tanto mal! Hay que hablar mal de él, hacerle la mala fama que se merece, luchar contra el hechizo bajo el que nos tiene. Si no lo apagamos, perderemos –nosotros y nuestros hijos– a Dios Nuestro Señor.[1]
© Seminario Internacional Nuestra Señora Corredentora C. C. 308 – 1744 Moreno, Pcia. de Buenos Aires
Fotocópiame, Difúndeme, Pídeme: Hojitas de Fe. hojitasdefe@gmail.com
P. José María Mestre Roc. jmmr.sem@gmail.com
Fuente: Adelante la Fe.
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CARTA APOSTÓLICA INDE A PRIMIS DE SU SANTIDAD JUAN XXIII

CARTA APOSTÓLICA INDE A PRIMIS DE SU SANTIDAD JUAN XXIII A LOS VENERABLES HERMANOS PATRIARCAS, PRIMADOS, ARZOBISPOS, OBISPOS Y DEMÁS ORDINARIOS DE LUGAR
EN PAZ Y COMUNIÓN CON LA SEDE APOSTÓLICA SOBRE EL FOMENTO DEL CULTO A LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.
Venerables Hermanos,
salud y Bendición Apostólica.
salud y Bendición Apostólica.
Muchas veces desde los primeros meses de nuestro ministerio pontificio —y nuestra palabra, anhelante y sencilla, se ha anticipado con frecuencia a nuestros sentimientos— ha ocurrido que invitásemos a los fieles en materia de devoción viva y diaria a volverse con ardiente fervor hacia la manifestación divina de la misericordia del Señor en cada una de las almas, en su Iglesia Santa y en todo el mundo, cuyo Redentor y Salvador es Jesús, a saber, la devoción a la Preciosísima Sangre.
Esta devoción se nos infundió en el mismo ambiente familiar en que floreció nuestra infancia y todavía recordamos con viva emoción que nuestros antepasados solían recitar las Letanías de la Preciosísima Sangre en el mes de julio.
Fieles a la exhortación saludable del Apóstol: "Mirad por vosotros y por todo el rebaño, sobre el cual el Espíritu Santo os ha constituido obispos, para apacentar la Iglesia de Dios, que El adquirió con su sangre" [1], creemos, venerables Hermanos, que entre las solicitudes de nuestro ministerio pastoral universal, después de velar por la sana doctrina, debe tener un puesto preeminente la concerniente al adecuado desenvolvimiento e incremento de la piedad religiosa en las manifestaciones del culto público y privado. Por tanto, nos parece muy oportuno llamar la atención de nuestros queridos hijos sobre la conexión indisoluble que debe unir a las devociones, tan difundidas entre el pueblo cristiano, a saber, la del Santísimo Nombre de Jesús y su Sacratísimo Corazón, con la que tiende a honrar la Preciosísima Sangre del Verbo encarnado "derramada por muchos en remisión de los pecados" [2].
Sí, pues, es de suma importancia que entre el Credo católico y la acción litúrgica reine una saludable armonía, puesto que lex credendi legem statuat supplicandi (la ley de la fe es la pauta de la ley de la oración) [3] y no se permitan en absoluto formas de culto que no broten de las fuentes purísimas de la verdadera fe, es justo que también florezca una armonía semejante entre las diferentes devociones, de tal modo que no haya oposición o separación entre las que se estiman como fundamentales y más santificantes, y al mismo tiempo prevalezcan sobre las devociones personales y secundarias, en el aprecio y práctica, las que realizan mejor la economía de la salvación universal efectuada por "el único Mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, que se entregó a sí mismo para redención de todos" [4]. Moviéndose en esta atmósfera de fe recta y sana piedad los creyentes están seguros de sentirse cum Ecclesia (sentir con la Iglesia), es decir, de vivir en unión de oración y de caridad con Jesucristo, Fundador y Sumo Sacerdote de aquella sublime religión que junto con el nombre toma de El toda su dignidad y valor.
Si echamos ahora ,una rápida ojeada sobre los admirables progresos que ha logrado la Iglesia Católica en el campo de la piedad litúrgica, en consonancia saludable con el desarrollo de la fe en la penetración de las verdades divinas, es consolador, sin duda, comprobar que en los siglos más cercanos a nosotros no han faltado por parte de esta Sede Apostólica claras y repetidas pruebas de asentimiento y estímulo respeto a las tres mencionadas devociones; que fueron practicadas desde la Edad Media por muchas almas piadosas y propagadas después por varias diócesis, órdenes y congregaciones religiosas, pero que esperaban de la Cátedra de Pedro la confirmación de la ortodoxia y la aprobación para la Iglesia universal.
Baste recordar que nuestros Predecesores desde el siglo XVI enriquecieron con gracias espirituales la devoción al Nombre de Jesús, cuyo infatigable apóstol en el siglo pasado fue, en Italia, San Bernardino de Sena. En honor de este Santísimo Nombre se aprobaron de modo especial el Oficio y la Misa y a continuación las Letanías [5]. No menores fueron los privilegios concedidos por los Romanos Pontífices al culto del Sacratísimo Corazón, en cuya admirable propagación tuvieron tanta influencia las revelaciones del Sagrado Corazón a Santa Margarita María Alacoque [6]. Y tan alta y unánime ha sido la estima de los Sumos Pontífices por esta devoción, que se complacieron en explicar su naturaleza, defender su legitimidad, inculcar la práctica con muchos actos oficiales a los que han dado remate tres importantes Encíclicas sobre el misma tema [7].
Asimismo la devoción a la Preciosísima Sangre, cuyo propagador admirable fue en el siglo pasado; el sacerdote romano San Gaspar del Búfalo, obtuvo merecido asentimiento de esta Sede Apostólica. Conviene recordar que por mandato de Benedicto XIV se compusieron la Misa y el Oficio en honor de la Sangre adorable del Divino Salvador; y que Pío IX, en cumplimiento de un voto hecho en Gaeta, extendió la fiesta litúrgica a la Iglesia universal [8]. Por último Pío XI, de feliz memoria, como recuerdo del XIX Centenario de la Redención, elevó dicha fiesta a rito doble de primera clase, con el fin de que, al incrementar la solemnidad litúrgica, se intensificase también la devoción y se derramasen más copiosamente sobre los hombres los frutos de la Sangre redentora.
Por consiguiente, secundando el ejemplo de nuestros Predecesores, con objeto de incrementar más el culto a la preciosa Sangre del Cordero inmaculado, Cristo Jesús, hemos aprobado las Letanías, según texto redactado por la Sagrada Congregación de Ritos[9], recomendando al mismo tiempo se reciten en todo el mundo católico ya privada ya públicamente con la concesión de indulgencias especiales [10].
¡Ojalá que este nuevo acto de la "solicitud por todas las Iglesias" [11], propia del Supremo Pontificado, en tiempos de más graves y urgentes necesidades espirituales, cree en las almas de los fieles la convicción del valor perenne, universal, eminentemente práctico de las tres devociones recomendadas más arriba!
Así, pues, al acercarse la fiesta y el mes consagrado al culto de la Sangre de Cristo, precio de nuestro rescate, prenda de salvación y de vida eterna, que los fieles la hagan objeto de sus más devotas meditaciones y más frecuentes comuniones sacramentales. Que reflexionen, iluminados por las saludables enseñanzas que dimanan de los Libros Sagrados y de la doctrina de los Santos Padres y Doctores de la Iglesia en el valor sobreabundante, infinito, de esta Sangre verdaderamente preciosísima, cuius una stilla salvum facere totum mundum quit ab omni scelere (de la cual una sola gota puede salvar al mundo de todo pecado)[12], como canta la Iglesia con el Doctor Angélico y como sabiamente lo confirmó nuestro Predecesor Clemente VI [13]. Porque, si es infinito el valor de la Sangre del Hombre Dios e infinita la caridad que le impulsó a derramarla desde el octavo día de su nacimiento y después con mayor abundancia en la agonía del huerto [14], en la flagelación y coronación de espinas, en la subida al Calvario y en la Crucifixión y, finalmente, en la extensa herida del costado, como símbolo de esa misma divina Sangre, que fluye por todos los Sacramentos de la Iglesia, es no sólo conveniente sino muy justo que se le tribute homenaje de adoración y de amorosa gratitud por parte de los que han sido regenerados con sus ondas saludables.
Y al culto de latría, que se debe al Cáliz de la Sangre del Nuevo Testamento, especialmente en el momento de la elevación en el sacrificio de la Misa, es muy conveniente y saludable suceda la Comunión con aquella misma Sangre indisolublemente unida al Cuerpo de Nuestro Salvador en el Sacramento de la Eucaristía. Entonces los fieles en unión con el celebrante podrán con toda verdad repetir mentalmente las palabras que él pronuncia en el momento de la Comunión: Calicem salutaris accipiam et nomem Domini invocabo... Sanguis Domini Nostri Iesu Christi custodiat animam meam in vitam aeternam. Amen. Tomaré el cáliz de salvación e invocaré el nombre del Señor... Que la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo guarde mi alma para la vida eterna. Así sea. De tal manera que los fieles que se acerquen a él dignamente percibirán con más abundancia los frutos de redención, resurrección y vida eterna, que la sangre derramada por Cristo "por inspiración del Espíritu Santo" [15] mereció para el mundo entero. Y alimentados con el Cuerpo y la Sangre de Cristo, hechos partícipes de su divina virtud que ha suscitado legiones de mártires, harán frente a las luchas cotidianas, a los sacrificios, hasta el martirio, si es necesario, en defensa de la virtud y del reino de Dios, sintiendo en sí mismos aquel ardor de caridad que hacía exclamar a San Juan Crisóstomo: "Retirémonos de esa Mesa como leones que despiden llamas, terribles para el demonio, considerando quién es nuestra Cabeza y qué amor ha tenido con nosotros... Esta Sangre, dignamente recibida, ahuyenta los demonios, nos atrae a los ángeles y al mismo Señor de los ángeles... Esta Sangre derramada purifica el mundo... Es el precio del universo, con ella Cristo redime a la Iglesia... Semejante pensamiento tiene que frenar nuestras pasiones. Pues ¿hasta cuándo permaneceremos inertes? ¿Hasta cuándo dejaríamos de pensar en nuestra salvación? Consideremos los beneficios que el Señor se ha dignado concedernos, seamos agradecidos, glorifiquémosle no sólo con la fe, sino también con las obras" [16].
¡Ah! Si los cristianos reflexionasen con más frecuencia en la advertencia paternal del primer Papa: "Vivid con temor todo el tiempo de vuestra peregrinación, considerando que habéis sido rescatados de vuestro vano vivir no con plata y oro, corruptibles, sino con la sangre preciosa de Cristo, como cordero sin defecto ni mancha!" [17]. Si prestasen más atento oído a la exhortación del Apóstol de las gentes: "Habéis sido comprados a gran precio. Glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo" [18].
¡Cuánto más dignas, más edificantes serían sus costumbres; cuánto más saludable sería para el mundo la presencia de la Iglesia de Cristo! Y si todos los hombres secundasen las invitaciones de la gracia de Dios, que quiere que todos se salven [19], pues ha querido que todos sean redimidos con la Sangre de su Unigénito y llama a todos a ser miembros de un único Cuerpo místico, cuya Cabeza es Cristo, ¡cuánto más fraternales serían las relaciones entre los individuos, los pueblos y las naciones; cuánto más pacífica, más digna de Dios y de la naturaleza humana, creada a imagen y semejanza del Altísimo [20], sería la convivencia social!
Debemos considerar esta sublime vocación a la que San Pablo invitaba a los fieles procedentes del pueblo escogido, tentados de pensar con nostalgia en un pasado que sólo fue una pálida figura y el preludio de la Nueva Alianza: "Vosotros os habéis acercado al monte de Sión, a la ciudad del Dios vivo, a la Jerusalén celestial y a las miríadas de ángeles, a la asamblea, a la congregación de los primogénitos, que están escritos en los cielos, y a Dios, Juez de todos, y a los espíritus de los justos perfectos, y al Mediador de la nueva Alianza, Jesús, y a la aspersión de la sangre, que habla mejor que la de Abel" [21].
Confiando plenamente, venerables Hermanos, en que estas paternales exhortaciones nuestras, que daréis a conocer de la manera que creáis más oportuna al Clero y a los fieles confiados a vosotros, no sólo serán puestas en práctica de buen grado, sino también con ferviente celo, como auspicio de las gracias celestiales y prenda de nuestra especial benevolencia, con efusión de corazón impartimos la Bendición Apostólica a cada uno de vosotros y toda vuestra grey, y de modo especial a todos los que respondan generosa y plenamente a nuestra invitación.
Dado en Roma, junto a San Pedro, el treinta de junio de 1960, vigilia de la fiesta de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, segundo año de nuestro Pontificado.
IOANNES PP.XXIII.
Fuente: vatican.va
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SOBRE EL AYUNO Y LA ABSTINENCIA
Es una doctrina tradicional de la espiritualidad cristiana que el arrepentimiento, el alejarse del pecado y volverse a Dios, incluye alguna forma de penitencia, sin la cual al cristiano le es difícil permanecer en el camino angosto y ser salvado (Jer 18:11, 25:5; Ez 18:30, 33:11-15; Jl 2:12; Mt 3:2; Mt 4:17; He 2:38). Cristo mismo dijo a sus discípulos que ayunaran una vez que Él partiera (Lc. 5:35 ). La ley general de la penitencia, por lo tanto, es parte de la ley de Dios para el hombre.
PRÁCTICAS PENITENCIALES
La Iglesia, por su parte, ha especificado ciertas formas de penitencia, para asegurarse que los católicos, de alguna manera realicen, esta práctica, como lo requiere la ley divina. El Código de Derecho Canónico de 1917 especifica las obligaciones de los católicos en su Parte Segunda Título XIV denominado "De la Abstinencia y del Ayuno".
Canon 1250 – La ley de la abstinencia prohíbe comer carne y caldo de carne, pero no prohíbe comer huevos, lacticinios y cualesquiera condimentos aunque sean de grasa animal.
Comentario: El precepto de la abstinencia por ser negativo, obliga en todos los momentos del día, y, por lo mismo cuantas veces durante las veinticuatro horas se coma carne o se tome caldo de carne, otras tantas veces se peca, leve o gravemente según la cantidad, teniendo en cuenta que, aun cuando cada vez sea materia leve, puede llegar a pecado grave por la repetición, si la suma de todas ellas arroja la cantidad de una o dos onzas de carne (57 Grs.) o cuatro onzas (114 Grs.) del caldo en espacio de un día.
Canon 1251 –
1. La ley del ayuno prescribe que no se haga sino una sola comida al día; pero no prohíbe tomar algún alimento por la mañana y por la tarde, con tal que se observe, en cuanto a la cantidad y a la calidad, la costumbre aprobada en cada lugar.2. Tampoco está prohibido mezclar carne y pescado en la misma comida; ni cambiar la colación de la noche con la comida del mediodía.
Comentario: El precepto del ayuno, si se le quebranta un vez en materia grave, que también puede resultar de la suma de varias infracciones leves, como queda dicho de la abstinencia, ya cesa se obligar durante aquel día; de modo que por comer después varias veces no se cometen nuevos pecados contra el ayuno.
Canon 1252 –
1. La ley de la sola abstinencia se ha de observar todos los viernes del año2. Obliga la ley de la abstinencia con ayuno el
Miércoles de Ceniza,
los viernes y sábados de Cuaresma y
los tres días de la Cuatro Témporas,
las vigilias de Pentecostés,
de la Asunción de la Madre de Dios,
de la Fiesta de Todos los Santos
y de la Natividad del Señor.
3. La ley de sólo el ayuno se ha de observar todos los restantes días de Cuaresma.
4. Cesa la ley de la abstinencia, o de la abstinencia y del ayuno, o del ayuno solo, en los domingos o fiestas del precepto, exceptuadas las fiestas de caigan en Cuaresma, y no se anticipan las vigilias; cesa tambien dicha ley el Sábado Santo después de mediodía.
Comentario: Por decreto de la Sagrada Congregación del Concilio del 25 de julio del 1957, el ayuno y la abstinencia de la vigilia de la asunción se ha trasladado a la vigilia de la Inmaculada Concepción.
Canon 1254 –
1. Están obligados a guardar a abstinencia cuantos hayan cumplido los siete años de edad. 2. Obliga la ley del ayuno a todos desde que han cumplido veintiún años de edad hasta que hayan cumplido el sexagésimo.
Abstinencia
La ley de abstinencia exige a un católico desde los 7 años de edad y hasta su muerte, a abstenerse de comer carne los viernes, en honor a la Pasión de Jesús del Viernes Santo. Como carne se considera a la carne y órganos de mamíferos y aves de corral. También se encuentran prohibidas las sopas, caldos, cremas y salsas que se hacen a partir de ellos. Los peces de mar y de agua dulce, anfibios, reptiles y mariscos están permitidos, así como los productos derivados de animales como margarina y gelatina sin sabor a carne.
Ayuno
La ley del ayuno requiere que el católico, desde los 21 hasta los 59 años de edad, reduzca la cantidad de comida usual. La Iglesia define esta práctica como una comida principal más dos comidas pequeñas que sumadas no sobrepasen la primera en cantidad. Este ayuno es obligatorio el Miércoles de Ceniza, el Viernes Santo y los demás días indicados en el canon 1252. El ayuno se rompe si se come entre comidas o se toma algún líquido considerado como “comida” (por ejemplo batidos; pero está permitida la leche). Las bebidas alcohólicas no rompen el ayuno; sin embargo, se las considera contrarias al espíritu de hacer penitencia.
Consideraciones finales
Conviene indicar que las obligaciones de las que se habló en este artículo son jurídicas. Los fieles están obligados, desde el momento en que queda recogida en el Código de derecho canónico, por la fuerza de la norma. Vale por lo tanto esta consideración para hacer ver que, si bien muchas veces el cumplimiento de la norma no supone sacrificio y penitencia, no por ello los fieles puede ingerir estos alimentos. El fiel al que no le cueste sacrificio abstenerse de carne, ha de abstenerse de todas maneras: y entonces el valor de su acción será la de la obediencia a la norma de la Iglesia. No supondrá sacrificio, quizás, la abstinencia de carne o el ayuno, pero tendrá el mérito y el valor ejemplar de la obediencia a la ley y a la Iglesia.
Aparte de todos estos requisitos mínimos penitenciales, los católicos son llamados a imponerse algunas penitencias personales a sí mismos en ciertas oportunidades. Pueden perfectamente estar basadas en la abstinencia y el ayuno. Una persona puede aumentar, por ejemplo, el número de días de abstinencia. Algunas órdenes religiosas nunca comen carne. De la misma manera, es posible hacer más ayuno de lo requerido. La Iglesia primitiva practicaba el ayuno los miércoles y sábados. Este ayuno podía ser igual a la ley de la Iglesia (una comida principal más dos pequeñas) o aún más estricto, como sólo pan y agua. Este ayuno libremente escogido puede consistir en abstenerse de algo lícito de lo cual se gusta por ejemplo: confites, refrescos, etc. Esto queda a elección de cada individuo, siempre, en lo posible, aconsejados por un Director Espiritual.
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RESUMEN:
Canon 1.252 § 2:
Obliga la ley de la abstinencia con ayuno:
- el miércoles de Ceniza,
- los viernes y sábados de Cuaresma
- y los tres días de las Cuatro Témporas,
- las vigilias: de Pentecostés, de la Asunción de la Madre de Dios, de la fiesta de Todos los Santos y de la Natividad del Señor."
Notas:
1. Si una vigilia cae en domingo o en fiesta de precepto, no se hace ayuno y abstinencia. Salvo que esto ocurra durante la Cuaresma, en cuyo caso sí se hace ayuno y abstinencia. Cf. Canon 1.252 § 4.
2. La vigilia de la Asunción se reemplaza por la vigilia de la fiesta de la Inmaculada Concepción. Cf. Decreto de la Sagr. Congr. del Concilio, 25 julio 1957 (AAS 49 - 1957 - pág. 638).
3. La vigilia de Navidad (el 24 de diciembre) puede adelantarse al día 23. Cf. Decreto Sagr. Congreg. del Concilio, 3 diciembre 1959 (AAS 51 - 1959 - pág. 918).
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La noche oscura del paganismo

Yahvé Dios, en el Antiguo Testamento condenó a los que adoraban un trozo de madera o arcilla, o imágenes de oro, creyendo que era una representación de su «dios», o algo sagrado.
Israel a pesar de la prohibición de adorar ídolos falsos,[1] recae en el culto idolátrico del cual había sido arrancado.
Muy al contrario de lo que hoy se viene pregonando, Dios aborrece el culto pagano. La adoración de ídolos atenta contra el Primer Mandamiento del Decálogo. La gravedad de este pecado de politeísmo y su consecuente idolatría, lo demostró el mismo Yahvé, cuando afirma:
«No tendrás otros dioses delante de Mí. No te harás escultura ni imagen alguna de lo que hay arriba en el cielo, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas ni les darás culto, porque Yo soy Yahvé, tu Dios, un Dios celoso».[2]
En nombre de Dios, los profetas señalan que la alianza con Dios es como la unión conyugal, que exige fidelidad absoluta, de modo que al admitir otros dioses se comete un adulterio y hasta una prostitución. La idolatría es la prostitución de la adoración.[3]
¿En qué se funda? Hay un triple fundamento: desconfianza en Dios (al cual el hombre ve como un obstáculo para sus realizaciones humanas); empeño por buscar la seguridad fuera de Dios y sus mandamientos, y afán de independencia.
En la Antigua Alianza, el Señor, castigó severa y públicamente a quienes hicieron un pacto con el único y verdadero Dios y retornaron a la idolatría.[4]
«Yo soy Yahvé, y no hay otro; fuera de Mí no hay Dios alguno. Yo te ceñí cuando no me conocías, a fin de que sepan (todos), desde el Oriente hasta el Occidente, que no hay ninguno fuera de Mí. Yo soy Yahvé, y no hay otro».[5]
Lo consideraba como el mayor pecado desde el momento que suponía elevar a un trono de gloria, a personajes míticos o a elementos de la naturaleza.
Por influencia de la idolatría foránea, hasta en las paredes del Templo de Jerusalén, se habían pintado imágenes de reptiles y de animales repugnantes.
A estos ídolos se les besaba, se les acariciaba, se les adoraba de rodillas, era una situación desgraciada para el pueblo elegido, ya que atropellaban el primero y el más importante de los Mandamientos. Aún hasta hoy puede verse a los judíos conservadores, dizque rezar, realizando movimientos obscenos frente al Muro de las Lamentaciones, equivalente a la cópula con la divinidad femenina que según la Cábala emana del lugar.
Por testimonio de Oseas el profeta, sabemos que se les ofrecían sacrificios y libaciones, se amasaban tortas en representación de la diosa Istar.
Aunque el Templo de Jerusalén fue teológicamente destruido por Nuestro Señor Jesucristo, uno de los más odiosos intentos de sustituir la Verdadera Fe con el paganismo, se dio en el siglo IV, durante el reinado de Juliano llamado el Apóstata, sobrino de Constantino.
El Apóstata, desplegó una persecución cristianofóbica para anular moral y culturalmente a los cristianos. Su efectiva táctica consistió en excluir a los discípulos de Cristo de los puestos públicos, les prohibió tener escuelas, confiscó sus templos convirtiéndolos en lugares de culto idolátrico, empujó la herejía arriana adentro de la Iglesia para dividir y discordar a los fieles, los cristianos se vieron aún imposibilitados de acudir a los tribunales, debido a que cada litigante debería ofrecer sacrificios a los dioses paganos del Imperio.
Inició su reinado “como un declarado y entusiástico pagano”, con actitud viciosa atacó y persiguió el cristianismo, y como parte de su plan, quiso restaurar el Templo de Jerusalén, como un “proyecto de primer orden del Imperio”, y por supuesto, empujaron también a los judíos a un entusiasmo fanático para la reconstrucción. Lo atestigua Ammianus Marcellinus, historiador oficial del reino e íntimo amigo del Emperador.
Ahí tenemos muchos hechos históricos de esta afirmación. Cuando se iniciaron los trabajos de reconstrucción del Templo, escribe el Beato John Henry Newman: Las tareas fueron ininterrumpidas por un ciclón tan violento, que se perdieron cantidades gigantes de cal, arena y otros materiales. Siguió una tormenta de truenos y relámpagos. Dice Sócrates que llovió fuego del cielo, y las herramientas de los albañiles, azadas, hachas y serruchos se derritieron. Luego un terremoto levantó las piedras de las cimientos del Templo (afirma Sócrates), llenando las excavaciones (dice Theodoret) que se habían hecho para los nuevos cimientos, y (como añade Rufinus), destruyó los edificios vecinos, especialmente los pórticos públicos, donde una cantidad de judíos ayudaban, y que fueron enterrados en las ruinas. Cuando concluyó el cismo, los obreros retornaron a sus faenas, dice Ammianus que salía fuego por debajo, el que se reiniciaba cada vez que ellos trataban a su vez de reiniciar el trabajo. El fuego corrió por las calles durante horas. San Gregorio añade que las prendas y los cuerpos de las personas fueron marcados con cruces, luminosas por la noche, y oscuras a la luz, mismas que permanecieron definitivamente.
Dios se declaró y dio la solución con una especial intervención suya. Jesús y sus profetas tuvieron la palabra final, en efecto, se sabe por la historia que mientras Juliano el apóstata moría, gritó: «Venciste Galileo» el 26 de junio de 363.[6]
Durante el reinado del terror de la Revolución Francesa, se utilizaron las iglesias como establos para demostrar el desprecio de los revolucionarios a la Religión Verdadera, el hombre sin fe rechazó a Dios y su Ley, y parecía haber ganado temporalmente.
La Revolución Francesa fue una consecuencia de la negación y de las rupturas del siglo XVI, del enfriamiento de la fe durante el siglo XVII, de la exaltación de la razón en el siglo XVIII, y de la explotación de la rebelión por el poder de la francmasonería fundada en 1717 (…) Desde el siglo XVI sale el drama de la rebelión[7]. Aquí vemos prefigurado el materialismo del comunismo ateo.
El deísmo del siglo XVIII engendró el racionalismo del siglo XIX y éste produjo el humanismo secular del siglo XX en los Estados Unidos y el comunismo ateo en Rusia, donde Stalin en su búsqueda de usurpar la autoridad de Dios por medio de la exaltación del hombre, conllevó terribles sufrimientos y destrucción para el mismo hombre.
¿No se vio, cómo colocaron en el altar de Notre Dame a la diosa Razón, coronada de flores, recibiendo los honores sacrílegos del incienso?
Los famosos dioses de la mitología son creaciones humanas, con una necesidad de apagar la sed de espiritualidad que lleva toda alma noble. Sus autores, excelentes poetas y filósofos dieron forma humana a sus inquietudes, a sus urgencias, a sus interrogantes, a sus deseos y así surgió todo ese fabuloso mundo de la mitología con sus personajes divinizados, que son representaciones de las aspiraciones humanas.[8]
El extraordinario orador Emilio Castelar, era cristiano y dondequiera iba, se confesaba públicamente hombre de fe, ya que era época en la que dominaba el naturalismo en las escuelas, no admitían al Dios verdadero, pero sí veneraban y ensalzaban las figuras de los dioses mitológicos. Nos ha dejado esta maravillosa pieza:
Oíd jóvenes, estaban en el Capitolio de Roma, todos los dioses que entonces adoraba el mundo, allí estaba el Isis y Osiris de los egipcios, allí el Baal y la Melita de los babilonios, allí el Ormuzd y el Ahrimán de los persas, allí el Júpiter y la Venus de los griegos, allí el Baco y el Jano de los romanos, allí estaban sobre aquellos pedestales de mármol recibiendo las adoraciones y la sangre de los sacrificios de la humanidad, de pronto se abre de par en par la puerta del augusto templo y entra un misterioso personaje: lleva sobre su cabeza una corona de espinas, sobre su espalda arrastra una pesada Cruz, avanza lentamente, dejando detrás de sus pisadas las huellas de su sangre, llega al centro del famoso templo y yergue con magnifica majestad su cabeza y exclama: Ego sum veritas = Yo soy la Verdad, y aquellos dioses falsos del paganismo se bambolean, se derrumban, caen, se convierten en polvo, y el misterioso personaje avanza, y sobre aquél polvo de todas las falsas divinidades del mundo pagano, levanta Él su altar y dice a las generaciones humanas que pasan: Ego sum veritas, Ego sum caritas, Yo soy la Verdad, Yo soy el Amor, y el mundo regenerado y redimido cayó de rodillas delante de Jesucristo, porque era la Verdad y era la Caridad, es decir, era el Verdadero Dios.
La Biblia nos muestra dos formas de idolatría: la de la perversión y la de la sustitución.La primera tiene lugar cuando el hombre mismo y/o la imagen del Señor son manipulados o pervertidos; la segunda, cuando el Señor mismo es reemplazado por otros dioses, por falsos dioses.
“…aquella secta de hombres que, bajo diversos y casi bárbaros nombres de socialistas, comunistas o nihilistas, esparcidos por todo el orbe, y estrechamente coaligados entre sí por inicua federación, ya no buscan su defensa en las tinieblas de sus ocultas reuniones, sino que, saliendo a pública luz, confiados y a cara descubierta, se empeñan en llevar a cabo el plan, que tiempo ha concibieron, de trastornar los fundamentos de toda sociedad civil. Estos son ciertamente los que, según atestiguan las divinas páginas, ´mancillan la carne, desprecian la dominación y blasfeman de la majestad´ (Jdt. epist. v. 8)”.[9]
Como nos recuerdan San Luis María de Montfort y la Biblia entera, [10]para adorar a Dios hay que desembarazarse de toda idolatría. Es la liberación más importarte: liberar al hombre del círculo diabólico de la idolatría para abrirlo a la adoración de Dios.
Germán Mazuelo-Leytón
[1] Cf.: Dt 4, 19; 5, 7; Ex 34, 14.
[2] Cf.: Ex 20, 3-5.
[3] Cf.: Ez 16, 16: Te hiciste toda clase de lugares altos: En estas “alturas” o “lugares altos” se practicaba el culto prohibido, la “fornicación” o “adulterio” con dioses ajenos. Véase 6, 3; 20, 26; 23, 37; IV Reyes 16, 3; 21, 3 ss.; Jeremías 7, 31; 19, 5; 32, 35; Apocalipsis 17, 2; 18, 3, etc.
[4] Cf.: Num 25, 6-13.
[5] Cf.: Is, 45, 5 y ss.
[6] MAZUELO-LEYTÓN, GERMÁN, Aplasten a la infame.http://www.lapatriaenlinea.com/?nota=55654
[7] DE SAINTE MARIE, P. JOSÉ,
[8] MAZUELO-LEYTÓN, GERMÁN, Dioses falsos y Dios,http://infocatolica.com/blog/contracorr.php/1308050533-dioses-falsos-y-dios
[9] MAZUELO-LEYTÓN, GERMÁN, Intrínsecamente perverso.https://fromrome.wordpress.com/tag/german-mazuelo-leyton/
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Letanías de la Preciosísima Sangre

En latín
Kýrie, eléison.
Christe, eléison.
Kýrie, eléison.
Christe, audi nos.
Christe, exáudi nos.
Pater de cælis Deus, miserére nobis.
Fili Redémptor mundi Deus,
Spíritus Sancte Deus,
Sancta Trínitas unus Deus,
Sanguis Christi, Unigéniti Patris Ætérni, salva nos.
Sanguis Christi, Verbi Dei incarnáti,
Sanguis Christi, Novi et Ætérni Testaménti,
Sanguis Christi, in agonía decúrrens in terram,
Sanguis Christi, in flagellatióne prófluens,
Sanguis Christi, in coronatióne spinárum emánans,
Sanguis Christi, in Cruce effúsus,
Sanguis Christi, prétium nostræ salútis,
Sanguis Christi, sine quo non fit remíssio,
Sanguis Christi, in Eucharístia potus et lavácrum animárum,
Sanguis Christi, flumen misericórdiæ,
Sanguis Christi, victor dǽmonum,
Sanguis Christi, fortitúdo mártyrum,
Sanguis Christi, virtus confessórum,
Sanguis Christi, gérminans vírgines,
Sanguis Christi, robur periclitántium,
Sanguis Christi, levámen laborántium,
Sanguis Christi, in fletu solátium,
Sanguis Christi, spes pæniténtium,
Sanguis Christi, solámen moriéntium,
Sanguis Christi, pax et dulcédo córdium,
Sanguis Christi, pignus vitæ ætérnæ,
Sanguis Christi, ánimas líberans de lacu Purgatórii,
Sanguis Christi, omni glória et honóre digníssimus,
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi, parce nobis, Dómine.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi, exáudi nos, Dómine.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi, miserére nobis.
V. Redemísti nos, Dómine, in sánguine tuo.
R. Et fecísti nos Deo nostro regnum.
Orémus. Omnípotens sempitérne Deus, qui unigénitum Fílium tuum mundi Redemptórem constituísti, ac ejus sánguine placári voluísti : concéde quǽsumus, salútis nostræ prétium ita venerári, atque a præséntis vitæ malis ejus virtúte deféndi in terris ; ut fructu perpétuo lætémur in cælis. Per eúndem Christum Dóminum nostrum. R. Amen.
En español
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo,
Dios Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, que sois un solo Dios,
Sangre de Cristo, el unigénito del Padre Eterno, sálvanos.
Sangre de Cristo, Verbo de Dios encarnado,
Sangre de Cristo, del nuevo y eterno testamento,
Sangre de Cristo, derramada sobre la tierra en la agonía,
Sangre de Cristo, vertida copiosamente en la flagelación,
Sangre de Cristo, brotada en la coronación de espinas,
Sangre de Cristo, derramada en la cruz,
Sangre de Cristo, prenda de nuestra salvación,
Sangre de Cristo, necesaria para el perdón,
Sangre de Cristo, bebida eucarística y refrigerio de las almas,
Sangre de Cristo, manantial de misericordia,
Sangre de Cristo, vencedora de los espíritus malignos,
Sangre de Cristo, que das valor a los mártires,
Sangre de Cristo, fortaleza de los confesores,
Sangre de Cristo, inspiración de las vírgenes,
Sangre de Cristo, socorro en el peligro,
Sangre de Cristo, alivio de los afligidos,
Sangre de Cristo, solaz en las penas,
Sangre de Cristo, esperanza del penitente,
Sangre de Cristo, consuelo del moribundo,
Sangre de Cristo, paz y dulzura para los corazones,
Sangre de Cristo, promesa de vida eterna,
Sangre de Cristo, que libras a las almas del purgatorio,
Sangre de Cristo, acreedora de todo honor y gloria,
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
V. Señor, nos has redimido en tu sangre.
R. Y nos hiciste un reino para nuestro Dios.
Oración. Omnipotente y Sempiterno Dios, que constituiste a tu Unigénito Hijo Redentor del mundo y quisiste aplacarte con su Sangre; te suplicamos nos concedas que de tal modo veneremos el precio de nuestra Redención, que por su virtud seamos preservados en la tierra de los males de la vida presente, para que gocemos en el Cielo de su fruto eterno. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén.
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San Bernardo de Milán y la poseída

Encontrábase San Bernardo en Milán, encargado por el Papa Inocencio II de restablecer la tranquilidad en esta ciudad, desolada como el resto de la Italia por el cisma del antipapa Anacleto.
Al mismo tiempo que combatía las pasiones políticas, el santo abad encontró muchas veces ocasión de conseguir grandes victorias sobre los espíritus infernales.
Un día que se preparaba a celebrar la Santa Misa en la basílica de San Ambrosio, (la misma que había sido en otro tiempo testigo de la conversión de San Agustín), le trajeron una mujer grande de edad, de una familia honorable de Milán, que hacía muchos años estaba poseída del demonio. A cada instante su perseguidor la sofocaba; a fuerza de torturas le había hecho perder el oído, la vista y la palabra; rechinaba los dientes y sus facciones contraídas causaban espanto; los ojos fuera de sus órbitas y el aliento corrompido indicaban bastante la presencia del espíritu de tinieblas. Cuando San Bernardo vió con atención a esta desgraciada, comprendió que el demonio estaba íntimamente unido y como incorporado a ella, y que no saldría fácilmente de una habitación que había ocupado tan largo tiempo.
Vuélvese entonces el hombre de Dios hacia el pueblo que llenaba la basílica; invita a los fieles a orar con fervor, y rodeado de sacerdotes y religiosos que le acompañaban, baja del altar, ordena que hagan acercarse a la pobre mujer y la sostengan sólidamente; mas ella resistía, impulsada por una fuerza sobre humana y diabólica, se debatía con horribles convulsiones en medio de los que la guardaban, y aun golpeó con el pie al siervo de Dios: más Bernardo permaneció tranquilo sin inquietarse de la audacia del demonio; luego subió al altar y comenzó la celebración del Santo Sacrificio. Más todas las veces que hacía la señal de la cruz sobre las oblaciones se volvía hacia la poseída, y por la misma señal divina empeñaba la lucha con el espíritu del mal: inmediatamente Satanás manifestaba por un redoblamiento de furor y con horribles aullidos, cuán vivamente sostenía el aguijón de esta arma poderosa.
Acabada la oración dominical, San Bernardo se prepara a tocar de más cerca al enemigo; toma en la mano la patena en la cual ha depositado el Cuerpo Sagrado del Señor y la eleva sobre la cabeza de la desgraciada, diciendo: “He aquí tu juez, espíritu del mal, he aquí al Omnipotente; resiste ahora si puedes; combate si te atreves contra Aquel que estando a punto de morir por nuestra salvación, dijo: Ha llegado el tiempo en que el príncipe de este mundo será arrojado de su imperio. He aquí el cuerpo adorable que fue formado en el seno de una Virgen, clavado en el madero de la Cruz, depositado en el sepulcro; que por su Resurrección venció la muerte y que en fin subió triunfante al Cielo en presencia de sus discípulos. Por el poder de esta terrible Majestad te ordeno, espíritu infernal, que salgas del cuerpo de esta sierva de Dios y jamás vuelvas a entrar en él.”
El demonio obligado a obedecer y soltar su presa, quiso por lo menos antes de confesarse vencido manifestar su furor y atormentar a su víctima con mayor violencia. El santo abad, seguro del éxito, vuelve a subir al altar, prosigue el sacrificio, hace la fracción de la Hostia y da la paz al diácono quien la comunica a toda la asamblea; en el mismo instante recobró la pobre mujer la tranquilidad y la salud; porque Satanás huyó dando gritos de rabia, y demostrando por su derrota la eficacia y el poder del Sacramento de nuestros altares.
No debe creerse que tales milagros son debidos, más bien a la santidad de los taumaturgos que a la virtud del Sacramento: el mismo San Bernardo reconocía lo contrario y dió testimonio público de ello en la iglesia de San Ciro en Pavía.
Presentáronle una energúmena poseída por un demonio furioso, que ya había resistido a la invocación de San Ciro y se burlaba de los exorcismos diciendo:––El pequeño Ciro no pudo arrojarme de aquí, mucho menos podrá Bernardo —Es verdad, respondió el santo abad; mas lo que no harán ni las reliquias ni Bernardo, Nuestro Señor Jesucristo tu Amo y el mío lo hora: ¡sal de su presencia! Y el demonio espantado al solo nombre de Jesucristo, huyó al instante.
Source: SAN MIGUEL BLOGSPOT
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¿Cómo un científico aprendió a trabajar con exorcistas?

"Como psiquiatra, diagnostico la enfermedad mental. Además, ayudo cuando se dan casos de posesión demoníaca."
Richard Gallagher es un psiquiatra certificado por el consejo y profesor de psiquiatría clínica en New York Medical College. Él está trabajando en un libro sobre la posesión demoníaca en los Estados Unidos.
ACLARACIÓN: La traducción es del Traductor de Google.
A finales de 1980, me presentaron a una sacerdotisa satánica autoproclamado.Ella llama a sí misma una bruja y se vistió la pieza, con un chorro de ropa oscura y sombra de ojos negro en torno a las sienes. En nuestras muchas discusiones, reconoció adorar a Satanás como su "reina".
Soy un hombre de ciencia y un amante de la historia; después de estudiar los clásicos en Princeton, me formé en psiquiatría en Yale y en el psicoanálisis en Columbia. Esa es la razón de fondo de un sacerdote católico había pedido mi opinión profesional, lo que le ofrecí pro bono, acerca de si esta mujer sufría de un trastorno mental. Esto fue en la altura del pánico nacional sobre el satanismo. (En un caso que ayudó a inducir la histeria, Virginia McMartin y otros habían sido recientemente acusado de presunto abuso ritual satánico en un preescolar de Los Ángeles, los cargos fueron retirados más tarde.) Así que me sentí inclinado al escepticismo. Pero el comportamiento de mi sujeta superó lo que podría explicar con mi formación. Se dio cuenta de que algunas personas sus debilidades secretas, como el orgullo indebida. Ella sabía cómo los individuos que nunca había conocido habían muerto, incluyendo a mi madre y su caso mortal de cáncer de ovario. Seis personas más adelante, asegurados a mí que, durante sus exorcismos, la escucharon hablar varios idiomas, incluyendo latín, completamente desconocido para ella fuera de sus trances. Esta no era la psicosis; que era lo que sólo puedo describir como la capacidad paranormal. Llegué a la conclusión de que estaba poseída. Mucho más tarde, ella me permitió contar su historia.
El sacerdote que había pedido mi opinión de este extraño caso era el exorcista más experiencia en el país en ese momento, un hombre erudito y sensible. Yo le había dicho que, incluso como un católico practicante, yo no era probable que ir a por un montón de abracadabra. "Bueno", respondió, "a no ser que pensamos que no se dejaron engañar fácilmente, que casi no se puede usted ha querido ayudarnos."
Así comenzó una asociación poco probable. Durante los últimos dos años y medio décadas y más de varios cientos de consultas, he ayudado a clérigos de varias denominaciones y credos para filtrar los episodios de enfermedad mental - que representan la inmensa mayoría de los casos - de, literalmente, el trabajo del diablo. Es poco probable que un papel de un médico académico, pero no veo que estos dos aspectos de mi carrera en conflicto. Los mismos hábitos que dan forma a lo que hago como un profesor y psiquiatra - apertura, respeto por la evidencia y la compasión por el sufrimiento de la gente - me llevaron a ayudar en el trabajo de los ataques más exigentes por lo que creo que son los malos espíritus y, al igual que por la crítica, diferenciar estos eventos muy raros de condiciones médicas.
¿Es posible ser un psiquiatra sofisticado y creen que los espíritus malignos son, sin embargo, rara vez, atacando a los humanos? La mayoría de mis colegas científicos y amigos dicen que no, debido a su frecuente contacto con los pacientes que son engañados acerca de los demonios, su escepticismo general de lo sobrenatural, y su compromiso de emplear sólo estándar, tratamientos revisados por pares que no potencialmente inducir a error (un sitio de paso de riesgo) o causar daños a los pacientes vulnerables. Sin embargo, la observación cuidadosa de la evidencia presentada a mí en mi carrera me ha llevado a creer que ciertos casos extremadamente infrecuentes pueden explicarse de otra manera.
El Vaticano no hace un seguimiento exorcismo global o en todo el país, pero en mi experiencia y de acuerdo a los sacerdotes que me encuentro, la demanda va en aumento. Los Estados Unidos es el hogar de cerca de 50 exorcistas "estables" - los que han sido designados por los obispos para combatir la actividad demoníaca sobre una base regular semi - frente a sólo el 12 hace una década, de acuerdo con el Rev. Vicente Lampert , un Indianapolis- sacerdote-exorcista basado que está activo en la Asociación Internacional de Exorcistas.(Se recibe cerca de 20 consultas por semana, el doble de cuando su obispo lo nombró en 2005.) La Iglesia Católica ha respondido ofreciendo más recursos para los miembros del clero que deseen abordar el problema. En 2010, por ejemplo, la Conferencia Episcopal de Estados Unidos organizó una reunión en Baltimore para el clero interesadas. En 2014, Francisco reconoció formalmente el IAE, 400 miembros de los cuales son de convocar en Roma este mes de octubre. Los miembros creen en tales casos extraños, ya que están constantemente llamados a ayudar. (I sirvió por un tiempo como asesor científico de la junta directiva del grupo.)
Por desgracia, no todos los sacerdotes que participan en este complejo campo son tan prudente como el cura que se acercó a mí en primer lugar. En algunos círculos, hay una tendencia a llegar a ser excesivamente preocupados con explicaciones demoníacas putativos y para ver al diablo en todas partes.diagnósticos erróneos y fundamentalistas "tratamientos", absurdos o incluso peligrosas, tales como golpear a las víctimas, a veces se han producido, especialmente en los países en desarrollo. Esta es quizá la razón por exorcismo tiene una connotación negativa en algunos sectores. Las personas con problemas psicológicos deben recibir tratamiento psicológico.
Pero creo que he visto la cosa real. Las agresiones a los individuos se clasifican ya sea como "posesión demoníaca" o como los ataques un poco más comunes pero menos intensos generalmente llamados "opresiones." Una persona poseída puede de repente, en una especie de trance, estados de voz de sorprendente el veneno y el menosprecio de la religión, mientras entender y hablar varios idiomas extranjeros previamente desconocido para ellos. El tema también podría exhibir una fuerza enorme, o incluso el fenómeno extraordinariamente rara de levitación. (No he sido testigo de una levitación a mí mismo, pero media docena de personas con las que trabajar con voto que lo han visto en el curso de sus exorcismos.) Él o ella puede demostrar "conocimiento oculto" de todo tipo de cosas - como la forma de una los seres queridos de extrañas murieron, lo yerros que ha cometido, incluso cuando las personas están en un momento dado. Estas son habilidades que no se pueden explicar, excepto por la capacidad psíquica o sobrenatural especial.
He encontrado personalmente estas características racionalmente inexplicables, junto con otros fenómenos paranormales. Mi vista es inusual: Como médico consultoría, creo que he visto más casos de posesión de cualquier otro médico en el mundo.
La mayoría de la gente evalúo en este papel sufren de los problemas más prosaicos de un trastorno médico. Cualquier persona que ni remotamente familiarizado con enfermedades mentales sabe que los individuos que piensan que están siendo atacados por espíritus malignos son generalmente experimentando nada por el estilo. Los practicantes ven a los pacientes psicóticos todo el tiempo que afirman ver o escuchar a los demonios;individuos histriónico o altamente sugestionables, tales como los que sufren de síndromes de identidad disociativos; y los pacientes con trastornos de la personalidad que son propensos a malinterpretar los sentimientos destructivos, en lo que exorcistas veces llaman un "pseudo-posesión", a través del mecanismo de defensa de una proyección de la externalización. Pero, ¿qué se supone que debo hacer de los pacientes que empiezan a hablar de forma inesperada perfecto latín?
Me acerco a cada situación con un escepticismo inicial. Me técnicamente no hago mi propio "diagnóstico" de la posesión, sino informar a los clérigos que los síntomas de que se trata no tienen una causa médica concebible.
Soy consciente de la manera en que muchos psiquiatras ven este tipo de trabajo. Mientras que la Asociación Americana de Psiquiatría tiene opinión oficial sobre estos asuntos, el campo (como la sociedad en general) está lleno de escépticos y materialistas impersuasibles ocasionalmente doctrinarios que a menudo son extrañamente mordaz en su oposición a todas las cosas espirituales. Mi trabajo consiste en ayudar a las personas que buscan ayuda, no para convencer a los médicos que no están sujetos a la persuasión. Sin embargo, me ha sorprendido gratamente por el número de psiquiatras y otros profesionales de la salud mental de hoy en día que están abiertos a entretener tales hipótesis. Muchos creen exactamente lo que hago, aunque pueden ser reacios a hablar.
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Como hombre de razón, he tenido que racionalizar el aparentemente irracional. Preguntas acerca de cómo un médico con entrenamiento científico puede creer "tal sentido anticuado y poco científico", como se me ha pedido, tienen una respuesta sencilla. Sinceramente valoración de la prueba. Se me ha dicho de manera simplista que la levitación desafía las leyes de la gravedad, y, bueno, por supuesto que sí! No se trata aquí de la realidad puramente material, pero con el reino espiritual. No se puede obligar a estas criaturas para someterse a estudios de laboratorio o entregue a la manipulación científica;ellos también casi no dejarse fácilmente grabada por un equipo de vídeo, como los escépticos a veces exigen. (El Catecismo oficial católica sostiene que los demonios son sensibles y poseen su propia voluntad; ya que son ángeles caídos, sino que también son más listo que los humanos Esa es la forma en que siembran la confusión y la duda de semillas, después de todo..) Tampoco la iglesia desean comprometer un la privacidad del paciente, al igual que los médicos quieren comprometer la confidencialidad del paciente.
La ignorancia y la superstición han rodeado a menudo historias de posesión demoníaca en las diversas culturas, y seguramente muchos supuestos episodios se pueden explicar por el fraude, chicanas o patología mental. Pero los antropólogos coinciden en que casi todas las culturas han creído en espíritus, y la gran mayoría de las sociedades (incluyendo el nuestro) han registrado historias dramáticas de la posesión del espíritu. A pesar de las diversas interpretaciones, múltiples representaciones de los mismos fenómenos de manera asombrosamente consistentes ofrecen la evidencia acumulada de su credibilidad.
Como psicoanalista, un rechazo general de la posibilidad de ataques demoníacos parece menos lógico, y con frecuencia un deseo en la naturaleza, que una valoración cuidadosa de los hechos. Tal como lo veo, la evidencia de la posesión es como la evidencia de cruce del Delaware de George Washington.En ambos casos, las cuentas históricas escritas con numerosos testigos de sonido dan fe de su exactitud.
Al final, sin embargo, que no era un punto de vista académico o dogmática que me propulsó en esta línea de trabajo. Me pidieron consultar acerca de las personas en el dolor. Siempre he pensado que, si se solicita para ayudar a una persona torturada, un médico no debe negarse arbitrariamente a involucrarse.Aquellos que desechan estos casos, sin saberlo, impedir que los pacientes reciban la ayuda que necesitan desesperadamente, ya sea al no recomendar su tratamiento psiquiátrico (que necesita más clara) o al no informar a sus ministros espirituales que algo más allá de una enfermedad mental u otra parece ser la problema. Para cualquier persona de la ciencia o de la fe, debe ser imposible volver la espalda a un alma atormentada.
Fuente: Washington Post.
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Almas muertas en vida

Queridos hermanos, muchas almas que asisten a la Santa Misa y comulgan con frecuencia, almas buenas, con buena intención, viven sin ver a Dios, sin reconocerle. Acuden a la Santa Misa pero no les reporta nada espiritualmente; están estancadas en su vida interior.
Es el vacío de estas almas, es el vacío de la propia Misa a la que asisten, desprovista de todo lo sagrado, lo ceremonial, lo tradicional, de la propia realidad del Sacrificio. Estas almas asisten, en verdad, a una asamblea. La misma frialdad de la ceremonia y del oficiante, se contagia a los fieles, entibiando sus almas. Ya no ven a Dios. Muchas almas desean que termine pronto la asamblea, se cansan si dura más de lo acostumbrado; no pocos sienten que no va con ellos, pero asisten si la cosa es rápida.
Si no hay Sacrificio muere el alma. Muchos reciben la Sagrada Comunión muertos espiritualmente, sin haber participado en el Sacrificio; les basta con haber llegado a tiempo a comulgar; o bien han estado ausente durante la Misa, o bien han participado en una asamblea, en una simple cena.
Cuánto daño hace a los fieles, a sus almas, a la fe en la presencia real de Cristo en la Eucaristía, la Sagrada Comunión en la mano, propia de una cena, de una comida. No me toques– Noli me tangere- le dijo el Señor a María Magdalena tras la resurrección; más cómo le tocó, besó sus pies y los limpió con sus lagrimas y secó con sus cabellos, antes de Su Sagrada Pasión. Tras el Calvario, sólo el sacerdote toca al Señor, sólo sus manos consagradas. La Sagrada Comunión en la mano, de pie, la ausencia del Santo Sacrificio, termina secando la vida interior de las almas, dejándolas muertas en vida.
La falsa participación de los fieles en la Santa Misa, su activismo en ella está en la línea de desvalorización del Sacrificio, de su anulación, de la participación en la asamblea que se reúne para cualquier cosa menos para vivir el Calvario.
Pero la verdadera participación de los fieles nos la enseña la tradición, la Santa Misa tradicional. Es la participación de la Santísima Virgen al pie de la Cruz, de San Juan, de María Magdalena. Participaban contemplando al Señor mientras lo crucificaban. El Señor abría sus ojos y contemplaba a su Santísima Madre y al discípulo amado, y se sentía confortado, porque los veía participar de su Pasión, de sus dolores. Ellos participaban como lo requería el momento, mirando al Señor y uniéndose a Él en sus intenciones.
Participar en la Santa Misa es ayudar al Señor, es unirse a Sus intenciones, es acompañarle al pie de la Cruz, es sufrir con Él, compartir Su dolor. Esto es participar del Santo Sacrificio. Participar es estar en el silencio de la Cruz, es recogerse en oración ante el excelso momento de la transubstanciación. Donde no esté el silencio respetuoso, está la errónea participación del bullicio de los fieles. Pero es así porque participan en una asamblea o reunión, pero no en el Sacrifico de Jesucristo.
Estamos inmersos en la más grande crisis de la Historio de la Iglesia, por una razón que no se dio anteriormente: la negación del Sacrificio del Calvario. Realmente no se ha producido una reforma litúrgica, sino una verdadera destrucción de la tradición. Se ha pretendido una verdadera abolición de la Santa Misa tradicional, que no quedara el más mínimo recuerdo de ella. Mientras en las parroquias se permiten todo tipo de aberración litúrgica, al mismo tiempo hacia la Santa Misa tradicional hay un absoluto desprecio. Se abre las puertas a la ofensa, a lo vulgar y profano, ocurrente, y se las cierra a la reverencia, a lo santo y a la tradición milenaria.
Cuántas almas muertas en vida, que ya no viven lo sagrado del Santo Sacrificio, que ni lo conocen. Acostumbradas a lo creativo del día y del momento, a la reunión de la comunidad; los fieles se alimentan del vacío de estas reuniones. De nada se alimentan espiritualmente, en nada crecen interiormente, ya nada distinguen. Muertas interiormente ya no disciernen lo profano de lo santo, el sacrificio de la cena o la reunión de la asamblea.
Nuestro Señor llora lágrimas de sangre. Llora sangre. Pero muy pocos lo saben porque el Señor se lo oculta, porque no quieren Su Sacrificio. Sólo el Santo Sacrificio da vida al alma, la mantiene en la firmeza de la fe, en la fortaleza para proclamarla, en la alegría de la esperanza y en el desprendimiento de la caridad.
Ave María Purísima.
Padre Juan Manuel Rodríguez de la Rosa.
Fuente: Adelante la Fe.
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El Padre Pío de Pietrelcina y el demonio

El demonio existe y su papel activo no pertenece al pasado ni puede ser recluido en los espacios de la fantasía popular. El diablo, en efecto, continúa induciendo hoy día al hombre justo al pecado.
Por tal razón la actitud del discípulo de Cristo frente a Satanás tiene que ser de vigilancia y de lucha y no de indiferencia. La mentalidad de nuestro tiempo desaforadamente, ha relegado la figura del diablo en la mitología y en el folclore. El Baudelaire afirmó, justamente que la obra maestra de Satanás, en la era moderna, es de hacernos creer que no existe. Por consiguiente no es fácil imaginar que el Diablo haya dado prueba de su existencia, cuando ha sido obligado a afrontar al Padre Pío en "ásperos combates". Tales batallas, tal como es reconocido en la correspondencia epistolar del venerable fraile en sus directorios espirituales, fueron reales combates, siendo la última con sangre.
Uno de los primeros contactos que el Padre Pío ha tenido con el príncipe del mal, remonta al año de 1906 cuando Padre Pío volvió en el convento de Sant 'Elia a Pianisi. Una noche de verano no logró dormirse por el bochorno sofocante. De la habitación vecina le llegó el ruido de los pasos de un hombre. "El Pobre fraile Anastasio no puede dormir como yo" pensó el Padre Pío. "Quiero llamarlo, al menos para hablar un poco". Fuè a la ventana y llamó el compañero, pero la voz se le quedó en la garganta: al observar que sobre el alféizar de la ventana vecina se asomó un monstruoso perro. Así el mismo Padre Pío contó: "Por la puerta con terror; vi entrar un gran perro, de cuya boca salió mucho humo. Caí sobre la cama y oí que dijo: "es él, es él" - mientras estuve en aquella posición, vi aquel animal que saltó sobre el alféizar de la ventana, y luego de esto se lanzó sobre el techo del frente, y desapareció."
Las tentaciones de Satanás que quisieron hacer caer al padre Pío, se manifestaron de cada modo. El Padre Agostino nos confirmó que Satanás apareció bajo las formas más variadas: "bajo forma de jovencitas desnudas que bailaron; en forma de crucifijo; bajo forma de un joven amigo de los frailes; bajo forma del Padre Espiritual, o del Padre Provincial; de aquel del Papa Pío X y del Ángel de la guarda; de San Francesco; de Maria Santísima, pero también en sus semblantes horribles, con un ejército de espíritus infernales. A veces no hubo ninguna aparición pero el pobre Padre fue golpeado hasta salirle sangre, atormentado con ruidos ensordecedores, lleno de escupitajos etc. Él logró librarse de estas agresiones invocando el nombre de Jesús.
Las luchas entre el Padre Pío y Satanás se agriaron cuando el Padre Pío liberó a los poseídos. Más de una vez - el Padre Tarcisio contó de Cervinara - antes de salir del cuerpo de un poseído, el Malvado ha gritado: "Padre Pío nos das más molestias tú que San Michele". Y también: "Padre Pío, no nos arranques las almas y "no te molestaremos."
Pero veamos cómo el mismo Padre Pío describe en las cartas mandadas a sus directorios espirituales, los asaltos de Satanás.
Carta al padre Agostino, del 18 de enero de 1912: "... Barba Azul no quiere ser derrotado. Él ha venido a mí casi asumiendo todas las formas. Desde varios días acá, me viene a visitar, junto con otros de sus espíritus infernales armados de bastones y piedras. Lo que es peor; es que ellos, vienen con sus semblantes. Tal vez cuántas veces, me ha sacado de la cama y me ha arrastrado por la habitación. ¡Pero paciencia! Jesús, la Mamá, el angelito, San José y el padre San Francisco siempre están conmigo."
(PADRE PIO DA PIETRELCINA: Epistolario I° (1910-1922) a cura di Melchiorre da Pobladura e Alessandro da Ripabottoni - Edizioni "Padre Pio da Pietrelcina" Convento S.Maria delle Grazie San Giovanni Rotondo - FG)
La carta a Agostino del 5 de noviembre de 1912: Estimado Padre", ésta también es su segunda carta a través de la concesión de Dios, y ha seguido el mismo destino de la anterior. Yo estoy seguro de que el Padre Evangelista ya le ha informado sobre la nueva guerra que los apóstatas impuros están haciendo en mí. Mi padre, ellos no pueden ganar, a su voluntad por mi constancia. Yo le informo sobre sus trampas sé que les gustaría inducirme, privándome de sus sugerencias. Yo encuentro en sus cartas mi único consuelo; pero para glorificar a Dios y para su confusión yo los llevaré. Yo no puedo explicarle, a usted cómo ellos están pegándome. A veces yo pienso que me voy a morir. El sábado yo pensé que ellos realmente quisieron matarme, yo no hallaba a qué santo pedirle ayuda. Yo me dirigí a mi ángel de la guarda, suplicándole ayuda, quien me hizo esperar largo tiempo, y finalmente, él voló alrededor de mí y con su voz angélica cantó los himnos de alabanza a Dios. Entonces una de esas escenas usuales pasó; Yo le reñí severamente, porque él me había hecho esperar tanto por su ayuda, a pesar de que lo había llamado urgentemente y por castigo, yo no quise mirarlo a la cara, yo quería que él recibiera más que un castigo de mí, yo quise huirle pero, él pobre, me localizó llorando, él me tomó, hasta que yo lo mirara, yo lo miré fijamente en la cara y vì que él lo sentía."
(PADRE PIO DA PIETRELCINA: Epistolario I° (1910-1922) a cura di Melchiorre da Pobladura e Alessandro da Ripabottoni - Edizioni "Padre Pio da Pietrelcina" Convento S.Maria delle Grazie San Giovanni Rotondo - FG)
La carta al Padre Agostino del 18 de noviembre de 1912..... "El enemigo no quiere dejarme solo, me pega continuamente. Él intenta envenenar mi vida con sus trampas infernales. Él se molesta mucho porque yo le cuento estas cosas. Él me hace pensar en no decirle, los hechos que pasan con él. Él me dice que lo narre a las visitas buenas que yo recibo; de hecho él dice que le gustan sólo estas historias. El pastor ha estado informado de la batalla que yo tengo con estos demonios, y con referencia a sus cartas; él me sugirió que yo vaya a su oficina a abrir las cartas. Pero en cuanto yo abrí la carta, junto con el pastor, encontramos que la carta estaba sucia de tinta. ¿Era la venganza del diablo? Yo no puedo creer, que usted me ha enviado la carta sucia; porque usted sabe que yo no puedo ver bien. Al principio nosotros no pudimos leer la carta, pero después de poner el Crucifijo en la carta; nosotros tuvimos éxito leyéndola, aun cuando nosotros no éramos capaces de leer en letras pequeñas... "
(PADRE PIO DA PIETRELCINA: Epistolario I° (1910-1922) a cura di Melchiorre da Pobladura e Alessandro da Ripabottoni - Edizioni "Padre Pio da Pietrelcina" Convento S.Maria delle Grazie San Giovanni Rotondo - FG)
La carta al Padre Agostino del 13 de febrero, de 1913, "Ahora, que veintidós días han pasado, desde que Jesús permitió a los diablos para descargar su enojo sobre mí. Mi Padre, en mi cuerpo todo se machuca de las palizas que yo he recibido en el presente por nuestros enemigos. En varias oportunidades, ellos me han quitado mi camisa incluso, y me han golpeado de una manera brutal"...
(PADRE PIO DA PIETRELCINA: Epistolario I° (1910-1922) a cura di Melchiorre da Pobladura e Alessandro da Ripabottoni - Edizioni "Padre Pio da Pietrelcina" Convento S.Maria delle Grazie San Giovanni Rotondo - FG)
La carta al Padre Benedetto de fecha 18 de marzo de 1913, "Estos diablos no dejan de pegarme, mientras que también me tumban de la cama. ¡Ellos igualmente me quitan mi camisa, para pegarme! Pero ahora ellos no me asustan ya. Jesús me ama, Él me alza a menudo y me pone en la cama"
(PADRE PIO DA PIETRELCINA: Epistolario I° (1910-1922) a cura di Melchiorre da Pobladura e Alessandro da Ripabottoni - Edizioni "Padre Pio da Pietrelcina" Convento S.Maria delle Grazie San Giovanni Rotondo - FG)
Satanás fue más allá de todos los límites de provocación, con el Padre Pío; hasta le dice que él era un penitente. Éste es el testimonio del Padre Pío: “Un día, mientras yo estaba oyendo las confesiones, un hombre vino al confesionario dónde yo estaba. Él era alto, guapo, me vistió con algo de refinamiento y era amable y cortés. Comenzó a confesar sus pecados; los cuales, eran de cada tipo: contra Dios, contra el hombre y contra las morales. ¡Todos los pecados eran molestos! Yo estaba desorientado, por todos los pecados que él me dijo, yo respondí. Yo le traje la Palabra de Dios, el ejemplo de la Iglesia, las morales de los Santos, pero el penitente enigmático se opuso a mi palabras justificando, con habilidad extrema y cortesía, todo tipo de pecado. Él vació todas las acciones pecadoras y él intentó hacer normal, natural, y humanamente comprensible todas sus acciones pecadoras. Y esto no solamente para los pecados que eran repugnante contra Dios, Nuestra Señora, y los Santos, él fuè Rotundo sobre la argumentación, pero, que pecados morales tan sucios y ásperos. Las respuestas que él me dio con la delgadez experimentada y malicia me sorprendieron. Yo me pregunté: ¿quién es él? ¿De qué mundo viene él? Y yo intenté mirarlo bien, leer algo en su cara. Al mismo tiempo concentré mis oídos a cada palabra, para darle el juicio correcto que merecían. Pero de repente; a través de una luz vívida, radiante e interior yo reconocí claramente quién era él. Con autoridad divina yo le dije: diga…….”Viva Jesús por siempre” “Viva María eternamente” En cuanto yo pronuncié estos nombres dulces y poderosos, Satanás desapareció al instante en un goteo de fuego, mientras dejaba un hedor insoportable".
Don Pierino es sacerdote y uno de los hijos espirituales del padre Pío que estaban al mismo tiempo presentes. Fr. Pierino cuenta la historia: “Un día, el Padre Pío estaba en el confesionario, detrás de las cortinas. Las cortinas del confesionario no estaban cerradas totalmente y yo tuve la oportunidad de mirar al Padre Pío. Los hombres, mientras miraban los registros, se apartaron, todos en una sola fila. Del lugar dónde yo estaba, yo leía el Breviario, intentando siempre mirar al Padre. Por la puerta de la iglesia pequeña, entró un hombre. Él era guapo, con los ojos pequeños y negros, pelo canoso, con una chaqueta oscura y los pantalones bien arreglados. Yo no quise distraerme, y seguí recitando el breviario, pero una voz interior me dijo: "¡Detente y mira!”. Yo miraba al Padre Pío. Ese hombre, simplemente se detuvo delante del confesionario, después de que el penitente anterior se marchó. Él desapareció rápidamente entre las cortinas, mientras estaba de pie, delante del Padre Pío. Entonces yo no vi más al hombre cabello oscuro. Algunos minutos después, el hombre se hundió en el suelo con sus piernas ensanchadas. En la silla en el confesionario, de pronto ya no vì al Padre Pío, y en su lugar vì a Jesús, pero, Jesús era rubio, joven y guapo y miró fijamente al hombre, quien tuvo por tumba al suelo. Entonces de nuevo logré ver al Padre Pío que surgió otra vez. Él volvió para tomar su asiento en su mismo lugar y su apariencia emergió de la de de Jesús. Ahora podía ver claramente al Padre Pío. Yo oí su voz inmediatamente: "¡Dense prisa!” ¡Nadie notó este acontecimiento! Todos continuamos de nuevo en lo que estábamos”.
Fuente: http://www.padrepio.catholicwebservices.com/ESPANOL/El_Diablo.htm
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Marino Restrepo - El Infierno y Los Angeles Caidos
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Gabriele Amorth: "La consagración de Rusia todavía no se ha hecho"

“El Señor se hará escuchar, y el mundo le responderá… Dios siempre actúa para que nosotros podamos obtener un bien mayor que los castigos infligidos, que tienen el propósito de abrir los ojos a la humanidad que lo ha olvidado y le abandonó”.
Faithful Insight/ Portaluz Falta poco más de un año para que se cumpla el centenario de las apariciones de laSantísima Virgen María en Fátima. Allí la Madre de Dios hizo explícita mención de los males que vendrían sobre el mundo, si Rusia no era consagrada a su Inmaculado Corazón y si no se extendía entre los fieles la práctica de la Comunión reparadora, los primeros sábados del mes. A sus noventa años el exorcista de Roma y prolífico escritor, padre Gabriele Amorth, entrevistado hace algunas semanas de forma exclusiva por la revista Faithful Insight advierte que aún se está a tiempo de responder a la demanda de la Santísima Virgen María. Sin preámbulos el sacerdote entrevistado polemiza señalando que: “La Consagración todavía no se ha hecho. Yo estaba allí el 25 de marzo en la plaza de San Pedro, estaba en la primera fila, casi al alcance de la mano del Santo Padre. (san) Juan Pablo II quiso consagrar a Rusia pero su séquito no… temiendo que los Ortodoxos se opusieran (públicamente), y ellos casi-casi la frustraron. Por lo tanto, cuando Su Santidad consagró el mundo, estando de rodillas, añadió una sentencia que no se incluía en la versión que distribuyeron (impresa), en su lugar dijo consagrar… «especialmente aquellas naciones que tú misma has pedido su consagración». Así, de manera indirecta esto incluyó a Rusia. Sin embargo una consagración específica aún no se ha hecho. Siempre puedes hacerla. De hecho, sin duda se hará…”.
Nuestra Señora había predicho en Fátima sobre la sangre de los mártires, si la penitencia no se hacía. La sangre de los mártires ha comenzado a fluir copiosamente: ¿Cuánto tiempo pasará antes de que Dios envíe su castigo?
Padre Amorth: Mira, hoy existen más mártires que en los primeros siglos del cristianismo. Basta pensar en el Medio Oriente, donde tantos cristianos son asesinados simplemente porque son cristianos. ¡Hay una gran cantidad de mártires! Pero no olvidemos qué dijo la Santísima Virgen: «Al final mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre consagrará Rusia a mí, con lo cual se convertirá, y al mundo se le concederá un período de paz»… Pronto tendremos grandes acontecimientos.
¿Cuándo?
Padre Amorth:… Es difícil dar detalles… Yo no soy un profeta. Hubo un tiempo en que Israel se apartó de Dios para abrazar la idolatría. Los profetas fueron tratados muy mal. Finalmente Dios castigó. Hoy el mundo no se vuelve hacia Dios debido a que es idólatra; se prefiere buscar el ateísmo puro que pone a la ciencia en un altar. Pero la ciencia no crea; ella sólo descubre lo que Dios ha hecho. Alejándose del Señor, sus avances son utilizados de forma desastrosa. Sin el Señor, también el progreso es mal usado. Lo vemos en las leyes que van totalmente en contra de la naturaleza, como el divorcio, el aborto, el ‘matrimonio gay’… ¡nos hemos olvidado de Dios! Por lo tanto, Dios pronto amonestará a la humanidad de forma muy poderosa. Él sabe cómo recordarnos de Su presencia.
Hay rumores de que usted recientemente habría indicado un período de ocho meses, tal vez menos… Pero, como yo lo entiendo, no hay un momento preciso…
Padre Amorth: Creo que esto es pronto. Creo que estamos cerca. Más y más. El Señor se hará escuchar, y el mundo le responderá. Miro todo esto con optimismo, porque Dios siempre actúa para que nosotros podamos obtener un bien mayor que los castigos infligidos, que tienen el propósito de abrir los ojos a la humanidad que lo ha olvidado y le abandonó. Siempre recuerdo la rima de Metastasio: “Donde quiera que miro, inmenso Dios, yo veo: en Tus obras te admiro, te reconozco en mí mismo”. Siempre debemos buscar al Señor, no podemos olvidar el origen, la causa primera, como por desgracia sucede hoy… Yo estuve con el Padre Pío durante 26 años y recuerdo lo furioso que estaba por la invención de la televisión: «Verás lo que va a hacer», decía. Ha permitido también (la TV) cosas buenas. Pero estando en medio de la gente veo cuántas personas han sido arruinadas por la televisión e Internet.
Usted ha mencionado como leyes en contra de la naturaleza al divorcio, las uniones homosexuales… Estos son temas de dos Sínodos sobre la Familia, el Extraordinario… y el Ordinario. ¿Cree usted que estas cuestiones se han abordado adecuadamente, o deben ser enfrentados desde otra perspectiva…?
Padre Amorth: Ciertamente me agrada que el Papa haya convocado al Sínodo sobre la Familia. Pero usted tiene que potenciar la unidad de la familia. El divorcio ha sido un desastre; el aborto ha sido un desastre. Cada año 50 millones de niños son asesinados por aborto. Y la eutanasia, las familias rotas, la cohabitación… ¡Es destrucción! El Señor nos dio el sexo para un propósito y además Él ha dicho: «Que ningún hombre divida lo que Dios ha unido». Una cosa es la diversión sexual, y otra es el amor. Hoy en día se habla mucho del amor, pero realmente no lo es. Precisamente en Fátima Nuestra Señora dijo a Jacinta, una niña de siete años de edad: «el pecado que conduce a una mayor cantidad de almas al infierno es el de la impureza», el pecado de la carne. ¡Dijo esto a una niña joven, que ni siquiera sabía de qué se trataba! Debemos escuchar lo que dice Nuestra Señora. Las palabras -en todo caso- indican como razonable una sola postura: Conversión, penitencia, oración.
Fuente: Infovaticana.
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Padre Muñoz: El Demonio (Audio)
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El P. Fortea sale al cruce del Cardenal Sarah: "No deseo que sólo se celebre de esa manera"

El pasado 7 de Julio, el Cardenal Robert Sarah, afirmó «Es muy importante que volvamos tan pronto como sea posible a una orientación común, de los sacerdotes y los fieles vueltos todos hacia la misma dirección – hacia el este o al menos al tabernáculo – hacia el Señor que viene».
A raíz de esta solicitud, el Padre Fortea salió al cruce del Cardenal Robert Sarah, dando una opinión contraria.
Desde nuestro blog, queremos remarcar nuestras diferencias con el Padre Fortea y apoyar al Cardenal Robert Sarah en esta importante iniciativa.
Aclaración: Lo resaltado es nuestro.
Escrito del Padre Fortea:
Se ha suscitado en los últimos días la cuestión de la celebración de la misa de cara a la gente o de espaldas a ella. Permítaseme dar mi opinión, pero no como un artículo plenamente fundamentado, sino como mera opinión.
Antes debo hacer un preámbulo. Previamente al año 2000, yo defendía ante algunos sacerdotes de mi diócesis, en una comida, que sería mejor que los dos modos de celebrar fueran posibles en la actual liturgia, ya que cada uno tenía su simbolismo y valor. Recuerdo muy bien la cara que me puso un sacerdote muy ortodoxo y piadoso, ahora profesor en San Dámaso. Una cara como de que había que tener mucha paciencia conmigo porque yo no entendía ni las cosas más básicas.
Otra cosa que, antes de dar mi opinión, es conveniente saber es que en mis parroquias y capillas siempre he celebrado la misa en latín al menos una vez al mes. Sea dicho de paso, incluso en la capilla del hospital hoy y ayer celebré en latín y de espaldas al pueblo.
Así que mi opinión no es la de un progresista que odia la tradición. Pero yo que siempre he defendido que reviviera la posibilidad de celebrar la misa de espaldas al pueblo, tampoco deseo que sólo se celebre de esa manera. La misa celebrada cara al pueblo refuerza la idea de cena, de banquete, de mesa de la que todos participamos. La misa celebrada de espaldas al pueblo refuerza el aspecto sacrificial, el aspecto visual de imaginar que todos oramos en la misma dirección hacia el Padre.
Como se ve, los dos modos son lícitos, cada uno tiene sus ventajas. Yo creo que lo mejor es que las cosas sigan como están ahora: que se pueda celebrar de un modo de otro. Pero no que un modo se imponga sobre el otro.
Lo mismo vale para el latín. También el uso del latín tiene su simbolismo y belleza, la sensación de estar inmerso en una tradición ininterrumpida. Pero no me gustaría que las misas sólo se celebraran en latín o sólo en lengua vernácula.
A mi me gusta mucho concelebrar, pero también me gusta que se respete el derecho a celebrar la misa uno solo sin pueblo si ese día otro sacerdote ha venido a celebrar la misa en mi parroquia o en mi capilla. He ido con gran alegría a las concelebraciones catedralicias, he concelebrado en mis parroquias con otro sacerdote con mucho gusto y también he celebrado completamente a solas con una persona o dos asistiendo a mi misa sin pueblo. Todas esas formas me gustan. No me gustaría que sólo se impusiera una sola de ellas.
Incluso me gusta que haya rito ordinario y rito extraordinario. Hasta los ritos orientales y occidentales de la misa católica son una riqueza a la que me gusta asistir.
Mi opinión por tanto es enriquecer, aceptar todos los estilos y posibilidades, no la de eliminar opciones lícitas. Yo creo que la visión de un Dios comprensivo, bondadoso, amante de la libertad, se concreta en un modo multiforme de entender la liturgia.
Fuente: Blog del Padre Fortea.
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Los Juegos Olímpicos de Río tendrán lugar para el espiritismo y los cultos afroamericanos

"La tolerancia igualitaria de todas las religiones [...] es lo mismo que el ateísmo." (Papa León XIII, Encíclica Imortale Dei)
Todos los cultos serán bienvenidos en el Centro Interreligioso de la Villa Olímpica de los Juegos de Río de Janeiro (que se celebrarán del 5 al 21 de agosto), incluyendoritos afrobrasileños como el candomblé, tal como aseguraron los organizadores en respuesta a las críticas sobre la ausencia de un lugar para ellos. Informa de ello la agencia AFP.
“Nuestro trabajo es ofrecer a los atletas un sitio donde puedan encontrar el confort y la paz espiritual, sea cual sea la religión”, afirmó el sacerdote Leandro Lenin, coordinador de este centro multiconfesional, citado por el Comité de organización Rio-2016.“Podemos acoger a gente de todas las religiones, incluido el espiritismo y las religiones afrobrasileñas como el candomblé y el umbanda”, añadió.
Los representantes de estos dos cultos se habían quejado de no tener derecho a una sala en el centro, como las habilitadas para los atletas budistas, cristianos, hindúes, musulmanes y judíos, previstas inicialmente por los organizadores y el Comité Olímpico Internacional (COI).
“Durante siglos, sufrimos el odio y los prejuicios. Y ahora que tenemos leyes para nosotros, el poder público demuestra con esta actitud que no está interesado en dar visibilidad a estas tradiciones que han sido perseguidas y forman parte del patrimonio cultural”, lamentó Marcelo Fritz, un responsable del Instituto cultural de apoyo e investigación de las religiones afro (Icapra), ayer, 13 de julio, en el periódico O Dia.
“No hay exclusión religiosa en la Villa olímpica”, precisó por su parte el Comité Río-2016 a la AFP. “El Centro Interreligioso estará abierto para recibir líderes de los diferentes cultos a partir del momento en que un atleta realice la petición a través de su comité olímpico nacional”, añadieron los organizadores.Las cinco salas del centro tendrán capacidad para 50 personas cada una, mientras que el islam contará con dos (una femenina y otra masculina). “Cuatro sacerdotes católicos romanos y cuatro protestantes oficiarán en el centro. Las otras cuatro religiones tendrán cuatro representantes cada una”, especificó Río-2016 en su web.
Una “recomendación” hecha por Brasil
Según leemos en la agencia Efe, esta decisión ha tenido lugar después de que la Defensoría Pública de Brasil recomendara al COI esta inclusión. La recomendación de la Defensoría tenía por objetivo fomentar el “pluralismo” religioso y “crear un ambiente de convivencia” entre los deportistas, según un comunicado.
El pasado 11 de julio, la Defensoría dio un plazo de diez días para que el COI y el comité organizador local de los Juegos Olímpicos se pronunciaran y para que dieran sus razones si rechazaban la recomendación. No ha habido que esperar tanto, finalmente.
Según datos del censo de 2010, el 0,3 % de la población brasileña se declara fiel de religiones sincretistas de origen africano, como el umbanda y el candomblé. El umbanda es un culto sincretista entre credos africanos y católicos (y con elementos reconocidos del espiritismo del siglo XIX), que fue creado en Brasil y que tiene su grueso de seguidores en Río de Janeiro.
Fuente: RIES.
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Biblia de Juan Straubinger: Salmo 51 (50)

Salmo LI - 51 (50) [ 1 | 21 ]
Espíritu de perfecta contrición [ 1 | 21 ]
1 * Al maestro de coro. Salmo de David.
2 Cuando después que pecó con Betsabee, se llegó a él Natán.
3 * Ten compasión de mí, oh Dios,
en la medida de tu misericordia;
según la grandeza de tus bondades,
borra mi iniquidad.
4 Lávame a fondo de mi culpa,
límpiame de mi pecado.
5 * Porque yo reconozco mi maldad,
y tengo siempre delante mi delito.
6 * He pecado contra Ti,
contra Ti solo,
he obrado lo que es desagradable a tus ojos,
de modo que se manifieste
la justicia de tu juicio
y tengas razón en condenarme.
7 * Es que soy nacido en la iniquidad,
y ya mi madre me concibió en pecado.
8 * Mas he aquí que Tú te complaces
en la sinceridad del corazón,
y en lo íntimo del mío
me haces conocer la sabiduría.
9 * Rocíame con hisopo,
y seré limpio;
lávame Tú,
y quedaré más blanco que la nieve.
10 * Hazme oír tu palabra
de gozo y de alegría.
y saltarán de felicidad estos huesos
que has quebrantado.
11 * Aparta tu rostro, de mis pecados,
y borra todas mis culpas.
12 * Crea en mí, oh Dios,
un corazón sencillo,
y renueva en mi interior
un espíritu recto.
13 * No me rechaces de tu presencia,
y no me quites el espíritu de tu santidad.
14 * Devuélveme la alegría de tu salud;
confírmame en un espíritu de príncipe.
15 * Enseñaré a los malos tus caminos;
y los pecadores se convertirán a Ti.
16 * Líbrame de la sangre,
oh Dios, Dios Salvador mío,
y vibre mi lengua de exultación
por tu justicia.
17 * Abre Tú mis labios, oh Señor,
y mi boca publicará tus alabanzas,
18 * pues los sacrificios no te agradan,
y si te ofreciera un holocausto
no lo aceptarías.
19 * Mi sacrificio, oh Dios,
es el espíritu compungido;
Tú no despreciaras, Señor,
un corazón contrito [y humillado].
20 * Por tu misericordia, Señor,
obra benignamente con Sión;
reconstruye los muros de Jerusalén.
21 Entonces te agradarán los sacrificios legales,
[las oblaciones y los holocaustos];
entonces se ofrecerán becerros sobre tu altar.
• 1.. Este Salmo, el celebérrimo “Miserere de David” (el 4° de los siete Salmos penitenciales), es la expresión más perfecta de contrición, la confesión más sincera de un corazón arrepentido, la manifestación más profunda de un alma que no busca su propia justicia sino la que nos viene de Dios, según enseña San Pablo (Filipenses 3, 9 s.). Por esto resulta, a la vez que la más alta alabanza de la misericordia de Dios, un himno de gratitud y confianza. David, movido por el Espíritu Santo, lo arranca de su corazón culpable y contrito después del adulterio cometido con Betsabee (II Reyes caps. 11 y 12). Es, pues, el acto de contrición ideal, y la Iglesia lo recita en el Oficio de Laudes. Identificarse plenamente con el espíritu de este Salmo es tener perfecta contrición, por lo cual nada más precioso que aprenderlo y tenerlo como un vademécum para renovar en todo momento con nuestro Padre celestial el estado de plena intimidad en el amor, que nos viene de nuestra justificación en Cristo y que tantas veces parece nublarse a causa de las miserias nuestras y de las tentaciones con que a cada instante nos asalta el Maligno.
• 3 ss.. ¡En la medida de tu misericordia!: Es como pedir a un poderoso que nos ayude según todo su poder, es decir, que no nos dé una limosna cualquiera, sino una inmensa fortuna. En el mercado de Dios ninguna audacia es excesiva, porque Él mismo nos llama a “comprar sin dinero” (Isaías 55, 1 s.). Nótese que toda la fuerza de esta confesión y su valor ante Dios está en la fe en su misericordia (Salmo 49, 23 y nota) que perdona por pura bondad al arrepentido, sin derecho alguno por parte de éste. Es exactamente lo que hizo el padre del hijo pródigo (Lucas 15, 11 ss.). David no intenta justificación ni explicación alguna, sino al contrario: su propia miseria y el reconocimiento de su absoluta impotencia son el argumento (cf. Salmos 39, 18; 85, 1) que conmueve el corazón del Padre (Salmo 102, 13 s.). El que esto medite no tardará en sentir un ansia por aniquilarse de humillación ante semejante Padre. ¡Entonces es cuando Él más nos prodiga su gracia! (Santiago 4, 6; I Pedro 5, 5).
• 5.. Porque yo reconozco mi maldad: Único fundamento que David aduce por su parte para ser perdonado. Así lo vemos confirmado en el versículo 8 (cf. nota). Pensemos si un juez de la tierra nos absolvería de un delito con sólo decirle que en efecto somos culpables. Tal es la diferencia entre lo humano y lo divino.
• 6.. Contra Ti solo, es decir, no se trata de injuria más o menos leve contra otras creaturas, sino que el ofendido en todo pecado es directamente ese Creador y Padre a quien todo lo debemos. ¡Y sin embargo Él perdona tan fácilmente, a todo el que se arrepiente de corazón! Tengas razón: He aquí la piedra de toque de la verdadera contrición: un deseo de que sea Dios quien tenga razón, aun contra nosotros. Es todo lo contrario de lo que nuestra soberbia ambiciona tan fuertemente: tener razón, salirse con la suya (cf. Job 40, 3 ss.). Los hombres se excusan ante otro hombre diciéndole: discúlpeme usted, no lo hice por maldad, fue sin querer. David le dice a Dios todo lo contrario: perdóname porque soy culpable y malo, porque lo hice a propósito. No me excuso, ni te pido que me disculpes. Al contrario: me acuso y sólo espero que, después de establecida bien claramente mi responsabilidad, y aún más, que soy deudor insolvente, entonces Tú me perdones la deuda, pura y simplemente, por la sola virtud de tu asombrosa misericordia: “non aestimator meriti sed veniae...” El mismo concepto expresa la oración de San Agustín, diciendo: “tienes, Señor, ante Ti reos confesos. Sabemos que si no perdonas, con razón nos destruirás”. Aquí comprendemos lo que significa el “negarse a sí mismo” (Mateo 16, 24 s.; Salmo 48, 8 y nota; II Corintios 10, 5). Entonces es cuando resplandece la gloria de la gracia de Dios (Efesios 1, 6) por la gratuidad de su perdón, obra de su amorosa misericordia y de la riqueza de su gracia (Efesios 2, 7 ss.) y tanto mayor cuanto más confiamos en ella (Salmo 32, 22 y nota).
• 7.. Los Padres citan este pasaje como prueba del pecado original. El hombre es sin la gracia, incapaz del bien en el orden sobrenatural, a raíz de la naturaleza viciada. “Es don de Dios si pensamos rectamente y si apartamos nuestros pasos de la falsedad y de la injusticia; ninguna cosa buena puede hacer el hombre sin que Dios se la conceda para que la haga; cuantas veces hacemos el bien es Dios quien obra, en nosotros y con nosotros para que lo hagamos” (Denz. 195, 182, 193).
• 8.. A pesar de lo precedente, que equivaldría a una condenación sin remedio, David sabe —y ésa es la sabiduría íntima aquí mencionada— que el confesar sinceramente, es decir arrepentidos, nuestra culpabilidad, es tan agradable a Dios (cf. versículo 18 s.), que basta para moverlo al gratuito perdón y olvido de nuestras deudas (cf. Salmo 31, 5 y nota; I Juan 1, 8 s.). De esta sabiduría, es decir, de este conocimiento del corazón de Dios, le viene a David la sorprendente audacia con que va a pedir (versículo 9) un salto inmediato del fondo de la abyección a la cumbre de la santidad (cf. versículos 6 y 12 y notas) y la absoluta condonación de todas sus deudas (versículos 4 y 11).
• 9.. Alusión al rito con que declaraban limpios a los leprosos (Levítico 14. 4 ss.). Nótese que no dice “me lavaré” sino: ¡me lavarás Tú! (véase el caso de Pedro en Juan 13, 6 ss.). Quedaré más blanco, etc.: Aquí se nos enseña la perfecta humildad: yo no soy más que un pobre pecador, pero hay algo más fuerte que él y es tu misericordia infinita y omnipotente. Esto es lo que ha hecho de grandes pecadores los más grandes santos (cf. Job 7, 21; 14, 4; Lucas 7, 47; Filipenses 4, 13, etc.).
• 10.. No hay alegría mayor que la de sentirse perdonado. Jesús nos enseña que esa alegría está a disposición de todos, cuando nos dice: “Al que venga a Mí no lo echaré fuera” (Juan 6, 37). La palabra de consuelo y de gozo está así siempre a nuestra disposición en las Sagradas Escrituras (Romanos 15, 4).
• 11.. Borra: San Ambrosio señala esta maravilla: que Dios mira el arrepentimiento como un acto meritorio, no obstante ser lo menos a que estamos obligados. Además, el perdón hace renacer los méritos perdidos por el pecado, en tanto que éste se borra para siempre con la Sangre de Cristo. Cf. Ezequiel 18, 22 s.; Juan 1, 29; I Pedro 4, 8, etc. Así se borró el de David (II Reyes 12, 13).
• 12.. Un corazón sencillo: Esto es, simple sin pliegues, o sea sin doblez, que es lo mismo que recto (cf. Juan 1, 47 y nota). Es decir que David pide aquí el espíritu de infancia (cf. Salmo 130), que fue en efecto la más preciosa característica del gran rey poeta y profeta. Por eso sin duda le reveló Dios Su sabiduría (versículo 8), tal como habrá de enseñar Jesús en Lucas 10, 21. Las expresiones “crea y renueva” indican una nueva creatura formada por el Espíritu Santo (cf. Ezequiel 11, 19; 36, 26; Tito 3, 5). San Pablo explica esto en la admirable Epístola a los Romanos, caps. 6-8.
• 13.. No me rechaces: A todos nos parece, por cierto, que su santidad ha de mirarnos con repugnancia, y en verdad ello sería harto lógico (versículo 6), de modo que nunca podríamos, por nuestras propias reflexiones, convencernos de que no es así. Sólo en este don asombroso de las palabras de Dios descubrimos que es todo lo contrario: basta recordar cómo obró el padre con el hijo pródigo (Lucas 15, 20 ss.). Cf. Salmo 102, 13; Isaías 1, 18; 66, 2; Juan 6, Z7. “No me quites el espíritu de tu santidad”: He aquí la esencia de toda oración, la que hemos de tener siempre en los labios; la que más agrada al Padre y más nos conviene a nosotros. ¿Acaso no es éste el “pan supersubstancial” que Jesús nos enseñó a pedir cada día? (Mateo 6, 11; Lucas 11, 3 y notas). Si bien miramos, ningún hijo pide a su padre que le dé de comer, pues esto lo hace él sin que se lo pidan. ¿No se ofendería el padre si su hijo le recordase cada día la obligación de alimentarlo? En cambio, ese don del Espíritu sí que debemos pedirlo como una maravillosa limosna de la santidad divina (Lucas 11, 13; I Tesalonicenses 4, 7 s.; Santiago 1, 5 y notas), mostrando al Padre que lo aceptamos y deseamos con ansia. Pues sin ello no lo tendremos, ya que el Espíritu no se impone a nadie por la fuerza, sino que, respetando la libertad, sólo permanece en quien lo desea (Cantar de los Cantares 3, 5), y por el contrario, se aleja de los que se sienten capaces de valerse y manejarse sin Él (Salmo 80, 13). Si esto pedimos, como hijos del Padre (Romanos 8, 14; Gálatas 4, 6), podemos estar seguros de tener también el otro pan, pues nos será “dado por añadidura” (Mateo 6, 33). Pero se dirá, después que vino Cristo, el Espíritu habita en nosotros permanentemente (Juan 14, 17). Así es en efecto la admirable promesa del Padre (Lucas 24, 49 y nota), mas no por eso hemos de empeñarnos menos en asegurárnoslo, pues sabemos que nuestra carne y nuestra psiquis conspiran contra Él (Gálatas 5, 17; I Corintios 2, 14) y no podemos nunca dormir sobre los laureles. Porque no tenemos el Espíritu incorporado a nosotros de un modo natural sino sobrenatural, por el cual nuestra nueva creatura (versículo 12) sólo se levanta sobre el cadáver del hombre viejo (I Corintios 5, 17; Gálatas 6, 15; Efesios 4, 22-24; Colosenses 3. 10).
• 14.. Sobre la alegría véase versículo 10 y nota; Juan 17, 13; 15, 20. Espíritu de príncipe es el que nos corresponde como hijos de Dios (Gálatas 4, 5-7; II Timoteo 1, 7; I Juan 4, 18 s.; Romanos 8, 2; Juan 15, 15, etc.) y significa a un tiempo la humildad de quien necesita ser dirigido por otro, y la confianza de quien se sabe hijo de un gran señor. Son los sentimientos que vemos en la Virgen María (cf. Lucas 1, 48 s. y notas), y cuadran admirablemente a David, por lo cual preferimos mantener esta versión antes que la de espíritu generoso (así Nácar-Colunga, Prado, etc.), que algunos aplican a Dios y otros al salmista. Éste no intenta aquí llegar a poder darse patente de bueno, ni siquiera a creerse tal, pues bien sabe que somos malos, sino de tener todo el amor de Dios que cabe en ese corazón que se reconoce malo y que, precisamente por eso, es acepto como bueno para Él.
• 15.. Esto es: les enseñaré tus caminos de misericordia y perdón que has usado conmigo, y ellos también volverán a Ti como yo he vuelto. “La fe en el amor que Dios nos tiene es lo que nos hace amarlo” (Beato Pedro Julián Eymard). Cf. Salmo 39, 4 y nota.
• 16.. De la sangre: Otros vierten: de las sangres. Algunos, p. ej. Bover-Cantera, interpretan esto por la sangre de Urías, marido de Betsabee, y sus compañeros (II Reyes 11). Pero, como ya antes se ha tratado del perdón, creemos más bien, como Dom Puniet, Desnoyers y otros, que David pide ser librado de los caminos sangrientos y aun quizá de todo lo carnal que se opone a lo espiritual (cf. Isaías 4, 4; Mateo l6, 17; Juan 1, 13; I Corintios 15, 50; Gálatas 5,17).
• 17.. Con estas palabras comienza siempre el Oficio divino, como para mostrarnos que sin el Espíritu Santo no podemos dar al Padre ninguna alabanza que le sea grata (cf. Romanos 8, 26; I Corintios 12, 3; Santiago 4, 3; Isaías 6, 5 s., etc.).
• 18.. La Vulgata dice: Si quisieras sacrificios en verdad te los ofrecería. El original es, como vemos, más terminante. Aquí aprendemos cuál es el sacrificio que a Él le agrada. Cf. Salmos 39, 7; 49, 8-13 y notas; 33, 19; Proverbios 15, 8; Isaías 1, 11; Oseas 6, 6; Daniel 3, 39 s., etc., y notas.
• 19.. Las palabras entre corchetes se consideran como glosa.
• 20 ss.. Por tu misericordia, o sea, aunque no lo merezcamos. Véase Jeremías 30, 13 y nota; Lucas 2, 14. Reconstruye: Es decir: hazlo Tú mismo. Coincidiendo con la observación precedente, el hebreo es aquí más terminante que la Vulgata, la cual dice: para que sean edificados. Versículos discutidos. Algunos, y no pocos intérpretes, los consideran como añadidos durante el cautiverio babilónico, cuando los desterrados veían en este Salmo la expresión de su dolor. La Comisión Bíblica considera como posible esta interpretación (mayo 1° de 1910). Otros, como Fillion, no la comparten. La Biblia de Gramática correlaciona este pasaje con Salmos 68, 36; 121, 6; 146, 2; Malaquías 3, 3 s. Puede verse también Isaías 66, 21; Jeremías 23, 15-33; Ezequiel 40, 39; 43, 7, 16; Oseas 3, 4 s.; 5. 65, 15. En este final, como en el Salmo 101 y otros, se extiende proféticamente a toda la casa de Jacob, con referencia a la restauración de Jerusalén, el pedido que se empezó formulando individualmente en favor de David (cf. Salmo 101, 14 ss. y notas). Las palabras entre corchetes del versículo 21 se consideran glosas explicativas que algún copista dejó incorporadas al texto. El versículo 21 es usado en el Misal romano como antífona de la Comunión del domingo X después de Pentecostés.
Tomado de Salmoteca.
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Volvió “Charlie Charlie” y joven afectada advierte “con el diablo no se juega”

Noticias Caracol informó de las convulsiones, ataques nerviosos, entre otras manifestaciones, en 22 adolescentes entre 12 y 15 años que recientemente habrían participado en el “juego” de invocación de espíritus llamado “Charlie Charlie”, una especie de versión simplificada de la Ouija que se hizo popular hace un año.
El juego consiste en un par de lápices o bolígrafos, un papel y la invocación a un espíritu llamado “Charlie” que responde “sí” o “no” a las preguntas que se le hacen.
Hace unos días, 22 jóvenes de una misma escuela comenzaron a comportarse extrañamente y a convulsionar, por lo cual fueron conducidas al centro de salud de la localidad de Nóvita en el departamento del Chocó en la zona del Pacífico, en Colombia, cerca de la frontera con Panamá.
Las chicas, señala Noticias Caracol, habrían estado “poseídas” por haber participado en juegos de invocación de espíritus.
Una de las menores afectadas, cuya identidad se mantuvo en el anonimato, hizo esta advertencia: “pueden salir muriendo por esos juegos porque saben que es cosa del diablo y con cosas del diablo no se juega”.
Claudia Patricia Asprilla, madre de una de las muchachas involucradas, comentó que su hija le “dice que no quiere ir al colegio por miedo, que se asusta y anoche le iba a dar otra vez. Yo estoy preocupada por eso porque es algo que es impresionante. Es algo que uno no puede explicar".
Por su parte Jorge Hurtado Bonilla, Inspector de Familia de Nóvita, explicó que “el año pasado tuvimos una situación similar porque las niñas, al parecer, en la institución educativa jugaron lo que se denominó el ‘Charlie Charlie’ y se presentaron 7 casos aproximadamente y de manera aislada, pero desde entonces no se presentó tan masivamente como en esta ocasión".
En declaraciones a Noticias Caracol, el P. Wilson Tamayo, Párroco Iglesia Divino Niño de Istmina a 24 kilómetros de Nóvita, comentó que “todo esto se da precisamente porque tenemos las puertas cerradas de nuestro corazón a Dios, por eso los invitamos para que acojan el mensaje de Dios que es de salvación, misericordia y libertad”.
Noticias Caracol informó asimismo que las autoridades locales están visitando las casas de las chicas afectadas llevando ayuda psicológica, social y espiritual.
¿Existe riesgo de posesión demoniaca con el “Charlie Charlie”?
Millones de jóvenes en todo el mundo aseguran haberlo practicado y hay una ola de preocupación por el presunto riesgo de posesión demoniaca al que se expondrían quienes lo realizan.
Consultado por ACI Prensa en mayo de 2015, el famoso exorcista español José Antonio Fortea advirtió que el llamado #CharlieCharlieChallenge sí “supone una invocación de espíritus”.
Aunque considera que por jugar quienes lo practiquen “no quedarán posesos” necesariamente, el espíritu invocado “se quedará alrededor por un tiempo”.
La práctica frecuente del “juego”, precisa el sacerdote español, puede hacer que “otros se comiencen a introducir en una comunicación ya más frecuente. Y entonces sí que la persona puede sufrir consecuencias mucho peores por parte de los demonios”.
Fuente: Aciprensa.
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Nuestra Señora de La Salette: "Dios no se acordará de Francia"

"Francia, Italia, España e Inglaterra estarán en guerra; la sangre correrá por las calles; el francés luchará contra el francés, el italiano contra el italiano... habrá una guerra universal que será espantosa. Por algún tiempo Dios no se acordará de Francia ni de Italia, porque el Evangelio de Cristo no es ya conocido. Los malvados desplegarán toda su malicia. Al primer golpe de su espada fulminante las montañas y la naturaleza temblarán de espanto, porque los desórdenes y los crímenes de los hombres traspasan la bóveda de los Cielos. París será quemado, y Marsella engullida; varias grandes ciudades serán sacudidas y engullidas por terremotos. Se creerá que todo está perdido. No se verán más que homicidios, no se oirá más que ruido de armas y blasfemias. Los justos sufrirán mucho, sus oraciones, su penitencia y sus lágrimas subirán hasta el Cielo, y todo el Pueblo de Dios pedirá perdón y misericordia e implorarán su ayuda e intercesión. Entonces Jesucristo, por un acto de justicia y de su gran misericordia con los justos, mandará a sus ángeles que destruyan a todos sus enemigos. Los perseguidores de la Iglesia de Cristo y los hombres dados al pecado perecerán de golpe, y la Tierra quedará como un desierto."
Nuestra Señora de La Salette.
Tomado de: Stat Veritas.
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El demonio odia el escapulario

El demonio odia el escapulario. Un día al Venerable Francisco Yepes se le cayó el escapulario. Mientras se lo ponía, el demonio aulló: “¡Quítate el hábito que nos arrebata tantas almas!”.
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Un misionero Carmelita de Tierra Santa fue llamado a suministrar la unción de los enfermos en el año 1944. Notó que mientras caminaba, sus pies se hundían cada vez mas en el fango hasta que, tratando de encontrar tierra firme, se deslizó en un pozo de fango en el que se hundía hacia la muerte. Pensó en la Virgen y besó su hábito el cual era escapulario. Miró entonces hacía la Montaña del Carmelo gritando: “¡Santa Madre del Carmelo! ¡Ayúdame! ¡Sálvame!”. Un momento mas tarde se encontró en terreno sólido. Atestiguó mas tarde: “Sé que fui salvado por la Santísima Virgen por medio de su Escapulario Carmelita. Mis zapatos desaparecieron en el lodo y yo estaba cubierto de él, pero caminé las dos millas que faltaban, alabando a María”.
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Salvados del Mar
En el verano de 1845 el barco inglés, “Rey del Océano” se hallaba en medio de un feroz huracán. las olas lo azotaban sin piedad y el fin parecía cercano. Un ministro protestante llamado Fisher en compañía de su esposa e hijos y otros pasajeros fueron a la cubierta para suplicar misericordia y perdón. Entre la tripulación se encontraba el irlandés John McAuliffe. Al mirar la gravedad de la situación, el joven abrió su camisa, se quitó el Escapulario y, haciendo con él la Señal de la Cruz sobre las furiosas olas, lo lanzó al océano. En ese preciso momento el viento se calmó. Solamente una ola más llegó a la cubierta, trayendo con ella el Escapulario que quedó depositado a los pies del muchacho.
Durante lo acontecido el ministro había estado observando cuidadosamente las acciones de McAuliffe y fue testigo del milagro. Al interrogar al joven se informaron acerca de la Santísima Virgen y su Escapulario. El Sr. Fisher y su familia resolvieron ingresar en la Iglesia Católica lo más pronto posible y así disfrutar la gran protección del Escapulario de Nuestra Señora.
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Un Hogar Salvado del Fuego
En mayo de 1957, un sacerdote Carmelita en Alemania publicó una historia extraordinaria de cómo el Escapulario había librado un hogar del fuego. Una hilera completa de casas se habían incendiado en Westboden, Alemania. Los piadosos residentes de una casa de dos familias, al ver el fuego, inmediatamente colgaron un Escapulario a la puerta de la entrada principal. Centellas volaron sobre ella y alrededor de ella, pero la casa permaneció intacta. En 5 horas, 22 hogares habían sido reducidos a cenizas. La única construcción que permaneció intacta, en medio de la destrucción, fue aquella que tenía el Escapulario adherido a su puerta. Los cientos de personas que vinieron a ver el lugar que Nuestra Señora había salvado son testigos oculares del poder del Escapulario y de la intercesión de la Santísima Virgen María.
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El Escapulario aviva el fervor
En Octubre de 1952, un oficial de la Fuerza Aérea en Texas escribió lo siguiente: “Seis meses después de comenzar a usar el Escapulario, experimenté un notable cambio en mi vida. Casi inmediatamente comencé a asistir a Misa todos los días. Durante la cuaresma viví fervorosamente como nunca lo había hecho. Fui iniciado en la práctica de la meditación y me encontré realizando débiles intentos en al camino de la perfección. He estado tratando de vivir con Dios y doy el crédito al Escapulario de María”.
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Recordemos que el escapulario es un signo poderoso del amor y protección maternal de María y de su llamada a una vida de santidad y sin pecado.
Usar el escapulario es una respuesta de amor a la Madre que vino a darnos un regalo de su misericordia. Debemos usarlo como recordatorio que le pertenecemos a ella, que deseamos imitarla y vivir en gracia bajo su manto protector.
Fuente: https://angelicapajares.wordpress.com/el-demonio-odia-el-escapulario-del-carmen/
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Por qué Judas, el traidor, se condenó eternamente

Escrito por Padre Juan Manuel Rodríguez de la Rosa
He pecado entregando sangre inocente.
(Mt. 27, 4)
Entró Satanás en Judas, llamado Iscariote, que era del número de los doce.
(Lc. 22, 3)
La confesión del Buen Ladrón
Queridos hermanos, el Buen Ladrón, que la tradición conoce con el nombre de Dimas, fue el primer santo de la Iglesia. En él se reveló de forma excelsa la Misericordia de Dios, que escogió al más perdido, a un miserable ladrón, asesino, santificándolo en el último momento de su vida.
¿Por qué san Dimas, que como santo, es modelo para nosotros? ¿Por qué la Misericordia divina inundó su alma, ennegrecida por el pecado, santificándola? Porque San Dimas se CONFESÓ, y lo hizo en el último instante. Porque San Dimas acogió la Misericordia que el Señor gratuitamente le ofrecía, reconociéndole, en primer lugar, como Dios: ¿Ni tú que estás sufriendo el mismo suplicio, temes a Dios?
En segundo lugar, se confesó con dolor de contrición: En nosotros se cumple la justicia, pues recibimos el digno castigo a nuestras obras; pero éste nada malo ha hecho.
Y, por último, le pidió la absolución: Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino. Y el Señor se la dio: En verdad te digo, hoy estarás conmigo en el Paraíso.
Es decir, el Buen ladrón, reconoció su vida de pecado y en el último instante de su vida se arrepintió con verdadera contrición, y el Señor le perdonó y le concedió la gracia de estar con Él.
El ladrón malo.
¿Por qué el ladrón malo no actuó de la misma manera? La Misericordia de Dios es para todos, también para este ladrón de Su izquierda. Pero el ladrón malo usó su libertad para reusar la Misericordia divina, libremente, conscientemente, voluntariamente, rechazó el perdón de Dios, negándose a confesarse. NO QUISO CONFESARSE. Se condenó eternamente.
La gran responsabilidad de la libertad humana puede hacer que voluntariamente se rechace a Dios, aun a costa de la condenación eterna del alma. San Dimas reconoció en Jesús a Dios, el otro ladrón no quiso reconocerlo, no dejando de insultarle. Es más, si hubiera podido coger una piedra lo hubiera hecho para tirársela. Cuántos en los últimos instantes de su vida rechazan al sacerdote, rechazan los últimos sacramentos, y lo hacen libremente, conscientemente y tenazmente; éstos son reflejos del ladrón malo. Pero aquellos que en el último instante de su vida se arrepienten de sus pecados, por la infinita Misericordia de Dios, salvan su alma.
Judas, el traidor, se condenó eternamente.
Queridos hermanos, el Señor ha querido que veamos la condenación de Judas Iscariote. Lo escribieron los evangelistas, porque así lo quiso el Señor que escribieran. Judas lo traicionó dos veces. Se ahorcó. Reconoció que había pecado. NO SE CONFESÓ. Era consciente de su pecado. Pudo ir a los pies de la Cruz y pedir perdón, pero no lo hizo.
El Señor quiere que veamos que Judas se condenó por su propia voluntad. No usó su libertad para salvar su alma, sino para perderla para toda la eternidad.
Cuando el Señor le llama AMIGO en el momento en que Judas le da el beso de la traición, prendiendo al Señor, le está indicando que hasta el último instante quiere la salvación de su alma, que hasta el último instante Su Misericordia le espera en la confesión; le está diciendo que no quiere su condenación, que quiere perdonarlo y santificarle. Le llama amigo porque el Señor siempre espera al pecador, siempre, y nunca deja de llamarlo, Pero es el pecador, en este caso Judas Iscariote, quien libremente rechaza el perdón de Dios. Porque tenemos la libertad de rechazar el perdón de Dios.
¿Por qué traicionó a su Maestro? Porque así lo decidió, porque así lo quiso; lo hizo libremente; y cuando reconoció su pecado rechazó el perdón divino. Judas mismo se condenó, para indicarnos que el hombre es quien condena eternamente su alma.
¿Si Jesús murió por todos los pecados, quedó excluido este pecado de Judas? Fue Judas quien se autoexcluyó, a pesar del Señor. Fue Judas quien reconociendo su pecado rechazó la confesión. Fue el mismo Judas quien no fue al tribunal de la Misericordia. El sacerdote espera en el confesionario, si el pecador no acude no obtiene la Misericordia de Dios. El Señor le llama, pero el hombre no quiere escuchar. El sacerdote espera en el confesionario siempre.
¿Judas reflejo de la condición humana? En Judas Iscariote tenemos el ejemplo de desprecio de la Misericordia divina y de las consecuencias del mal uso de la libertad humana. En Judas vemos que es el propio hombre quien se condena al infierno, donde será el llanto y rechinar de dientes para toda la eternidad. No creer en la condenación de Judas es doblegar la Palabra de Dios buscando un sentido que no tiene.
Jesús al decirle amigo, le estaba diciendo: Aún te quiero a pesar de lo que me has hecho, sálvate, ven conmigo.
Siempre nos espera hasta el último segundo de nuestra vida. Si aprovechas tu último segundo te salvarás.
Ave María Purísima.
Padre Juan Manuel Rodríguez de la Rosa.
Fuente: Adelante la Fe.
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